El festival de street art tiene como prioridad a la comunidad. Jairo Mena, su creador, nos cuenta la importancia del arte público en lo urbano.
NUMU es un festival de arte urbano que se lleva a cabo en la sierra norte del Ecuador desde el 2017. Su nombre hace alegoría a las palabras “nuevo mural” porque cada año eligen un sector de Ibarra para pintarlo de colores. Es un proyecto independiente y autogestionado que ha tenido que luchar con las contrariedades del camino. Falta de recursos, logística y, este 2020, una pandemia.
Ibarra, una ciudad forjada por el arte y la escultura, es la sede anual de este proyecto que nació para quitarle lo gris de sus calles. Lo primordial es la comunicación. Pues, cada artista debe conectar con el barrio en el que trabajará. En esta ocasión fue el barrio Simón Bolívar.
“Había mucha gente que ya había escrito que quería participar del festival. Esta fue la ocasión de meter a la mayoría de personas interesadas, en especial artistas nacionales”, cuenta Jairo Mena, fundador del festival.
Obra de Pino Spuay (Baños). Foto: cortesía de NUMU
El plan original era recibir a muralistas internacionales, pero fue la oportunidad de darle paso a más ecuatorianos con el arte del graffiti en sus manos. Pino Supay (Baños de Agua Santa), Azpeger (Riobamba), Paint (Quito), Rayz (Cuenca), Diegumberrto (Cuenca), Anadnum (Ibarra) y Andrés Cuatín (Ibarra) fueron los elegidos de esta cuarta edición.
Las circunstancias casi tiran abajo el proyecto, pero Mena y su equipo decidieron seguir adelante con recaudación de fondos y donaciones. “Para muchos fue complejo, pero con tres ediciones el festival ya tenía un nombre. Ya tenía una importancia a nivel nacional. De hecho, eso hizo que muchos de los artistas se animaran a costear su transporte”.
En esta entrevista con Jairo entendimos el poder detrás de cada lata vacía, la importancia del arte público y su vínculo con quienes le rodean.
Obra de Rayz (Cuenca). Foto: cortesía de NUMU
Radio COCOA: ¿Qué es lo diferente de NUMU?
Jairo Mena: Tratamos con los barrios, las directivas, los vecinos. No se trata de incluir un mural y ya. Nosotros no imponemos nuestra gráfica al barrio o comunidad en el que trabajamos. Es decir, si a alguien le gusta pintar calaveras no va a poder venir a imponer eso. Buscamos gente que se adapte al territorio. Eso ha hecho que el festival tenga legitimidad ante la gente, ante los barrios y al final terminen cuidando nuestro trabajo. La fuerza del festival son las comunidades que nos apoyan.
RC: ¿Cómo es el proceso de unir una comunidad con un artista?
JM: Socializamos el proyecto con la directiva del barrio. Hablamos del entorno, el territorio, la historia, las tradiciones. A partir de eso, se generan las temáticas que vamos a trabajar. Para cada artista es súper importante poder conectar con alguien mayor que pueda contar la historia del barrio o por qué se llama de tal forma, por ejemplo.
Obra de Azperger y Paint (Riobamba y Quito). Foto: cortesía de NUMU
RC: ¿Se mantienen los murales de la primera edición?
JM: Los murales siguen completos. Lo que sí ha afectado es el clima, que es lo normal. Creo que hay uno que está rayado y es porque está cerca de un colegio. Pero en general, todos los muros están super bien conservados.
RC: ¿Qué te motivó a crear NUMU?
JM: Antes del festival, en la ciudad de Ibarra no había murales. Había una tradición de muralismo comunitario centrado a la ruralidad. Yo estudié artes y siempre se ha basado en ilustrar los mismos paisajes de lo rural. Pero la ciudad era la que no tenía esa reflexión. Me parecía que la ciudad necesitaba que traigamos el campo acá.
Más allá de los grandes artistas con los que cuenta NUMU, la fuerza está en las comunidades que apoyan. Foto: cortesía de NUMU
RC: ¿Por qué es importante el arte público?
JM: Imbabura tiene una tradición de artistas por tener colegios y universidades con formación de artes plásticas. Hay como una especie de ego bien fuerte. Desde la academia y desde la galería también. El arte público para mí es un poquito más honesto, porque en la galería tú de pronto endiosas una obra o una imagen. No quieres que nadie la toque. Solo que la miren. Se vuelve algo “más importante”.
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En la calle lo haces con la misma importancia, lo haces con el mismo valor, pero una vez que termina ya es de la gente y si lo rayan al otro día ya no es tu problema. Te despegas de tu obra. Eso es lindo.
RC: ¿Si pudieras describir a NUMU con una sola palabra cuál sería?
JM: Inspirar. El rol fundamental que cumple el festival es inspirar. Ha abierto mucho mi mundo. El street art me ha abierto un montón de puertas. Ha ampliado mi forma de ver el mundo y aplicar lo que sé en otros espacios.
El rol fundamental de NUMU es, ante todo, inspirar. Foto: cortesía de NUMU
