Después de las salas del EDOC

Después de 11 días de cine documental, Quito se queda árido. Lo que los EDOC hacen con la ciudad, con la gente que espera durante un año un espacio en salas para ver el “otro cine” se parece más a una feria que visita la ciudad con un gran  espectáculo. Pero ¿qué pasa cuando el festival se acaba? Los espectadores regresan a sus casas, los organizadores preparan el cartel del próximo año –todos festejan-, y los cineasta ecuatorianos que estrenan sus películas ¿qué hacen? ¿cuáles son las ventanas que se encuentran después de la primera exposición en el país?

El Secreto de la Luz, codirigida por Rafael Barriga y Mayfe Ortega, se estrenará en televisión. El proyecto fue seleccionado por DOCTV, y parte de su producción se debe al financiamiento del programa.

Alfaro Vive Carajo de Mauricio Samaniego buscará una distribución en salas de cine. La película se muestra, en lo local, con una temática de interés público.

Tomás Astudillo entiende la dificultad de presentar un documental observacional en un circuito comercial, sin embargo, una coproducción facilita que Instantes de Campaña sea pasada en televisión.

Daniel Craig tiene un interés más masivo. Naturaleza Moderna será liberada en Internet.

Pero ¿qué pasa cuando un documental atraviesa estas ventanas? ¿El corte que se expone en una sala se enfrenta a las mismas posibilidades que la experiencia por televisión en demanda o en internet? ¿Qué pasa con el lenguaje cinematográfico en cada una de estas pantallas? ¿Es distinto?

Tal vez la validez de un festival se origina en la posibilidad de un encuentro físico para empezar una discusión y en la experiencia total de una sala equipada con tecnología que afina el espectáculo. La versatilidad del lenguaje, por otro lado, deberá importarle a cada director.

Regrese a las entrevistas y descubra esta visión detenidamente.

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