Visitamos el Teatro Sucre días antes del estreno de «La Flauta Mágica de los Andes». Esta adaptación de la magistral ópera de Mozart representa una producción desafiante y convoca el talento de más de cien artistas.
Durante dos años, la maestra Chía Patiño investigó, hizo la adaptación escénica y tradujo del alemán al español el libreto original de Emanuel Schikaneder. En ese proceso, ella logró recrear la ópera en dos actos de Mozart incorporando expresiones kichwas, elementos y símbolos propios de la cosmovisión andina.
Con nuevas representaciones y significados, se estrena este 14 de junio en Quito La Flauta Mágica de Mozart, que fue presentada por primera vez en 1791 en Viena, y se cocina hoy en nuestra ciudad, llena de detalles, esfuerzos y procesos sostenidos.
Detrás de este estreno, hay un inmenso trabajo de producción y la unión de talentos de varios equipos y cabezas creativas, que levantan esta joya musical y teatral desde seis frentes: diseño escénico, de vestuario, luces y marionetas, y dirección musical y escénica.
A continuación, te mostramos cómo se ve el escenario y los camerinos del Teatro Sucre días antes del estreno, y revisamos cómo se ha construido una nueva versión de una ópera monumental, que esta vez toma vida con el espíritu de los Andes.
La adaptación musical de la obra de Mozart la inició hace diez años el maestro Segundo Cóndor para la Orquesta de Instrumentos Andinos, formada en 1990 y actualmente conformada por 40 músicos. Ellos participan hoy en La Flauta Mágica de los Andes junto a 59 cantantes, en su mayoría miembros del Coro Mixto Ciudad de Quito, la Escuela Lírica, el Coro Juvenil y el Coro Infantil de la Fundación Teatro Nacional Sucre. Todos dirigidos por la estadounidense Carmen-Helena Téllez.
Para la adaptación escénica, las distintas cabezas creativas llevaron a cabo procesos de investigación estética de la cultura andina. Así, por ejemplo, el equipo de diseño de marionetas, con la dirección de la española Alejandra Prieto, visitó el Museo de Arte Precolombino Casa del Alabado y tomó como referencia las facciones de gente local, también se inspiraron en las características de animales andinos. A partir de esa observación, diseñaron y construyeron, entre Quito y Madrid, las 90 marionetas que cobran vida en esta historia.
El diseño de vestuario estuvo a cargo del escenógrafo y figurinista español Felype De Lima. A su cargo, estuvo la producción de 585 piezas de vestuario elaboradas en Ecuador y diseñadas en España.
La escenógrafa y escultora colombiana Liliana Duque estuvo a cargo del diseño de escenografía. Para elaborar las estructuras y objetos, ella utilizó materiales como madera, adobe y carrizo. La pieza principal es una plataforma giratoria que muestra tres espacios diferentes en donde se desarrollan los distintos momentos de la historia.
El diseño de luces de esta puesta en escena estuvo a cargo del español Carlos Alzueta, especialista es iluminación museográfica y de escenarios.
Habrá 8 funciones de La Flauta Mágica de los Andes en el Teatro Nacional Sucre. Arrancan con la inauguración el 14 de junio a las 19h30, y terminan el domingo 24. Hay disponibles entradas para Luneta, Platea y Palco, con precios de $20, $30 y $50 respectivamente.