Bardo José presentó su nuevo trabajo Realidades No Ordinarias Vol II con una muestra interactiva. Conversamos con el músico quiteño Ignacio Burneo, quien está detrás del proyecto musical.
El nuevo álbum de Bardo José se presenta como una experiencia interactiva. Fotos: +ARTE galería y Juan Sebastián Jaramillo. Edición: Xavier Vinueza
El pasado 10 de Julio, el proyecto musical Bardo José inauguró el lanzamiento interactivo de su álbum Realidades No Ordinarias Vol. II. El álbum, con tintes psicodélicos, vio la luz en diciembre de 2020, pero no fue hasta ahora que el público pudo experimentarlo, y de manera poco usual, en el espacio de la galería +Arte. La muestra estará disponible hasta el miércoles 28 de julio.
Realidades No Ordinarias Vol II es el segundo álbum del proyecto del músico, compositor y productor quiteño, Ignacio Burneo. La colaboración, cuenta Ignacio, fue clave en este proceso. De hecho, en el álbum se puede encontrar temas producidos junto a Boris Vian, Método Mc y Fiebre, tres músicos que exploran sonidos alrededor de la electrónica, el rap y el pop, respectivamente.
Al igual que este, su anterior LP, Bardo José Vol. I, también tuvo un lanzamiento interactivo. En esa ocasión, la interacción se pudo apreciar de manera virtual en www.bardojosé.com. Básicamente, consistía en un mundo virtual, creado por el diseñador de videojuegos Julián Cordero, en el que el espectador recorre un mapa mientras escucha la música del álbum.
La idea de la presentación fue dar a conocer más del producto interactivo a la audiencia. Foto: cortesía de +ARTE galería
Para Realidades Ordinarias Vol. II, Ignacio recurrió de nuevo a Julián para realizar una nueva experiencia interactiva, salvo que esta vez la experiencia sería de manera presencial, pero manteniendo a la tecnología como mediadora y facilitadora. El concepto, básicamente, fue el crear otro mundo virtual a manera de una fiesta, en el que el espectador podía interactuar con personajes que están en el lugar, tanto de una manera física como virtual.
Posteriormente, se unieron Lux Monsalve, diseñador industrial y artista interdisciplinario, y Francisco Burneo, arquitecto y hermano de Ignacio. Fue así como la muestra se fue armando hasta dar como resultado dos instalaciones interactivas y un producto audiovisual, filmado en formato 8mm e intervenido a mano. El fin, cuenta Ignacio, era dar a conocer más sobre el proceso creativo a la audiencia.
Conversamos con Ignacio, para que nos cuente más sobre este lanzamiento poco usual y su proceso de producción.
Se podía interactuar con los personajes de una manera física y virtual. Foto: Juan Sebastián Jaramillo
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Juan Sebastián Jaramillo: ¿Por qué sentiste la necesidad de hacer un lanzamiento interactivo?
Ignacio Burneo: Más que una necesidad, encontré un espacio en el que me podía expresar, en un momento en el que no se podía tocar en vivo. De cierta forma, también me replanteé mi rol como músico.
Yo ya venía trabajando con el Julián Cordero hace unos años, porque él también hizo un mundo interactivo que está en bardojosé.com, es el primer mundo interactivo del primer álbum. Esta vez, con la misma intención decidimos crear este mundo donde puedas experimentar la música, pero llevarlo a un lugar más físico para poder interactuar en persona. Me pareció importante hacer algo así en este momento
Creo que encontré también un espacio donde me puedo expresar, un espacio de galería, donde puedes controlar qué es lo que sucede adentro y te da la oportunidad de crear el espacio de videojuego, la interacción en vivo y el film de 8mm que a la final cuenta la historía de la gente con la que grabé el álbum y con quienes he ido tocando.
El producto interactivo es la interpretación visual de una realidad no ordinaria. Foto: cortesía de +ARTE galería
La estética que pensé cuando tuve que hacer visual el álbum, trabajamos con Pánico, en hacer la portada y se encontró esta estética. La temática del álbum viene de este libro “Las enseñanzas de Don Juan”, de Carlos Castañeda, y me dio este vibe visual súper psicodélico y más allá de las historias o de lo que tratan las canciones, yo quería que visualmente se represente en un mundo paralelo, estos personajes andrógenos que están caminando por esta fiesta…
Hay este momento en el que si interactúas con los personajes aparece este aura que comienza a expandirse y vibrar el juego. Esa es la sensación que quería recrear de cierta forma, y con el Julián fuimos hablando de esto y se diseñó este espacio que, para mí, es la interpretación visual de una realidad no ordinaria. Aunque suene medio cursi…
JSJ: ¿Cuál dirías que fue un cambio entre tu primer y segundo álbum?
IB: Estéticamente fue una evolución. Más que un cambio, fue seguir encontrando ese sonido que de cierta forma me representa como artista, como songwriter, productor. Creo que fue eso: este álbum yo lo produje, con Marcelo Suárez, pero estuve súper involucrado en la producción.
En el primero, trabajé con Felipe Andino y él fue una guía, pero con la referencia estética que yo quería intentar lograr. Tienes esta idea de lo que quieres que sea y al final termina siendo algo que al final es el camino sonoro que estás buscando. Dentro del mundo musical de influencias que yo tengo, hay cosas que me gustan, pero quiero hacer cosas que suenan a mí. Y creo que lo voy logrando. Es algo que me gusta del proyecto, de cierta forma es un sonido que está evolucionando a la par conmigo.
Para Ignacio, el nuevo álbum es una muestra de cómo el trabajo artístico evoluciona a la par que el artista. Foto: Juan Sebastián Jaramillo
JSJ: ¿Cómo ha sido la experiencia de lanzar un álbum interactivo en un lugar usualmente ajeno a la música, como una galería de arte?
IB: Mi argumento es que las galerías son un gran espacio para presentar música. Justamente por el hecho de que puedes modificarlo y tienes un control absoluto desde la luz, el olor, todo lo que hay adentro. Básicamente todo se vuelve un objeto de análisis de experiencia, de interacción.
Me encantó que me encontré con que al final pude presentar música de una manera que no me imaginé antes y que me lleva un paso más allá de lo que puede ser la experiencia de un álbum y de hacer canciones, de cómo tocar en vivo. Es un lugar que se vuelve muy adaptable a lo que el artista quiere proyectar y eso me gusta de las galerías.
Sin duda es un espacio que me voy a quedar tripeando y viendo cuáles son las opciones a futuro y ver cuáles artistas y proyectos de música se animan a presentar su música en estos espacios y ver qué se le ocurre a uno y a otro. Es algo bacán que permite a la gente interactuar con algo en el lapso de un buen tiempo, que se abre a otros nuevos públicos.
Mi experiencia ha sido super buena y la Gaby Moyano (directora de +Arte) ha sido super buena onda conmigo y creo que logramos hacer algo chévere y la gente ha tenido interacciones interesantes.
Presentar el álbum en la galería fue una gran experiencia. Foto: Juan Sebastián Jaramillo
JSJ: ¿Cuáles dirías que fueron tus influencias sonoras al momento de producir este álbum?
IB: Estuve tripeando mucho Talking Heads, hay un proyecto que se llama LA Priest que me encanta, Toro y Moi, Blue Orange también me parece súper interesante… Todo esto son influencias de estéticas sonoras más que nada. De todo un poco, cada vez voy pensando más que la música que uno saca es como parte de tu ADN de cierta forma, como que estás condicionado a que tu música vaya a ser de una manera u otra, porque es algo que ya está dentro de ti. Tal vez es eso, ir descubriendo cómo debe sonar realmente o lo que intento encontrar cuando hago música.
JSJ: ¿Dirías que el tema del álbum y de la muestra va por explorar lo lúdico? Tomando en cuenta la presencia de un videojuego y los colores que se muestran, que podrían tener connotaciones hacia lo infantil.
IB: El fucsia para mí no representa algo tan lúdico, me parece bacán que hayas interpretado eso. Parte de llevar a una experiencia visual la música es eso, cada uno puede interpretarlo dentro de su contexto. Para mí el fucsia es este color seductor que para mí representa esta realidad paralela. No es muy común en el día a día toparse con colores así.
De eso parte el concepto del álbum, la realidad no ordinaria. En este libro de Don Juan habla de estos rituales que hacía esta persona, que se pegaba una u otra droga para tener estos viajes. Para mí, el álbum representaba eso, historias que son diferentes viajes de cosas personales u otras más random que recrean una vibra, más que una narrativa muy clara. Hay historias más claras y otras más abstractas, pero por ahí va la vuelta
Hay un intento de contar una atención más activa de quien escuche el álbum de Bardo José. Foto: cortesía de +ARTE galería
Creo que al final no es tan infantil, a pesar de que es un juego. Culturalmente tomamos a los juegos como algo infantil y la intención justamente es llevarte a tener una experiencia interactiva en un mundo, que es como la vida nocturna, que no es para nada infantil, sino lo opuesto.
También introducirte dentro de esta vibra que queríamos crear, la gente puede interactuar con las canciones de una manera más engaged,de cierta forma. Para mí eso es algo importante. Por cómo escuchamos música hoy en día, veo que mucha gente termina escuchando estas playlists con miles de canciones, sin estar atento a lo que sucede, sino como poniéndolas de fondo.
Quise cambiar ese chip y decir “mira, estoy intentando presentarte algo que requiere completamente de tu compromiso. Tu interacción es el 50% de lo que está sucediendo” Porque si la gente no baila, no interactúa, no funciona. Ese es el trip y el concepto detrás de por qué hacer un juego que sea presencial y hacer consolas, controles y toda la vuelta.
JS: ¿Cómo fueron las dinámicas de producción con los colaboradores?
IB: En el último año y medio, luego de sacar el primer álbum empecé a hacer nuevas canciones y poco a poco desarrollé el concepto. A mí me gusta trabajar de esta forma, no lanzarme con un concepto tan fuerte al principio, sino más bien explorar y ver qué es lo que realmente estoy hablando. Qué es lo que quiero comunicar y cómo lo quiero comunicar. Y ahí ir creando el concepto a la par de lo que ya estaba trabajando.
Empecé a hacer estas nuevas canciones y poco a poco sentí que ya era un conjunto de temas que podían hablar juntos y hacer un álbum. Ahí empezó la grabación junto a Marcelo Suárez, fuimos los productores. Invité a varias personas a colaborar en las grabaciones. Hubo varios bateristas, trabajé con el Fer en bajos. Yo grababa más o menos el 70% de una canción con la letra y siempre invitaba a alguien a contribuir con algo cuando sentía que mis ideas estaban saturadas.
Esta presentación fue, ante todo, una colaboración interdisciplinaria. Foto: cortesía de +ARTE galería
Y cuando ya estaba terminando comencé a hablar con Julián, para empezar a desarrollar el segundo mundo interactivo. Le conté un poco del concepto del álbum, de lo que trataba este libro y que quería crear este espacio medio paralelo donde hay esta fiesta psicodélica y puedes interactuar con estos personajes.
Ahí fuimos desarrollando con Julián durante casi un año. Él hacía la programación y la dirección creativa: cómo quería que se vea y qué quería que sean estas interacciones. Una vez que se terminó de hacer la parte de la programación, le uní al proyecto al Lux Monsalve y a mi hermano, Francisco, para diseñar la parte física del juego.
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Mi hermano es arquitecto, él diseñó los controles, los moldes donde fueron hechos, y el Lux, la parte electrónica detrás de toda esta parte física: los arduinos, la consola, la parte de la conexión de los controles. Mi rol era la dirección creativa: cómo quería que se vea, armar todo en conjunto, delegar ciertas cosas y hacer que todo sea una idea sólida al final.
Hay un montón de gente con la que colaboro. Es un proyecto solista, pero que tiene en su esencia el trip de colaboración interdisciplinaria, que para mí es esencial y es dar un paso más allá de hacer sólo música y lanzarla al Spotify.
En este trabajo de Bardo José hay mucho más que hacer música y subirla a una plataforma. Foto: Juan Sebastián Jaramillo
