Diego Araujo, además de ser el co-fundador de la productora Lunafilms, es uno de los cineastas ecuatorianos de los que más se ha hablado en el último año. Se dio a conocer por la película Feriado, estrenada en el 2014. Desde entonces el largometraje se ha proyectado en decenas de festivales en el mundo. Conversamos con Diego acerca de las películas que no solo han marcado una etapa, sino que también han influidó en su vida y en su trabajo.
Diego enfatiza que una parte importante de su pasión por el cine se debe a sus padres, a la temprana exposición a grandes títulos y directores. La primera en la lista va con una anécdota infantil. Cuando tenía ocho años, sus padres lo llevaron al Teatro Universitario a ver “Mamá Cumple Cien Años” (1988) de Carlos Saura. “… a esa edad me daba un montón de miedo. Era una película que me llamó la atención por lo surreal y absurda. Bueno, y ahorita le veo la onda súper setentera de un humor negro y de saltos temporales… Claro… ¡ahora sé que Carlos Saura es un director increíble! Me he visto varias obras de él”.
Su madre, quién le mostró unos cuantos clásicos del cine, tenía una colección interminable de VHS. Recuerda con una sonrisa haber visto con ella “The Wall” o las antiguas de Charles Chaplin. Sus padres fueron sembrando desde niño la curiosidad de “descubrir un nuevo tipo de cine” y de seguir adentrándose en el mundo audiovisual.
Mientras iba creciendo, su fascinación por las películas no se quedaba atrás, hasta que una de las historias de superhéroes atrajo la atención del niño cineasta. Se trataba de “Batman”(1989) dirigida por Tim Burton. “Yo me acuerdo que vi Batman y dije, chuta, yo también quiero hacer cine…” repite Diego mientras cuenta que fue una época de soledad y pocos amigos en Albuquerque (E.E.U.U). Él tenía alrededor de 13 años cuando salió esta película en las salas de cine. Después de verla, llegó a su casa y se puso a hacer un pequeño “guión” de cómo podría ser esta historia del superhéroe pero desarrollada en Ecuador. En su imaginación los papeles iban ser interpretados por los vecinos y los primos cuando él regresara. Pensó en todos los detalles.
En esa misma época, Diego se dedicó a devorar libros de la biblioteca universitaria donde trabajaba su padre y a dibujar comics. Confiesa que aun los tiene todos guardados y que la idea de hacer una serie de comics autobiográficos aun da vueltas por su mente. Algunos ya están siendo desarrollados y podría ser uno de sus grandes proyectos.
Sus siguientes grandes pasos se hicieron en la universidad de Boston, donde hizo un master en guión. Cuando empezó, se puso el objetivo de ver dos películas al día. De esta manera podría aprender observando a los grandes directores. Y así fue como poco a poco se dejó envolver en el ambiente cinematográfico, asistiendo a retrospectivas de directores y a diversos festivales.
Una de esas películas fue “Blow-up”(1966) dirigida por Michelangelo Antonioni. “En ese tiempo no le cache muy bien pero me encantó… fue como ¡wow! descubrí una cosa totalmente distinta. Lo que llamaba la atención fue la estética, los colores, el encuadre … bueno, me parece que es una película compleja, global, luego me la repetí muchas veces. Vi otras películas de él con una técnica más depurada, pero está es la que definitivamente sentí que me hablaba…”.
“El Odio” (1995) de Mathieu Kassovitzes es uno de los títulos que ha marcado su vida de una manera muy especial. “Cuando primero la vi, estaba en Boston y solo era una película francesa, de la que no sabía nada. Y se convirtió en una de mis favoritas por ser una película súper visual, contada con efectos y juegos de cámara», añade. «Para un muchacho de 19 años una película como esta era emocionante. Me marcó un montón, tanto que, cuando salí de la sala de cine me robé el póster de la exposición, me lo enrollé en la pierna y aun lo tengo. Es una película que definitivamente me marcó una época.”
Su segundo encuentro con esta película fue años mas tarde en su primer día en la Universidad de Noruega. Para conocerse mejor, la profesora pidió a sus alumnos que se presentaran y digan su película favorita. “Estábamos todos en un círculo y dije, si bueno, es “El Odio” de Mathieu Kassovitzes», cuenta. » Y más o menos a la mitad del salón, una increíble chica de Noruega dijo su nombre y que también consideraba a “El Odio” como su preferida…”. Como resultado aquella chica es actualmente su esposa y juntos gozan de los pequeños placeres de la vida como ver películas, viajar y la crianza de sus hijos.
Cuando piensa en su familia es inevitable pensar en su ópera prima, Feriado. Para la realización de este largometraje el cineasta ecuatoriano se inspiró en algunas películas ícono de amor adolescente. Por ejemplo, “Una historia de Amor” (1970) del director sueco Roy Andersson, en esta historia existe un contraste entre el mundo adulto y el mundo de los muchachos que atrajo la atención de Diego, quien trató de crear este contraste en su película también. De la misma forma, “Fucking Åmål” (Show me Love) (1998) dirigida por Lukas Moodysson fue otro de las referencias de la película. El amor sincero de dos chicas que se muestra en “Show me Love” fue de gran referencia para algunas escenas de su obra.
Love Story.
Pero pudieron haber otras películas “Hace una semana estaba viajando y vi una de mis películas favoritas que es “La doble vida de Verónica” (1991, Kieślowski), creo que no había visto esa película como que en 15 años. Cuando estaba viendo, la primera toma era una de la ciudad al revés, con todo y con las luces al revés ¡Como en Feriado! Me quedé con la boca abierta ¡qué onda! O sea, yo tengo conciencia de las varias referencias de Feriado y me las volví a ver muchas de ellas. Pero esa no era consciente, estoy seguro que se me quedó grabado en el subconsciente de tantas veces que la vi. Pero para nada tenía planeado. Me pareció súper loco”.
En la actualidad, Diego disfruta mostrándoles a sus hijos clásicos que le encantaban de niño. Como por ejemplo, “Volver al futuro” de Robert Zemeckis (1985) que está entre las favoritas de su hijo. Diego no pierde la oportunidad de mostrarle otras películas extranjeras infantiles de directores suecos o noruegos.
Feriado continúa en exhibición. Tuvo buena acogida en su re-estreno en Ecuador hace algunos meses y sigue recorriendo el mundo en festivales. Diego trabaja en su segundo largometraje. ¿Tendrá esta las mismas influencias que tiene Feriado? ¿cómo llega un director a tener una firma de autor? Tal vez es una pregunta que solo podremos responder cuando veamos algunas de sus películas, y quien sabe, tal vez estas mismas se conviertan en grandes influencias para cineastas en el futuro.
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Necromancer (Merge) – AQW
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