Conoce a los invitados internacionales de los EDOC15

Desde Colombia, Luis Ospina. De Brasil, João Moreira Salles.

Con la inauguración de los EDOC15 este 18 de mayo en el Teatro Capitol, inician 11 días del evento de cine documental mejor curado del país. Este año, estamos frente a un festival de 106 películas acompañadas de dos invitados tan sobresalientes, que su presencia te hará pensar qué suerte que existan los EDOC.

Por un lado está Luis Ospina (Colombia), un tipo que mientras rumbeaba con sus amigos, convirtió al Cali rural de los 70 en una ciudad, a través del documental. Y por otro, está João Moreira Salles (Brasil), un hombre que se dedicó a filmar sin trucos, para mirar al documental en un espejo.

Radio COCOA ha preparado para ti una serie de razones por las que debes conocer a estos directores y para que te convenzas de ir a ver sus pelis –y a ellos en persona– en los EDOC15.

Luis Ospina

Luis Ospina (Colombia)

En esta edición, la retrospectiva anual del festival va dedicada a la obra del director, guionista, montajista, productor y cinéfilo caleño, Luis Ospina. No hay un documentalista latinoamericano más sexo, drogas y rock ‘n’ roll que él. Algunos de sus méritos por los que sugerimos amarlo son:

1. Tener como amigo a Andrés Caicedo

Andrés Caicedo

Ospina nació en Cali en 1949. A los 7 años conoció a Carlos Mayolo, su mejor amigo con quien co-dirigió varios documentales. Años después conocieron a Andrés Caicedo, escritor caleño de cuentos para adolescentes y brillante crítico de cine quien se suicidó muy joven, porque «vivir más de 25 años era una insensatez». Ospina es el principal responsable de la recuperación y publicación póstuma de la obra de Andrés Caicedo y de títulos como «Destinitos Fatales» o «Angelitos Empantanados». Si no fuera por él, Caicedo no sería el mito que es, el Kurt Cobain del cine y la literatura latinoamericana para jovencitos. Googleen su nombre y verán. El documental Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos (1986) de Ospina, repasa la vida y suicidio del escritor a través de uno de los guiones que dejó inacabados. Que lo asocien con Caicedo es el karma y la cruz de Ospina, así que adelante.

2. Crear un cine-club

Cine-Club de Cali. Ospina y Mayolo, segundo y tercero desde la izquierda.

Junto a Andrés Caicedo, Ospina y Mayolo fundaron la revista de crítica Ojo al Cine y el Cine-Club de Cali, el cual devino en el famosísimo e iconoclasta «Grupo de Cali» o «Caliwood». Descrito como un colectivo de amigos artistas que revivieron y cambiaron el cine colombiano mientras estaban de fiesta, el Cine-Club de Cali formó una nueva generación de cineastas al presentar películas que de otra forma no habrían llegado a los cines colombianos. ¿Les suena parecido a los EDOC? El último documental de Ospina, Todo comenzó por el fin (2015), es una revisión autobiográfica de lo que sucedió en Cali en los 70 y los 80, cuando él jugaba con sus amigos —ahora todos muertos—, a hacer un cine nuevo que inspiraría la producción artística de vanguardia de toda una generación. Luis Ospina es el único que sobrevivió a esas andanzas y pérdida de tiempo sin camisa.

3. Inventar una ciudad con documentales

Oiga vea / Luis Ospina y Carlos Mayolo / 1972

Antes de que el Grupo de Cali se metiera con el cine, el documental tradicional en Colombia tenía una marcada mirada antropológica, propagandística, rural. Por oposición, Luis Ospina y demás artistas de los 70, decidieron escupirle a los retratos provincianos para saludar a la ciudad, una que se inventaron. Los Juegos Panamericanos de Cali de 1971 que llevaban el slogan «Cali, ciudad de América», fueron como una epifanía. Los documentales que Ospina y Mayolo realizaron en esos años, rechazaban el cine hecho por lectores de teoría política y cineastas vendidos a ideologías. Los caliwoodenses, creían que era la gente de la ciudad la que debía hacer el documental a través del micrófono y la cámara, y desechar el panfleto a favor del humor. Ese es el caso de Oiga vea (1972), una denuncia a los Juegos Panamericanos hecha por los caleños que no pudieron entrar al evento en su propia ciudad.

4. Contar la mentira con la verdad

Ospina y Mayolo rodando «Agarrando pueblo» (1978)

La obra documental de Ospina que no está inscrita como producción del Grupo de Cali, es extensa y fundacional para el cine colombiano. Luis Ospina se apropió de un subgénero del documental conocido como falso documental, es decir obras de ficción contadas con los mecanismos cinematográficos de la verdad: la entrevista, el testimonio, el archivo. Una de las primeras producciones de ese género es Agarrando pueblo (1978), una peli de acción que simula ser un documental sobre cineastas explotadores que se aprovechan de la miseria del pueblo para hacer películas comerciales. Con su lanzamiento, Ospina y Mayolo publicaron el manifiesto de la «pornomiseria», término que después se popularizaría para referirse a expresiones que filman la pobreza.

De Agarrando pueblo nació Un tigre de papel (2007), un falso documental sobre la vida y obra de Pedro Manrique Figueroa, un tipo que supuestamente fue el precursor del collage en Colombia. Ese documental es la principal inspiración de la película Un secreto en la caja (2016) de Javier Izquierdo, que trata sobre Marcelo Chiriboga, el único escritor ecuatoriano del Boom Latinoamericano que, obviamente, nunca existió.

Todas las películas que mencionamos en este artículo y más, se proyectarán en los EDOC15 como parte de la retrospectiva «El film justifica los medios». Luis Ospina dará una conferencia magistral el 22 de mayo en el OchoyMedio. Eso es lo más cerca que podrás estar de una de las figuras legendarias del Grupo de Cali.

João Moreira Salles

João Moreira Salles (Brasil)

Moreira Salles nació en Rio de Janeiro en 1962. Es uno de los documentalistas contemporáneos más importantes de su país, proveniente de una familia muy influyente conocida como «los mecenas de Brasil». Aquí te dejamos lo que hizo y por lo que no es posible pasarlo desapercibido:

1. Fracasar en lo que mejor sabe hacer

Santiago / João Moreira Salles / 2007

Este año, el director brasileño llega a los EDOC con Santiago (2007), una película sobre el fracaso de una película. En 1992, Moreira Salles se dedicó a grabar a Santiago, el mayordomo de la casa en la que creció. Pero un buen día abandonó el proyecto. Trece años después, el director decide revisar el material filmado y comenzar a editar para entender los motivos que no le permitieron terminar el trabajo. Así descubre los errores éticos que cometió, al forzar los rasgos de un personaje en una persona real como Santiago. Por eso, el subtítulo de la película es «uma reflexão sobre o material bruto«, que en español significa «una reflexión sobre el material crudo». Santiago es la única película que Moreira Salles considera suya por ser la única que solo él pudo haber hecho.

2. Observar sin interrumpir

Nelson Freire / João Moreira Salles / 2003

El primer acercamiento de Moreira Salles al documental fue la escritura de guiones para televisión. La obra que produjo en esa época incluye películas de carácter expositivo que él mismo rechazó después con el giro observacional que tomaron su filmes a partir de los 90. Poco a poco se ganó la credencial del «único documentalista brasileño que dialoga directamente con un género de la no ficción conocido como cine directo«. Este tipo de acercamiento consiste en filmar sin preámbulos ni artificios el diario vivir de una persona, ya sea la rutina de un pianista famoso como Nelson Freire o la campaña a la presidencia del ex presidente Lula.

3. Mantener una revista especializada

En 2006, el director creó la revista Piauí dedicada al periodismo literario: un tratamiento de la noticia que toma prestado el estilo de la narrativa de ficción. Con esa intención humorística y bajo la dirección de Moreira Salles, la junta editorial de Piauí aborda temas económicos, políticos y artísticos. Gran parte de la producción documental de Moreira Salles está narrada en los números de esa revista que, a pesar de llegar a un segmento reducido, sigue manteniéndose en los kioskos, año tras año. 

Únete a la conversación