Para Astrid Pape «la música es la cura de todo el universo». Esa valoración se impregna en su propuesta artistica actual, en la que ella junto a cuatro músicos más presentan un viaje extenso y sin fronteras a través de los sonidos.
Ella es alemana pero su vida está en Ecuador desde hace 20 años. Es saxofonista, cantante, compositora, productora y profesora de saxofón. Su historia musical tiene un comienzo rockero y va contándose entre instrumentos de viento, pop y jazz. Actualmente, Astrid ha decidido darle nuevos colores a su carrera y lo hace fusionando música klezmer con swing gitano y sonidos del este de Europa.
El klezmer es un género musical cuya historia se liga a la de los judíos. Según cuenta Astrid, es, por un lado, música de raíz litúrgica y, por otro, un género que sonaba con fuerza en bodas, cumpleaños y otras festividades. A partir de la década de los 40, el klezmer estuvo casi extinto. En los 70 , resurgió con fuerza gracias a músicos clásicos, de jazz ,pop y folclore que lo popularizaron y fusionaron con otros estilos.
Un clarinete que Astrid recibió como regalo, fue el enchufe que la conectó con su actual proyecto artístico. Su interés por el nuevo instrumento la llevó a escuchar a muchos clarinetistas, entre ellos recuerda al judeo-argentino Giora Feidman. Así se acercó al klezmer.
Luego quiso incorporar un acordeón. Fue entonces cuando conoció a Eduardo Donoso que, además de tocar ese instrumento, hace intervenciones de interacción vocal y comparte el amor por Alemania y la historia europea. Pero la experimentación empezó cuando llegaron Cheo Hernández (batería) y Jorge Luis Recabarren (contrabajo). Finalmente, se unió Jhonny Muñoz, un trombonista apasionado por el klezmer. Así, se consolidó el proyecto Astrid Pape & Klez n´Jazz. Ellos forman parte del Ecuador Jazz 2014, su presentación está agendada para el domingo 23 de marzo en la Plaza del Teatro.
Astrid Pape & Klez n´Jazz reinterpreta canciones de géneros que Eduardo Donoso describe como «místicos, alegres y energéticos». Además, ofrecen composiciones propias. «Queremos mostrar en esta parte del mundo la música y ritmos de aquel otro lado del planeta, donde el contraste cultural es muy grande en comparación a lo que se escucha en Ecuador». Sus temas son bailables y festivos, su experiencia escénica tiene como componente principal el disfrute de la música que han decidido interpretar.
La banda planea seguir investigando, experimentando y componiendo. «Me gustaría tocar en festivales de Klezmer y acercar nuestra propuesta al público ecuatoriano», dice Astrid.
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