Llega la tercera entrega de nuestro especial sobre el videoclip ecuatoriano. En esta ocasión te presentamos una pequeña selección de trabajos que cobraron vida a través de la animación.
A veces la música no es sólo sonido. A veces lleva tanto adentro, que llega el momento de ilustrarla, y, como ahora, darle su propia animación. Podemos llegar a decir que es un deseo artístico tan específico, originado en la inspiración, en las imágenes, en los conceptos que se acumulan en la mente de sus creadores, que no se puede actuar o interpretar en la “realidad”. Por ende, este deseo cobra vida en líneas, en texturas, en movimiento.
Esta selección de videos musicales nos presenta el lado visual de algunas canciones. Un lado que, si bien puede nacer en la cabeza de los propios artistas, necesita también del trabajo de diseñadores y animadores, de su esfuerzo y su creatividad. En cierto modo, este texto también va para ellos.
Morfeo – DATA 96: Espacial (2020)
Uno de los mejores videos de los últimos tiempos que se han hecho en nuestro país y un buen punto de inicio para escribir un texto como este.
Viene a nosotros gracias a la animación 3D. Y se mantiene en tonalidades de grises y negros, con un estilo de robótica futurista donde todos los tonos claros emiten luz. El detalle en el video es impresionante: desde el cuerpo de esta persona/robot, hasta los rayones que lleva su casco. Para que salgamos de la dimensión cotidiana, la acción está ambientada en el espacio. Perfecto para volar y soñar.
Se mantiene una línea clara de estilo. Está presente el mismo estilo visual que auditivo. Hay una cierta onda futurística y los sonidos de música electrónica, claro, dan igualmente la idea de esta. Un buen ejemplo de cómo la imagen puede llegar a convertirse en el complemento perfecto de la canción. Es evidente el trabajo de muchos, el de la gente de BOT Animation —y se darán una idea de quiénes intervienen leyendo la descripción del video de Youtube—. Tan bien trabajado está el 3D, que la ilusión de realidad llega a ser grande.
En cuanto a la letra, al igual que el video, mantiene presente eso de estar en un espacio, externo o interno, e irse y viajar mucho: años luz, la distancia que nos separa de las estrellas del firmamento. Pero también es una canción de amor. Y parece estar dirigida a alguien que sabemos muy efímero en la vida, y del cual uno sólo quiere que despedirse pronto: “ahí vas tú, viajas como la luz”.
Letelefono – Cara de Titán (2020)
Ahora, un video un poco más vintage. La animación de “Cara de Titán” imita las pantallas de consola en los juegos de los 80´s. Hasta me animaría a decir —como dice la propia banda— que está inspirada en Earthbound. Pero esta no es la primera vez que Letelefono utiliza este estilo de animación, porque también la vimos en “La Favorita”. Y, aunque “Cara de Titán” ya salió el año pasado, la idea visual recién tomó vida este 2020.
Es cool cómo mantienen la misma estética de color durante todo los dos minutos y medio, a pesar de situarla en distintos escenarios y niveles. En el video hay cuatro personajes: Mostaza, Escritorio, Chefarina y Pentium IV. Todo empieza con el segundo de los cuatro. A medida que avanza el tiempo, los otros tres se unen al equipo de Escritorio y avanzan por varios niveles, llenas de momentos curiosos. Un buen ejemplo de lo último está en una de las escenas más atractivas: los personajes llegan a pasar frente a un local llamado La Favorita, pudiendo ser esta una referencia a su anterior video.
Mi parte preferida es que, al iniciar el juego/video, cuando llegamos a la selección de modalidades, ahí están las siguientes opciones: Espumita (“Horas Laborales”), Letelefono (“Cara de Titán”) y ¡Chayanne! (“Un siglo sin ti”). ¿Qué tan distinto hubiera sido el juego si se hacía con el modo Chayanne? Sólo Letelefono lo sabe.
Y si hablamos de la letra, esta canción de amor es romántica muy a su manera —“tú tienes el tamaño de un titán, mi cielo”— y lanza un cumplido a esta persona que te vuelve loco. Tal vez el video sea una metáfora de que, cuando estas enamorado, estás dispuesto a pasar por todos los niveles.
El Cholo – Ipso Facto (2020)
Tal vez el video tenga una estética muy atractiva, tal vez es porque me encanta El Cholo. Pero este clip llega a ser uno de mis favoritos.
La composición es muy limpia: está centrada, es simétrica y juega con varios colores. Es un video atractivo y placentero para la vista. A veces menos es más, y este es un claro ejemplo. Lo es porque en el video se trabaja en un formato 2D y las ilustraciones no se llegan a utilizar más que en el centro de la pantalla. Y aun así, todo funciona.
Las ilustraciones tienen una clara relación con la canción. Es más: son la letra en dibujos. “No sabía qué me iba a ver a mí”, dice la voz, mientras una ilustración de un ojo viéndose al espejo aparece. Otro ejemplo: la ilustración de las pastillas con la copa champagne, que llevan una paleta de colores muy agradable. Un punto adicional es el dinamismo, desde el principio hasta el final. Algo que vemos cuando el video está cerca de terminar y se puede apreciar que, al repetir los coros del inicio al final, se utilizan las mismas ilustraciones, pero más exageradas. Es un video donde, pese a los pocos elementos que lo componen, no hay cómo perderse y disfrutar es fácil.
“Ipso Facto” topa varios temas. Lo que me llega bastante, o puede ser el mensaje que resuena en mi cabeza con más fuerza, es el “junto a ti todo es verdad, todo es normal”. Algo que puede o no ser un cumplido, ya que le estás diciendo a ese alguien que junto a él/ella se te ponen los pies en la tierra.
Paquidermo – Sol Eléctrico (2019)
En el video de “Sol Eléctrico” se usa el 2D con stopmotion y se mantiene con un solo personaje centrado durante todo el metraje. El movimiento, en su mayoría, está en todo lo que sucede alrededor o por encima, no en el personaje. Los únicos movimientos de este último proceden de sus brazos. No parece mucho. Siendo así, ¿ cómo se mantiene entretenido el video? Se mantiene porque se utiliza de todo un poco: colores, luces, cambios de velocidad sobre los efectos, máscaras sobre el personaje, al que punto que todo llega a ser intenso. Pero funciona a la perfección: al final, mantener fijo al personaje permite que los cambios que llegan a suceder alrededor no sean abrumadores.
Los movimientos de los brazos y los tiempos en lo que se suceden los efectos van con el ritmo, lo cual ayuda a mantener el enfoque del espectador. Igualmente, aparece un sol y un rayo varias veces, lo cual nos recuerda el título de la canción. Un par de veces surge la mano que dibuja al personaje y, en medio video, hay un zoom out donde se ve al ilustrador. Un buen recurso que nos recuerda que, aun con la ilusión de realidad presente, toda animación es representación, artificio.
El video, al igual que la letra, es dulce. No sólo por las tonalidades que se utilizan en la animación, sino por lo que se dice: “Me gustaría que no dijeras que no”. Es un mensaje de ilusión, en cuya respuesta se espera que se acepte este amor.
Don Bolo – Paseo San Roque (2019)
Un video intenso de criminal punk jazz. Con una representación poco convencional de Pinocho y Geppetto, se lleva a los personajes a circunstancias poco comunes. La intensidad de los eventos del video va de acuerdo con la propia intensidad que lleva la canción. La trama, totalmente excéntrica, comienza con un bicho que se mete a la oreja de Geppetto y lo vuelve loco, lo pone a beber y a buscar peleas, hasta el punto de ponerlo en un manicomio. Y Pinocho es arrastrado a las situaciones que vive Geppetto.
Los detalles del video le dan más vida al carácter de los personajes. Se llegan apreciar granos, pelos y la estructura y textura de las manos de forma impresionante. Cada uno de los personajes lleva el mismo estilo, detallado y grotesco. El video y todo lo que sucede es una locura al igual que la canción. Una muestra de la personalidad iconoclasta de los Don Bolo en toda su expresión.
Alien – Holgazán (2019)
Esta animación avanza a medida avanza la canción. ¿Qué quiero decir con eso? Que el dibujo del fondo se va haciendo durante el video. Está hecho en blanco y gris, lo cual da esta estética de dibujo a lápiz. Y, más que animación regular, da idea de ser un stop motion. Con un perro como personaje principal, la animación cobra una personalidad bien fuerte. Y todo lo anterior se combina tremendamente bien con el sonido suave y sencillo.
Cuando, dentro de su imaginación, el perro aparece en la ciudad con patas de dinosaurio, no nos queda otra opción más que divertirnos bastante, ya que nuestro protagonista mantiene su personalidad, la misma que se ve en su rostro durante todo el video. Es un perro contento y con la lengua afuera, no importa si se ha vuelto un monstruo atemorizante, en la fantasía, o si sigue siendo el mismo, en la realidad.
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La letra hace énfasis en un poder no deseado y en el sueño que en verdad ambiciona. “No quiere gobernar, sueña poder bailar”, escuchamos. Puede ser que el perro quiera un descanso, porque, soñando tanto como suela, se pierde en las nubes y busca paz.
La Máquina Camaleón – Sal (2018)
“Sal” trae una animación con textura. Todos los fondos que lleva el video son hechos con un estilo de acuarela. Se mantiene en un formato 2D y los personajes destacan del fondo porque no tienen la misma textura irregular que este. El video transcurre alrededor de un solo personaje principal, introduciendo a los secundarios como un apoyo.
En cuanto a las situaciones, el personaje protagonista se encuentra en una ciudad, en la que, al estilo de las fábulas, la mayoría de los habitantes son animales. La escena del Chifa la Reina, en el que un perro atiende el local, fue una de mis favoritas, y está marcada por un poco de ironía. Desde ahí se viene un desenlace donde el personaje principal termina feliz, bailando incluso.
La letra no tiene tanto que ver, al menos en superficie. Está conectada con video de manera distinta. Pero en ambos medios se mantiene una impresión del cambio que sufre el personaje. Algo para disfrutar si, como muchos, eres fan de las melodías de La Máquina y, al mismo tiempo, amas esas historias en las que los animales hacen las veces de humanos.
Mugre Sur – Chuta (2013)
El más viejito. Hasta ahora. El video es del 2013, y la canción es aun más vieja, del 2009. Otros tiempos. Lo primero que se me viene a la mente al pensar en la canción es un sonido en particular. La canción Chuta en general lleva montón palabras con “ch”: chicharrón, chitos, chapas, chamo etc… El video logra darle un buen énfasis a este efecto sonoro con ayuda de la animación. Y representa una historia sobre los chamos, los chapas y el “chicharrón”. Una historia delirante y sabrosa a la que no sería necesario ni provechoso buscarle un sentido. Basta con disfrutarla.
El video empieza siendo contado por una mosca, y como se utiliza su misma voz en toda la canción, se puede asumir que ella es la que cuenta/rapea. En cuanto a la ilustración, está en 2D y lleva un estilo casero, desde el movimiento de los personajes hasta el recorte de los edificios. Esto marca el carácter de la canción y de la animación, haciéndolos incluso más icónicos. Lo que no quiere decir que, en pleno año 2020, no podamos disfrutarlos y atrevernos a pronunciar, sin equivocarnos, su complicada letra.
Yapa
Can Can – Casi Siempre (2006)
Y no podíamos dejar de lado a un auténtico clásico de la música ecuatoriana. Ya parecen otros tiempos, pero la fuerza de Can Can no disminuye. Un video pionero que no puede escapar de tu radar y que te arrancará del presente suspendido en el que vivimos y te mandará rápidamente y sin escalas al pasado.
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Una canción no solamente se escucha o se siente, sino que se puede ver, y la conectamos con colores o ideas visuales que, al ver el video una vez más, recordaremos. No podemos simplemente dejar una idea o un sentimiento en algo auditivo: la creación de algo artístico siempre va más allá. Se conecta con la facultad de imaginar. Y en Ecuador tenemos ejemplos de sobra que ilustran esta rara mezcla de inspiración literaria y creación visual. Disfrútalos.
