Una mujer con un sombrero tipo ‘hongo’ y un traje de noche rojo por debajo de un sobretodo negro sale al escenario y se despliega con elegancia por unas gradas anchas dispuestas en el centro del plató. Mientras silva y mueve sus hombros despacio, hacia delante, unos robustos acordes de piano nos preparan para el principio de la canción. La mujer agarra el micrófono con un particular dramatismo, cierra los ojos, toma aire y empieza a bailar mientras vocaliza con énfasis las primeras líneas de ‘Mack the knife’: “Oh, the shark, babe, has such teeth, dearrrr…”.
Ya superó los 50 años, pero su energía revela a la mujer poderosa que al parecer cantará hasta el fin de sus días. Es alemana, aprendió de las artes en Francia, y fue acogida por Nueva York, donde vive actualmente. Todos estos lugares la han visto actuar, bailar, pero sobre todo cantar. Un escenario es todo lo que necesita para invocar el espíritu alemán performático y seductor que pocos conocemos: Su show nos lleva a un teatro de cabaret donde una gran actriz se arma de una gran voz y performa con baile incluido, entre guiños, sonrisas y gritos melódicos.
Tal como lo ha dicho en varias ocasiones y lo repitió hace poco en una entrevista para The Telegraph, a Lemper le encanta su rol de “hacer que la gente redescubra la belleza del idioma alemán”. Aunque el mundo la ha escuchado cantar en varios idiomas. Los riesgos como los de avezarse a interpretar los clásicos en países diferentes, en lenguas diferentes (alemán, inglés, francés, italiano y español) y no parar de contarnos lo que canta con su cuerpo y sus movimientos faciales, nos hacen pensar en la inquietud que la domina y la lleva por un camino creativo sin límite.
No es casual que Ute Lemper visite Ecuador y no es la primera vez que tiene un acercamiento con Latinoamérica. Al momento, promociona su disco Forever en el que rinde tributo a Pablo Neruda. Con este pretexto se ha acercado a los poemas de amor del escritor chileno, dando saltos a un lado del mundo que ha explorado también en veces anteriores al interpretar temas de Astor Piazzola.
Escoger a Neruda para interpretar sus poemas vueltos canción, es el resultado de su admiración hacia la faceta política del poeta, su lucha y esa otra faceta que envuelve al amor en palabras no necesariamente románticas. “Creo que hay música en sus poemas de amor, los que elegí para este trabajo para hacerlos llegar al corazón de gentes de distintos países y lenguas con elementos de la gran ‘chanson’, que me acompañan siempre”, contó a inicios de marzo al diario ibérico “La Nueva España”.