Amadou & Mariam tocarán gratuitamente en la Plaza del Teatro el domingo 23 de marzo a las 11h00
Eran los años setenta cuando en una escuela de ciegos, Mariam Doumbia y Amadou Bagayoko se enamoraron. Ella, mientras cantaba, él, mientras la acompañaba con su voz y una guitarra. Desde ahí, los ritmos africanos se fusionaron con sus voces más el jazz, el blues y el pop como algunos de los aderezos más comunes de sus melodías.
“Hemos llevado la fusión de nuestra música a sonidos como el blues y el rock, por lo que yo lo llamaría ‘afrobluesrock’”, cuenta Amadou a un diario colombiano[1]. Una mezcla que dice mucho de lo que querían: mostrar que en África se estaba mermando un panal de nuevas cosas.
Se pasaron a vivir de su natal Mali a Costa de Marfil en busca de un futuro ligado a la música, convencidos de que “cuando vives en este mundo, tienes que asegurarte de ser útil”[2]. Y siguiendo esa filosofía, la pareja de ciegos de Mali –como los conocían desde el inicio de su carrera musical juntos–, se aseguraron de brindar esa alegría a través de sus sonrisas y sus letras. “Si yo no te veo, no puedo decir nada, no puedo hacer nada, no puedo ver nada, no quiero saber nada… Mi amor, ma cherie”, cantan Mariam y Amadou, mientras él acompaña con unos acordes blues en la guitarra.
Justamente ese fue el tema clave que los llevó a la fama: “Je pense à toi”. La canción grabada en cassettes recorrió toda África occidental y llegó a Francia en los años 90 para convertirse en un hit. Luego se esparció por Europa y ahora todo el mundo los conoce.
Pero fue con su álbum Dimanche à Bamako (2004) que consagraron su fama y reconocimiento. Manu Chao tenía la convicción de querer trabajar con ellos, tras haber escuchado algunos temas de la pareja en el auto de una amiga. Este disco, que además les mereció un disco de platino, fue producido por el mismo ex Mano Negra y editado por Nonesuch Records.
Sus letras hablan de amor, pero también de felicidad y de unidad. “Lo nuestro es música universal”, suele decir Amadou [3]. Pero su atractivo también está en que hablan de ellos, de sus experiencias y de las de su pueblo. Su historia nos remite a un cuento de hadas con final feliz. Digamos que si bien no pudo haber sido amor a primera vista, se enamoraron de la música que podían crear juntos, de ese mundo oscuro que llenaron de color con sus melodías. Ni la oposición de sus padres, ni las dificultades físicas impidieron que esta pareja se juntara.
De haberlo impedido, no podrían disfrutar de un hogar con tres hijos y de una carrera que los ha llevado a recorrer el mundo juntos, a interpretar sus canciones junto a artistas de la talla de David Gilmour o Damon Albarn, colaborar con otras estrellas de todas las regiones y convertirse así en la pareja de no videntes más popular del World Music.
