Una idea fija de David Holguín se transforma en un documental de Mamá Vudú que rebasa de largo las expectativas de un biopic.
“Fue siempre solo una idea”, cuenta David Holguín, el director de “Estación Polar”, creador de la productora SURDA.TV y reconocido realizador audiovisual con varios videoclips, videos de skate, documentales cortos y comerciales al hombro. “Ellos [Mamá Vudú] siempre estuvieron abiertos a la idea y como nos conocemos desde hace mucho, siempre tuve la confianza y apertura de llamarlos o conversarles sobre el tema”, cuenta el director sobre los inicios del proyecto.
Durante mucho tiempo, “el tema” fue solo una idea difusa que se sostenía en la urgencia de contar la historia de Mamá Vudú de alguna forma. De hecho, David —fan de los Vudú desde el 95— documentó y fotografió varias presentaciones de la banda a ciegas, movido solamente por la certeza de que algún día haría algo sobre ellos y de que ese material le sería útil. No fue sino hasta hace un año que empezó a maquinar el documental, a tomar notas, trazar una estructura y revisar afiches y grabaciones.
Poco después se contactó con un amigo guionista y le pidió que le diera unas tutorías de guión que lo iluminen en el proceso de escribir un largometraje, algo en lo que no se había aventurado hasta entonces. Dos meses después de escribir a diario, el director tuvo en sus manos un esbozo de lo que sería “Estación Polar”, un docu que rebasaba las expectativas de cualquier biopic musical y que, en cambio, tenía la ambición de contar cómo era la gestión independiente de música en el Quito de los 90, a partir de la historia de la banda que abrió el camino a punta de autogestión. Y el guión tenía un ingrediente más: narraría esta historia desde la experiencia de un fan empedernido, un outsider, “un adolescente soñador” (el director) en la emergente escena independiente ecuatoriana de esos años.
“Siempre sentí necesidad de contar su historia porque desde sus inicios los sentí muy honestos, sin pretensiones y con ánimos de darle la mano a otras bandas que crecían en esa época junto a ellos o detrás de ellos”, explica David. Por eso, “Estación Polar” habla mucho sobre las limitaciones de una época desconectada de las facilidades del Internet y, en particular, de cómo los Mamá Vudú fueron pioneros en llevar la bandera del DIY como mecanismo para crear, gestionar, pensar y sacar adelante la música en Ecuador, impactando la escena independiente local para siempre. “Creo que será una peli muy noventas”, dice el director.
Así, el guión que David escribió quedó dividido en ocho secuencias que van y vienen en el tiempo. La primera, a manera de introducción, habla de Mamá Vudú como una banda que existe en el imaginario de la escena, más allá de la consideración de que es una banda que ya no toca hace varios años. La segunda regresa a los inicios, a 1995, el año en el que el director los escucha por primera vez. En adelante, el documental revisará la historia a partir de varias voces: las de los integrantes de Mamá Vudú y de muchos otros músicos, personajes urbanos y fans.
“Me reuní varias veces con ellos a preguntarles cosas, a que recuerden ciertas etapas de la banda, etc. Desayunamos y cenamos un par de veces, la banda y yo”, cuenta David sobre la metodología de investigación. “Hablé con mucha más gente, como por ejemplo Nicolás Caballero (ex baterista de Muscaria) y el Luiggy Cordovéz, bajista y voz de Muscaria. Hablé con Jolyn Vallejo que es la ex cantante de L.O.B.A. y viuda de Chris Diaz, quien hizo los discos Motel Ultra, de reversiones y covers de los Vudú”. En el teaser del documental podemos ver, además, entrevistas con Nicolás Meneses de El Extraño y Alkaloides, o con Mateo Herrera de El Retorno de Exxon Valdez, entre otros personajes.
De esta forma, quedó lista la parte de la memoria hablada. En cuanto al video y archivo, Edgar Castellanos y su hermano Pipo le cedieron un inmenso archivo a David. Álvaro Ruiz, baterista de Mamá Vudú, le dio muchísimo material de la banda recopilado desde 1992: letras de canciones, fotos, diseños, cartas que se escribían entre bandas, y mucho material que no se ha visto y que “básicamente se quedó en una carpeta dentro de un cajón”, como dice David. Así mismo, el director también se contactó con fotógrafos que trabajaron con Mamá Vudú en distintas etapas de su carrera, como los Estudio Morrón, Tony Pix o Diego Lara Saltos.
El rodaje de “Estación Polar” tomó un mes, pero el documental todavía no está listo. Hace poco, Mamá Vudú y David lanzaron juntos un crowdfunding para financiar la post-producción de la película que, entre otras cosas, incluye rubros como la selección de material, la digitalización del archivo, el escaneo de fotografías y negativos, la edición y la colorización del documental, todos procesos propios de un docu que trabaja con memoria viva. La producción espera estrenar “Estación Polar” a mediados del 2018, pero para que eso suceda, necesitan aún unos pocos miles de dólares y por eso han recurrido a los fans.
David confía en que este documental inspirará a muchos jóvenes de la misma forma en la que lo inspiró a él. Su motivación para finalizar este proyecto —y también la razón por la que deberías considerar aportar al crowdfunding—, es que las nuevas generaciones conozcan cómo era todo antes e identifiquen su papel en los procesos de desarrollo de la escena independiente, como músicos o como consumidores de música local. Para él, esto es fundamental.
“En el proceso de investigación y escritura descubrí que hay una especie de brecha generacional entre los músicos jóvenes de ahora y yo: ellos conocen muy poco sobre cómo era la escena musical antes de que comiencen a ser parte de ella”, explica David. “Me dio la sensación de que sienten que son los “primeros” en hacer ciertas cosas. Sentí que no tienen presente el proceso que ha vivido la música alternativa en nuestro país para que las cosas sean como son ahora que ellos están aquí“, concluye.
Por eso, el director espera que “Estación Polar” funcione como una herramienta para que jóvenes músicos y fans puedan acceder a su propio pasado musical y entender cómo funcionaba todo hace 20 o 40 años cuando no había ni Internet ni redes sociales. Lo contrario sería la amnesia causada por la falta de documentos históricos en nuestro país, y eso sería penoso, cree David.
Puedes aportar al crowdfunding de “Estación Polar” aquí.