Belfast, el recuerdo inocente de un conflicto religioso

por Katicnina Tituaña
«Nuestras memorias nos hacen» es la premisa de Belfast, la película del cineasta Irlandés, Kenneth Branagh, en la que reconstruye sus recuerdos de la infancia durante el conflicto religioso de Irlanda del Norte en 1969.

Guión y dirección: Kenneth Branagh

Duración: 1h38 

Reparto: Jude Hill, Lewis McAskie, Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Ciarán Hinds, Judi Dench 

Dónde ver: Ochoymedio, 12, 19 y 20 de marzo

Quizá porque ocurrió hace poco tiempo, nunca me enseñaron en la escuela o el colegio sobre The Troubles, el conflicto religioso entre protestantes unionistas y católicos nacionalistas que tuvo lugar en Irlanda del Norte desde 1968 hasta 1998.

Ese acontecimiento, sin embargo, ciertamente pasó a la historia mundial y sobre todo, permanece grabada en la memoria de quienes lo vivieron. El director irlandés Kenneth Branagh tenía sólo ocho años cuando Belfast, su ciudad natal, fue atravesada en 1969 por la violencia del conflicto.

Poco más de 50 años después, Branagh ha llevado a la pantalla grande una historia semi autobiográfica a blanco y negro de lo ocurrido en aquel año. Pero en Belfast, la película, los disturbios y enfrentamientos suceden en un segundo plano narrativo. La infancia de Buddy, un niño de nueve años (quien se asume es Kenneth), es protagonista y trama de este conmovedor largometraje.

Escenario y conflicto

El filme abre con tomas de colores muy vivos de la Belfast actual y con música de Van Morrison para establecer el tono nostálgico y cálido que permanecerá durante la hora y 38 minutos de metraje.

A los pocos minutos, con una barrido transicional aparece la Belfast de 1969 en blanco y negro. Ello nos indica que la historia que estamos a punto de ver es una reconstrucción de recuerdos, los de Buddy. Recuerdos inocentes, pero en los que el terror y el peligro no dejan de irrumpir. 

Buddy vive con su mamá (Caitriona Balfe), su hermano mayor (Lewis McAskie) y sus abuelos (Ciarán Hinds y Judi Dench). Su padre (Jamie Dorman) trabaja en Londres y solo regresa a casa cada cierto tiempo. La familia, ahogada en deudas, es protestante y de clase obrera y en el barrio conviven con vecinos católicos.

Al principio de la historia vemos a Buddy y sus amigos jugar en las acercas, a los vecinos intercambiar palabras, saludos y bromas, una cotidianidad que nos indica una convivencia armónica.

Pero de pronto, al barrio llega un grupo de personas con antorchas y armas para amenazar, golpear y destruir las casas de aquellas familias católicas. Todo esto lo vivimos a través de la mirada de Buddy, una mirada de miedo, confusión e incertidumbre. A partir de esa escena comprendemos por pedazos de información que recibe el niño que se ha instalado una guerra civil religiosa.     

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La trama

Sin embargo, como mencioné, esta guerra permanece en un segundo plano narrativo a lo largo de la película, a excepción de algunas escenas. El contexto histórico está dado a través de los noticieros y comerciales de televisión o por conversaciones de los adultos a las que Buddy presta oído.

La trama principal se desarrolla con Buddy yendo a la escuela o al cine, cuando se enamora de su compañera de clase, cuando estrecha la relación con sus abuelos, o con él presenciando peleas de sus padres o metiéndose en problemas por robar dulces de una tienda.

En Belfast los momentos de ternura sobran, principalmente por la magnífica actuación de Jude Hill. La comedia también está presente y se manifiesta con las travesuras de Buddy, pero además cuando él experimenta confusión e incertidumbre, sentimientos que intentan apaciguar sus abuelos, interpretados magistralmente por Ciarán Hinds y Judi Dench.

La crítica

Pero la ternura y la comedia son quizá también las principales críticas que ha recibido la obra de Branagh. “Las descaradamente buenas memorias de Kenneth Branagh sobre crecer en Belfast cuando estallaron los disturbios a fines de la década de 1960 adolece de un problema de perspectiva”, escribe la crítica de cine Simran Hans para The Guardian.

Hans argumenta que el elemento nostálgico de la película evita contextualizar un conflicto que duró 30 años y que en la trama se ve reducido a un vago problema ocasionado por “la maldita religión”. 

Lo que Hans señala como un problema de perspectiva, no obstante, parece ser más bien una decisión intencional y bien intencionada del cineasta y director irlandés. Es que a fin de cuentas la memoria individual y aún más la de la infancia, aunque sufre con el paso del tiempo, no puede ser modificada y es desde donde nace Belfast.

Si Belfast no contextualiza con mayor profundidad el conflicto, creo que su éxito está en sensibilizar y divulgar un momento histórico que, al menos de este lado del charco, es poco conocido. 

De todos los esfuerzos para no olvidar The Troubles, Belfast aporta por lo menos un saco de arena a la causa y se convierte en un homenaje, como aparece al final de la película: “A los que se quedaron. A los que se fueron. Y a todos a los que perdimos”.  

***

Belfast está nominada a los premios Óscar (siete veces), a los Globos de Oro, a los BAFTA Awards y a los Critics’ Choice Movie Awards de este 2022. Se estrenó el 12 de noviembre del 2021 en Estados Unidos por Focus Features y el 21 de enero de este año en Irlanda por Universal Pictures. 

Consulta los horarios para ver la peli en: https://www.ochoymedio.net/belfast/ 

*Dato curioso: El cineasta Kenneth Branagh y el actor Ciarán Hinds, quien interpreta al abuelo de Buddy, crecieron en la misma ciudad, pero en lados opuestos del conflicto. Kenneth es de familia protestante y tenía ocho años en 1969; Ciarán, de familia católica, tenía 16.

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