“La música es un generador de vida, de ecosistemas”, sostiene Jorge Asanza, CEO del festival. Del 28 de julio al 2 de agosto el encuentro virtual vibrará por Galápagos.
Con más desafíos que certezas. Así arrancará la segunda edición del festival Isla Viva Galápagos Music Conference el 28 de julio. Única en su esencia, esta iniciativa enlaza música y conciencia ambiental en pro de la conservación del archipiélago.
A pesar de que este 2020 el panorama mundial es sombrío, Isla Viva Foundation decidió impulsar con optimismo la propuesta que viene desarrollando desde el 2018: comunicar el mensaje de preservación ambiental a través de la música. En esta ocasión, en alianza con el festival Saca el Diablo y de forma virtual.
Caloncho, Javiera Parra, Hot Sugar, Grecia Albán, LaTorre y Paola Navarrete son algunos nombres a destacar que se presentarán en esta edición que durará hasta el 2 de agosto.
Además, participarán 26 panelistas internacionales con charlas y talleres sobre sustentabilidad, soberanía alimentaria y consumo consciente.
También se abordarán temáticas sobre el impacto ecológico de la industria musical, ciudades musicales y otros temas interesantes que puedes revisar AQUI.
Galápagos es uno de los ecosistemas más particulares y frágiles del mundo. Foto: cortesía de Adrián Vázquez
La meta de esta edición
Galápagos es uno de los ecosistemas más frágiles de la Tierra y está amenazado por varios fenómenos ocasionados por la actividad humana. El turismo desmesurado y la pesca indiscriminada son los más graves. Por ello son el foco de las acciones que lleva a cabo la fundación, indica Fabiola Pazmiño, coordinadora de asuntos académicos de la organización.
Las Islas batallan en distintos frentes desde hace mucho tiempo y este año se ha sumado la crisis económica ocasionada por el Covid-19.
“No sólo se ha visto afectada la economía de los habitantes, sino también se han paralizado todos los proyectos de conservación de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales”, señala Jorge Asanza, CEO de la fundación.
Cartel de charlas de Isla Viva. Foto: Cortesía de Isla Viva
Aunque la pandemia puso en riesgo también al festival, Jorge asegura que “el proyecto nos llena mucho y nos da mucha esperanza en estos momentos tan difíciles. Por eso creo que el lema de la campaña resume todo: Siembra una semilla y cosecha música”.
El lema no es solo una oración, es sobre todo un objetivo. Arriesgando mucho, pero con una meta bien clara, el festival quiere recaudar fondos para armar 1.000 kits y con ello generar huertos urbanos en la isla San Cristóbal.
Además, el encuentro busca posicionar al país “como pionero” de este tipo de iniciativas. “Lo que nos interesa también es visibilizar al Ecuador con esta vanguardia de pensamiento que es algo interesante que proporciona la fusión de Isla Viva con Saca el Diablo”, indica Fabiola.
“Ha sido súper fuerte hacer esto, pero la causa es maravillosa, el objetivo es lindísimo y es pequeñito. Estamos poniendo en práctica por completo el tema de pensar local, de ser una gotita, pero hacer algo”, dice Fabiola con ilusión.
Cartel de conciertos de Isla Viva. Foto: Cortesía de Isla Viva
La música, un motor de cambio
El cambio climático y la contaminación ambiental son problemas que a menudo se comunican con estadísticas. No obstante, cifras y gráficos difíciles de digerir han generado una desconexión de las personas con este tema tan urgente.
Isla Viva, sin embargo, encontró en la música un mecanismo infalible para sensibilizar al país y a la región sobre los impactos ambientales que golpean al archipiélago ecuatoriano.
Y más importante aún, a través de este lenguaje universal, la organización sostiene discusiones sobre la conservación y preservación de las Islas. Es decir, no sólo se trata de abordar el problema, sino de activar soluciones y crear agentes de cambio.
Desde casa podemos ser parte de la iniciativa. A través de la TICKETERA se puede hacer donaciones y así tener acceso a los conciertos. Las charlas, talleres y showcases serán gratuitos y transmitidos en las redes sociales de @islavivagalapagos.
Como menciona Jorge, “poder aportar es algo que nos sana, nos revitaliza y nos une más como seres humanos. Sería increíble estar en San Cristóbal y ver un huerto, cosechar un ají y cuando obtengas ese primer fruto te des cuenta que eso lo hicimos con la música”.
Isla Viva cuenta con una forma nueva de sensibilizar a la gente. Foto: cortesía de Andre Gavilanes
