Hitos del arte local en la década pasada

por Juan Sebastián Jaramillo
¿Cuáles son los hitos, hechos o procesos que han marcado al arte contemporáneo en la última década? Acudimos a las fuentes primarias para contestar esa pregunta. He aquí algunos puntos de vista de algunxs curadores de nuestro país.
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Foto principal: archivo del CAC. Diseño: Xavier Vinueza

¿Qué ha pasado con el Arte Contemporáneo en estos diez años? Esta es una pregunta compleja y con varias respuestas y matices. Diez años son mucha tela para cortar. Sobre todo, en una década marcada por la migración de lo físico a lo virtual, el reposicionamiento de los movimientos sociales y los cambios del poder político.

Así que, para responder a esta pregunta y no caer en simplismos, acudimos a seis curadorxs del país. Dos de Quito, dos de Cuenca y dos de Guayaquil. Sus respuestas son diversas, pero también hay puntos en común que nos dan pistas de cuáles han sido los hitos para el arte local en la década que terminó. 

La trayectoria de lxs curadorxs aquí expuestos es heterogénea. Son voces que vienen desde la academia, el galerismo y la gestión cultural. Del sector privado y el sector público. No fue fácil coordinar un texto colaborativo con tantas voces con tantas voces ocupadas, pero la paciencia trae su recompensa.

Aquí se mencionan proyectos específicos, espacios que han abierto, exposiciones y eventos que han marcado un antes y un después, así como políticas públicas que se han generado a favor de lxs artistas. A continuación, un listado de 18 —y más—momentos importantes para el arte ecuatoriano, durante el periodo 2010-2020. En la voz de varixs curadorxs. 

Gabriela Moyano – +Arte Galería

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Fundadora y directora de la galería +ARTE en Quito, Ecuador. Recibió su título de Licenciada en Artes Contemporáneas de la Universidad San Francisco de Quito. Gestora y curadora independiente. Asesora de colecciones privadas. Ha dictado conferencias sobre gestión y mercado de arte ecuatoriano. Y ha formado parte de comités de selección para proyectos expositivos nacionales.

1. Cambio Generacional:

En la última década, se ha dado un cambio generacional que surge con nuevxs artistas comprometidxs a generar discursos propios. Esta nueva generación se constituye de forma paralela a nuevos espacios de visibilización de su obra. Propuestas desde galerías particulares como Nodo programa para artistas de No Lugar, en el año 2017, dan espacio a la investigación, producción, discusión y exhibición de artistas con diversos perfiles. 

Además, se encuentra el Premio Brasil, que, a partir del año 2013 da visibilización e incentivo económico, a su vez que brinda formación a artistas jóvenes. Dentro del Premio Mariano Aguilera también surge una nueva iniciativa: el Nuevo Mariano Aguilar, con un enfoque de promover artistas emergentes. Dichas tres plataformas, en paralelo con otras, a más de dar visibilización, han motivado a una nueva generación de artistas a desarrollar propuestas ambiciosas.

Además, en menor medida, este cambio generacional se proyecta en el coleccionismo. Como pionero, el Club de Coleccionistas de la galería NoMíNIMO (2012-2017), en Guayaquil, educa y promueve a un nuevo público para la compra de un arte de carácter novedoso dentro del contexto nacional. Más reciente, Proyecto Nómada (2017- hasta la actualidad) en la ciudad de Guayaquil colabora con artistas para la comercialización de sus obras. Esta red de actores dentro del arte —artistas, gestores, curadores, coleccionistas— ha dinamizado el arte contemporáneo local. 

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Presentación de Nodo en No Lugar, 2017. Foto: archivo de No Lugar

2. Internacionalización del arte ecuatoriano:

Otro aspecto importante lo conforma la internacionalización del arte ecuatoriano, a raíz de la apertura de nuevos espacios que buscan visibilizar este campo fuera del país, especialmente dentro del circuito latinoamericano. Espacios como DPM, NoMíNIMO y No Lugar lideraron un nuevo periodo, participando en ferias internacionales como arteBA, ARTBO y Liste. En un segundo momento, +ARTE y Violenta. Este nuevo interés de espacios y gestores particulares por promover el arte local en el exterior expone obra a nuevos mercados de arte. Lo cual es decisivo, dado que, a nivel nacional, dicho mercado de comercialización es mínimo.

A mayor escala, ciertas propuestas de arte nacionales resuenan a nivel internacional: como la Bienal de Cuenca, plataforma de promoción de arte contemporáneo internacional. Y, a la inversa, eventos internacionales acogen arte ecuatoriano: como el Pabellón de Ecuador en la 56 Exhibición Internacional de Arte – La Bienal de Venecia (2015). Ambas han permitido establecer una nueva mirada al arte ecuatoriano, luego de un largo periodo donde el Arte Moderno fue el referente. Esta aparición del país en el circuito internacional también se da por artistas representadxs por galerías internacionales. 

3. Nuevas formas de trabajo y quienes las acompañan:

Todo este nuevo contexto impulsa nuevas formas de trabajo en el campo del arte. Dando importancia al trabajo tanto de artistas como de quienes lxs acompañan. Es importante señalar la limitada documentación de lo que ha sucedido en los últimos 10 años respecto al arte local.

Y, así, rescatar el trabajo de plataformas como Río Revuelto y Paralaje.xyz, las cuales no sólo han creado cobertura, sino que de manera crítica y analítica han levantado documentación y han desarrollado textos que sin duda serán el archivo de esta década. Nos mantenemos a la espera de nuevas políticas culturales y económicas para que el mercado de arte se active, resultando en carreras artísticas sostenidas y espacios de difusión. 

Cristina Carrasco

Curadora de arte / diseñadora de espacios y experiencias culturales, directora del Museo de Arte Moderno de Cuenca (2014-2019), coordinadora Red de Museos Municipales / Cuenca (2015-2019), coordinadora desarrollo economías culturales Agenda 21/ Cultura 21 CGLU ( 2018-2019), Curadora Adjunta Arte Latam Pamela Aspen MCA/ Chicago (2019-2020)

4. El arte como laboratorio:

Esta inefable década del arte en el Ecuador sin duda ha sido un proceso de aprendizaje para el sector cultural. Momentos serios de reflexión accionados por la necesidad de adentrarnos en la psiquis de las comunidades, nos llevaron a estar a la par de una casi silenciosa pero cacofónica compañera: la tecnología.

Así vemos que el arte y la tecnología son dos aspectos esenciales en la creatividad humana, produciendo experiencias culturales inmersivas y de carácter exógeno, para reproducir la realidad en un ambiente de culto como un museo. Gracias a la tecnología, los artistas han transformado sus procesos de creación en laboratorios, haciendo de su práctica multidisciplinar y de trabajo conjunto, con distintos profesionales que van incursionando en el arte por la misma necesidad humana de ir más allá de lo que ya creemos entender.

Yupana Emergente, una exposición de bio arte que se exhibió en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito y en el Museo de la Ciudad en Cuenca, permitió a las ciudadanías en el 2015, gracias a sus creadores Kuai Shen y Gabriel Vanegas, aprender el sistema de vida natural de las hormigas bajo una analogía antropológica de lo que fue la civilización inca. 

De igual forma, la exposición Tiempo Natural de Juan Carlos León, exhibida en el 2017 en el Museo de Arte Moderno de Cuenca, fue el fiel ejemplo de la alianza de la tecnología con el arte y la institución museística, en donde los protagonistas de las obras fueron las personas involucradas en la producción de la exposición, a través de la extracción de muestras de saliva para la creación de una obra íntegra de laboratorio relacional.

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Yapana Emergente. Foto: archivo del Tecnológico Universitario Cordillera

5. Economía Naranja:

Finalmente, después de la declaración de Friburgo en el 2006, el Ecuador empezó a observar a la cultura como un derecho fundamental en la vida del ser humano. Se crea una ley de cultura en el 2016 y se da paso al desarrollo de las economías culturales como el cuarto eje de desarrollo sostenible.

Los bienes y servicios culturales comienzan a ser respaldados con el RUAC (Registro Único de Actores Culturales), se crean los coworkings —lugares de trabajo y de colaboración profesional—. Se lanzan convocatorias para fábricas de ideas culturales, comenzamos a ver los clusters artísticos y a entender que el trabajo colaborativo impulsa a las ciudades a crecer en los cinturones de desarrollo mundial. 

Los gobiernos locales ofertan espacios de educación no formal en derechos de autor, en manejo del sistema de compras públicas, en teoría de economía naranja en torno a las Pyme pequeña y mediana industria y en marketing cultural.  Es indudable el crecimiento de los emprendimientos culturales en el Ecuador, y es de aplaudir este logro. Sin embargo, nos queda un largo camino por recorrer.

6. Mediación Comunitaria:

Los museos y centros culturales bajo la vorágine de información y modernización, implementan departamentos de mediación artística y comunitaria. Un espacio que ha abierto la posibilidad de formación de nuevos profesionales de la cultura y la tan ansiada comunicación de la institución con la comunidad.

Cada exposición o proceso cultural ejecutado por la institución debe obligatoriamente alinearse con las necesidades de la comunidad, presentar visitas guiadas de contenido educativo y amigar a la institución con la ciudadanía acercándose desde lo emocional y no alienar.

Es así como, desde este espacio nuevo de expresión, los artistas, curadores, museógrafos y mediadores ofrecen a la comunidad exposiciones cargadas de experiencias que van más allá de la contemplación estética. Nace el arte relacional y rural; la sempiterna exigencia de respeto a la cultura cuenta con una nueva dimensión de protesta. La ciudadanía y, sobre todo, el estado tienen nuevos medios para entender lo que los actores culturales vivimos, invisibilizados. Y sin embargo estamos aquí para servir eternamente a las bases de la civilización: la cultura. 

Cristobal Zapata

Cuenca, 1968. Escritor, editor, curador y gestor cultural, ha publicado seis poemarios y dos libros de cuentos. Es además autor de numerosos ensayos sobre arte y literatura, y curador de múltiples exhibiciones dedicadas a artistas nacionales. En 2012, junto a Alexandra Kennedy, publicó el libro El alma de la Tierra. Eduardo Vega y la cerámica en Ecuador. En 2007 fundó la sala Proceso / Arte Contemporáneo. Entre 2015 y 2019 fue Director Ejecutivo de la Bienal de Cuenca.

7. La reestructuración del Premio Mariano Aguilera:

Ante el acelerado y ostensible deterioro que venía experimentando el Salón Mariano Aguilera en sus últimos años, la creación del Premio Nuevo Mariano me parece una magnífica iniciativa en tanto genera condiciones para la producción, investigación, curaduría, edición y publicación, como porque reconoce la trayectoria de artistas nacionales, implementado en ambos casos procesos de selección y valoración rigurosos y transparentes. Las dos convocatorias constituyen sin duda uno de los pocos estímulos económicos y morales concretos con los que cuentan los artistas en medio del semipáramo cultural que habitamos.

8. La creación de Paralaje.xyz:

A lo largo de la modernidad al menos desde Diderot en adelante la crítica de arte ha estado vinculada a la prensa escrita o a publicaciones periódicas. En nuestro país muy excepcionalmente hubo críticos profesionales, escritores especializados o al menos periodistas informados que ejerzan de manera regular su criterio, que den cuenta de la actualidad de las distintas escenas del país con la suficiente competencia, es decir, más allá del mero gusto personal.  

Es este contexto, ya en la era de los soportes digitales, considero que la aparición de “Río Revuelto” en 2003 hoy convertido en un archivo activo y su continuidad a través de “Paralaje.xyz”, concebido como “un espacio de crítica de arte y debates culturales desde Ecuador”, viene a cubrir al menos parcialmente esa carencia histórica de nuestra escena cultural, una carencia con la que aún convivimos. Se trata de un espacio que recopila, difunde y suscita comentarios, opiniones y discusiones que atañan a todos los actores del campo artístico, procurando recoger múltiples miradas sobre los temas que aborda. Hay que felicitar, en consecuencia, el trabajo de Rodolfo Kronfle Chambers y Ana Rosa Valdez, que han estado al frente de estos proyectos.

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Captura de pantalla de Paralaje.xyz

9. Las tres últimas bienales de Cuenca:

Hay un consenso sobre todo entre los curadores locales respecto al carácter sobresaliente de la 12 Bienal de Cuenca. Yo suscribo la apreciación de que fue una muestra con una selección exquisita y una museografía impecable, incluso probablemente sea la mejor puesta en escena de la historia del evento; pero, al mismo tiempo, me parece una curaduría muy ensimismada, demasiado satisfecha con su belleza para mirar alrededor. Quiero decir, una comisaría sin mayor riesgo, con obras que se pueden encontrar en cualquier bienal europea o norteamericana, pero poco dialogantes con el medio donde se desplegaba.  Ese es mi reparo dicho grosso modo con la 12 Bienal, sin dejar de reiterar sus evidentes méritos. 

Desde esa observación me parece que la interlocución múltiple que propiciamos en las siguientes versiones (la XIII y XIV), fue mucho más estimulante a juzgar por el riesgo y el intercambio que entrañaron, pues el volumen de los artistas que trabajaron in situ, dialogando con la arquitectura y los espacios públicos, involucrando los más diversos profesionales y grupos humanos de la urbe, fue cualitativa y cuantitativamente superior a todas las ediciones anteriores. La ciudad dejó de ser mero contenedor de obras para convertirse en el contenido de las mismas, dejó de ser objeto para transformarse en sujeto y protagonista de las obras. Además, la XIII y XIV Bienal implementaron, por primera vez en la trayectoria del evento, un proyecto educativo a gran escala, liderado por un curador pedagógico, especializado en temas de mediación artística. 

Estos tres hechos: su actuación en el espacio público, su interacción con distintos sectores de la ciudad, y el acompañamiento de un numeroso y bien entrenado equipo de mediadores permitió que la Bienal recupere su rapport con el público, como lo prueban las estadísticas de asistencia. Aunque debemos reconocer que la dimensión de esas ediciones no encontró correspondencia en los pírricos presupuestos que nos asignaron, lo que nos ocasionó serios problemas en la producción y museografía. Error de cálculo que reconocimos en su momento y asumimos hasta la fecha. Esto, sin nombrar, el intenso trabajo de “entretiempo” que desarrollamos con la escena local y nacional, dialogando con el presente y con la historia del arte ecuatorianos, a través de una serie de proyectos curatoriales y editoriales sin precedente en la memoria de la institución.

Edu Carrera – CAC

Quito, 1987. Curador, investigador, escritor y gestor cultural. Es Licenciado en Artes Visuales por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y Master en Gestión Cultural por la Universitat Internacional de Catalunya. Realizó el Programa de Estudios independientes del MACBA, Barcelona (PEI 2019-2020). Actualmente se desempeña como Coordinador del Centro de Arte Contemporáneo de Quito.

10. Apertura e ingreso del Centro de Arte Contemporáneo a la Fundación Museos de la Ciudad en 2011:

Desde la apertura del CAC, en 2011, el sistema de arte Quiteño contemporáneo ha experimentado un proceso de evolución muy significativo que ha recorrido un camino paralelo al desarrollo y crecimiento del centro de arte. El CAC ha sido una institución que ha desempeñado un papel decisivo en la reflexión, la investigación y la divulgación sobre el arte contemporáneo en el país. En el 2011 esta institución lideró la transformación del Salón Mariano Aguilera en el Premio Nacional de Artes Mariano Aguilera.

A lo largo de estos años, el CAC se ha situado al frente gracias a una praxis museística propia, singular y a menudo innovadora, y ha sabido actuar como espacio de debate, lo que lo ha dotado de un gran dinamismo y de una muy buena relación con el sector artístico y cultural no sólo de Quito. En mayo del 2021 se cumplirán 10 años desde que el CAC abrió sus puertas al público. Este es un momento de inflexión, idóneo para hacer balance y, sobre todo, para definir los objetivos con los que hay que encarar un futuro en constante transformación.

Centro de Arte Contemporáneo. Foto: archivo del CAC

11. XII Bienal de Cuenca Ir para volver en 2014:

Propuesta curatorial de Manuela Moscoso y Jacopo Crivelli, Ir para volver, la doceava edición de la Bienal de Cuenca, involucró una ruptura con respecto a sus versiones anteriores, en las que la bienal todavía privilegiaba la noción de representación nacional. Por el contrario, esta edición reúne las obras de 42 artistas internacionales, desplegados en seis sedes situadas alrededor del centro de la ciudad, y agrupados bajo el marco curatorial creado por Moscoso y Crivelli

De esta manera, la Bienal de Cuenca se insertó exitosamente en el circuito internacional, sin por ello dejar de establecer un diálogo con los contextos local y regional. Los artistas de Colombia, Ecuador y Perú representaron el 35% de la selección, lo cual indicó la voluntad de los curadores de pensar desde lo contemporáneo las coyunturas históricas y sociales que estos países comparten.

XII Bienal de Cuenca Ir para volver. Foto: archivo de la bienal

12. Exhibiciones en el marco del mes del orgullo LGBTIQ+ en 2013:

El 15 de junio del año 2013 a las 20h00 se inauguró en No Lugar. “HAY TANTAS COSAS QUE QUIERO DECIRTE”, la primera exposición colectiva de artes visuales en el marco del mes del orgullo LGBTIQ+ y que da inicio a un proyecto curatorial que, a través de una convocatoria pública, selecciona artistas que exhiben sus propuestas, todas vinculadas a temáticas de género, identidades, subjetividades, cuerpos y sexualidades disidentes, colectividades, familias diversas, derechos civiles y activismos.

Desde el 2013 al 2019 la exhibición ha reunido un aproximado de cien artistas de Ecuador, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Cuba, Perú, Colombia, Costa Rica, Chile, Francia, España, Venezuela, Migrantes transgresores del reino de España y Japón. Y ha configurado un archivo de prácticas artísticas en relación con las disidencias sexuales. Del 2013 al 2015 la exhibición se llevó a cabo en No Lugar. Desde el 2016 se realiza en el Centro de Arte Contemporáneo. Este cambio responde a la necesidad de ocupar un espacio institucional que está históricamente asociado con tradiciones normativas. El CAC funciona en el edificio del Antiguo Hospital Militar, en el nodo centro de la ciudad de Quito.

Pilar Estrada Lecaro – Gestora cultural, curadora e historiadora del arte

Guayaquil, 1981. Gestora cultural, curadora e historiadora del arte. Es Directora del Centro de Producción e Innovación de la Universidad de las Artes, donde trabaja desde abril 2019. Previamente se desempeñó como Directora del Centro Cultural Metropolitano (MetQUITO) desde marzo de 2016, donde gestionó exposiciones como La Intimidad es Política, desMARCADOS, Humboldt: Traspasar el mito, entre otras. Fue co-fundadora, directora y curadora de NoMíNIMO espacio cultural durante siete años, en el que creó un laboratorio de formación de público y fomentó el coleccionismo de arte contemporáneo ecuatoriano. Dirigió el Museo Municipal de Guayaquil, trabajó en el Departamento de Arte Contemporáneo del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) y codirigió dpm arte contemporáneo.

Entre sus trabajos curatoriales se destacan las exposiciones Doxa (2018) de Stéfano Rubira en el Museo de Arte Moderno, Cuenca (2018); Humbodlt: Traspasar el mito (2018) y desMARCADOS. Indigenismos, arte y política 1917 – 2017 (2017) en el Centro Cultural Metropolitano de Quito; Hacia donde Olmedo miraba (2017) en galería Ponce+Robles, Madrid; A la Orilla (2016) de Juana Córdova en el Museo de Arte Moderno de Cuenca; Roberto Noboa: 12:21 (2014) en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito; Lucerna (2012) de Óscar Santillán y co-curadora de Tú y yo (2013), de Anthony Arrobo, ambas en Espacio Odeón, Bogotá, así como Eduardo Solá Franco: El Teatro de los Afectos en el Museo Municipal de Guayaquil (2010), del que escribe el libro del mismo título en co-autoría.

Ha participado en decenas de iniciativas y eventos de arte contemporáneo en Ecuador e internacionalmente y dicta cursos de Historia del Arte.

13. La profesionalización de las galerías de arte contemporáneo:

En el año 2010 abrieron las galerías NoMíNIMO en Guayaquil y No Lugar en Quito. Ambos compartían que, además de ser galerías, eran proyectos culturales más amplios. NoMíNIMO, que cerró sus puertas en 2017, fue un espacio concentrado en la visibilización internacional de artistas emergentes ecuatorianos y en la formación de públicos. Por su parte, No Lugar continúa con un programa de residencias y talleres que ha generado notables vínculos con artistas y curadores nacionales e internacionales.

La participación en ferias internacionales de ambas galerías contribuyó a dar una visibilidad necesaria a artistas jóvenes, muchos de los que ahora forman parte de importantes colecciones de arte contemporáneo. Años más tarde este panorama se diversificó con la apertura de la galería + Arte en Quito en 2016 y, un año después, Espacio Violenta en Guayaquil —ahora separada en dos proyectos: Espacio Onder y Taller Maldonado—. Nuevas generaciones, propuestas y formas de hacer arte se ven representadas en estos centros, que han crecido abriéndose al espíritu de los tiempos y las necesidades del medio. 

Hace casi tres años apareció N.A.S.A.(L) como una plataforma de difusión de arte contemporáneo ecuatoriano, que implementó un formato de producción de exposiciones nacionales e internacionales. A inicios del 2021 abrió su primera galería en Guayaquil y su apuesta se centra con fuerza en la internacionalización de artistas principalmente locales. 

Este escenario ha permitido la expansión del reconocimiento de las nuevas generaciones de artistas en el medio local. Lo que, además, especialmente en Guayaquil, ha devenido en un desarrollo en el mercado de arte de artistas emergentes. 

Una de las exposiciones en NoMíNIMO. Foto: Ricardo Bohórquez

14. El tránsito de un proyecto icónico: El paso del ITAE a la UArtes:

El proyecto educativo emblemático de inicios del siglo XXI en Guayaquil fue el Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE). Con una poderosa planta de profesores y rigor artístico, desde el 2004 el ITAE formó e influenció a la generación más sólida, y en su momento más crítica, de artistas en la ciudad. A pesar de las condiciones adversas en las que se desarrolló, por la falta de fondos y apoyo político —o quizás por ello—, los estudiantes y profesores del ITAE se volvieron actores culturales activos y visibles, en un momento de cambios profundos por la regeneración urbana que implementaba en esos tiempos el gobierno local.

Diez años después de la apertura del ITAE, se implementó el proyecto público educativo superior en artes más ambicioso del país: la Universidad de las Artes. Abrió carreras en música, cine, danza, teatro y artes visuales y lleva seis años consolidando su propuesta. Su aporte concentra la recuperación de varios edificios históricos de la ciudad como El Telégrafo, la Biblioteca de las Artes, MZ14 y la Gobernación, donde funcionan sus sedes.

Con la absorción del ITAE por la UArtes, se cerró una etapa que marcó el más fuerte cambio en las artes visuales en la ciudad desde la década de los ochenta y empezó una etapa que está empezando a dejar sus frutos.

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Universidad de las Artes. Fotos: archivo la Universidad de las Artes

15. La Intimidad es Política y la discusión sobre censura:

Discutir sobre género era la intención central de la exposición La Intimidad es Política, que se inauguró en el Centro Cultural Metropolitano de Quito a finales de julio de 2017 y duró tres meses en exhibición. Un escándalo público por un mural que conformaba la muestra le quitó protagonismo a la exposición. Pero puso en evidencia el conservadurismo de una sociedad que se indigna más por una imagen que por la tragedia de la realidad.

La Intimidad es Política reunió a 17 artistas nacionales, como Saskia Calderón, Santiago Reyes y Juana Córdova, e internacionales como Regina José Galindo, Zanele Muholi, Priscilla Monge, Marina Abramovic, las Guerrilla Girls, por mencionar algunas. Bajo la curaduría de Rosa Martínez, la primera mujer —junto a María Corral— en ser designada curadora de la Bienal de Venecia. 

La potencia de obras como las de Santiago Sierra o Nuria Güell —en las que se demostraba el abuso normalizado a las mujeres, ancianas y niñas respectivamente, en lugares tan distantes como India y Colombia— daba lugar a profundas reflexiones sobre las políticas que rigen nuestras cotidianidades y el conformismo ante la injusticia.

Sin embargo, la obra en la que se centraron todas las discusiones fue el Milagroso Altar Blasfemo, un mural del colectivo activista boliviano Mujeres Creando. La pieza realizaba una crítica fuerte y explícita al machismo en la iglesia católica. En Quito y el país se compartieron insultos, recolectaron firmas y peticiones de censura. Se enviaron cadenas de oración por Whatsapp, se rezaron rosarios y se hicieron procesiones en el exterior del edificio. Salieron artículos y editoriales en la prensa escrita y virtual y se dispararon cientos de tuits a favor y en contra de la censura.

Una sola obra levantó discusiones añejas sobre censura y moral, mostró la intolerancia y el odio, pero a la vez reforzó el hecho que el arte es un movilizador de sentidos. La obra se pudo seguir visitando con condicionamientos y no fue borrada hasta que cerró la exposición. El poder de la imagen la mantuvo en pie.

 

Ana Rosa Valdez

Guayaquil, 1984. Es historiadora del arte por la Universidad de La Habana. Fue profesora del Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador “ITAE” (2008-2012). Coordinadora del Premio Nacional de Artes Mariano Aguilera y curadora del Centro de Arte Contemporáneo de Quito (2012-2015). Directora de Artes Plásticas y coordinadora de la Convocatoria de Fondos Concursables del Ministerio de Cultura y Patrimonio (2015-2016). Fundadora y directora editorial de Paralaje, sitio web dedicado a la crítica de arte y debates culturales desde Ecuador, desde el 2016 hasta la actualidad. Docente ocasional en la Carrera de Artes Visuales de la PUCE (2019-2020). Ha realizado curadurías e investigaciones históricas con énfasis en el arte moderno y contemporáneo local.

16.  Debates sobre arte, ecología y ecologismo:

Las preocupaciones ambientales han estado presentes en el arte producido en el Ecuador desde los años ochenta. Progresivamente, el ecologismo reemplazó la mirada ambientalista que sólo se enfocaba en la protección y conservación de ecosistemas naturales. La movilización nacional en contra de la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní influyó de manera significativa en las artes visuales, planteando la importancia de reconocer la dimensión social, cultural y política del problema ambiental, tanto como sus implicaciones para las vidas no humanas. Una reflexión sobre la procedencia y destino de los materiales artísticos se volvió relevante, así como la necesidad de producir visualidades no convencionales: tensionar la noción tradicional de paisaje a través de la idea de territorio —una estrategia que vimos de manera muy puntual en obras de la década anterior— se volvió recurrente en estos años.

17. Debates del arte en torno a los feminismos, comunidades LBGTI+, nuevas masculinidades:

El vínculo del campo artístico con los activismos se fortaleció a lo largo de esta década. El arte feminista, queer, marica, trans y, en general, producido por personas y grupos sexodisidentes, influyó activamente en una toma de consciencia de los esquemas patriarcales que aún rigen el campo cultural, con el fin de cambiar los modos de pensar, crear, curar, historiar y gestionar las prácticas artísticas. el cuerpo. Nuevas formas de entender el género se expresaron en prácticas corporales y performáticas, acciones, instalaciones, fanzines, videos, pero también a través de medios tradicionales como la pintura. Los criterios sobre el cuidado, respeto y valoración de la diferencia, en el sector artístico, aún constituyen un pendiente en términos de política cultural, no obstante, esta década contribuyó a impugnar, radicalmente, la visión heteropatriarcal dominante.

18. Debate sobre derechos culturales: 

Con la promulgación de la Ley Orgánica de Cultura en el 2016, los derechos culturales expresados en la Constitución del 2008 tienen un marco legal específico. Aunque la ley no expresa completamente las demandas del sector, su existencia determina un amplio horizonte de posibilidades que en la actual década es preciso concretar. Los derechos alcanzados llevan a pensar en aspectos neurálgicos para el medio de las artes visuales, como la urgencia de un enfoque realmente intercultural, de género y territorial en la política pública, una mejora de la seguridad social para los trabajadores del arte, un mayor acceso a los fondos de fomento en todo el territorio nacional, una institucionalidad eficiente y dialogante, una inversión adecuada para espacios y programas —físicos y virtuales— de memoria, entre otros. 

Un poco más: 

19. Debates sobre arte, educación y mediación comunitaria:

La perspectiva educativa del arte ha desbordado los espacios académicos, e incluso de educación no formal, y se ha tomado la curaduría, la organización de exposiciones y las propias prácticas artísticas. Una educación transformadora, emancipadora, como una posibilidad a través del arte, es lo que moviliza los enfoques de esta época. Asimismo, en las discusiones sobre arte y comunidad, cobra fuerza la idea de la “mediación” como un ejercicio pedagógico y de diálogo con los públicos del arte, que no busca transmitir contenidos procedentes de un campo especializado sino, a partir de estos, estimular la propia interpretación del hecho artístico. 

20. Discusiones a propósito de la interculturalidad:

Aunque el uso instrumental de este término en los terrenos de la política oficialista y los medios de comunicación trajo como consecuencia una banalización del sentido y utilidad del mismo, múltiples artistas, curadores y gestores comenzaron a profundizar en este concepto, y a promover diálogos interculturales, de manera muy experimental, en espacios y proyectos de arte. El Paro Nacional de 2019 movilizó a una buena parte del sector cultural, que se desplazó a las calles en varios puntos del país y tuvo una participación activa en redes sociales. Imágenes activistas producidas por artistas visuales acompañaron la lucha social, manifestando una postura antineoliberal, antipatriarcal y antirracista en los contenidos. 

Una instantánea del paro 2019. Foto: David Díaz, Bloomberg agency

 

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