Una historia y 7 tips para que te animes a empezar tu propio huerto en casa

por Samay Giulia Vásquez
¿Alguna vez pensaste en armar tu propio huerto en casa? Ayelén Escobar nos da unos consejos para que por fin lo hagas. Ahora es cuando.
huerto en casa

Fotos: cortesía de Ayelén Escobar. Diseño: Manuela Vásquez

Ayelén Escobar tiene 24 años de edad. Hace un par de años se unió a trabajar en el huerto empírico que habían empezado sus padres, en el jardín de su casa. Ellos siempre fueron aficionados de las plantas, pero Ayelén encontró ese gusto cuando compró una suculenta para adornar su cuarto. Poco a poco consiguió más plantas de decoración, y cuando ya no tuvo espacio en su habitación, vio en su patio la posibilidad de tener plantas más grandes y hacer que el huerto familiar procure más alimentos para ellos. 

Hoy, Ayelén también produce abono, tiene un criadero de lombrices, y cada vez esta experiencia se amplía a nuevos temas, pues, como ella lo afirma: “Tener un huerto implica constante aprendizaje. De pronto una cosa te lleva a la otra”. Además de su conocimiento sobre plantas, le interesa mucho el compostaje, por lo que ahora también le dedica tiempo a sus lombrices productoras de humus y a clasificar la basura de su cocina, para aprovechar los residuos orgánicos.

A continuación, te comparto siete tips que me dio Ayelén para comenzar tu propio huerto en casa, con base en su experiencia cultivando como aficionada:

1. Buscar un lugar adecuado.

No importa si vives en un departamento o en una casa grande. Puedes hacerlo en un jardín, un balcón o una terraza. Un espacio donde las plantas puedan tener suficiente luz y buenas condiciones, para que el huerto no sea un estorbo dentro de la casa, sino parte de ella. Importante: Que sea un lugar visible y que frecuentes. Así estarás constantemente atentx y pendiente de las plantas.

2. Escoger las plantas que vas a cultivar de acuerdo a las condiciones del lugar y los recursos que tengas.

Por ejemplo: En un balcón pequeño no hay suficiente espacio para sembrar papas, pero sí plantas condimentarias, plantas aromáticas, fresas, tomates, etc. 

Para un primerizo se recomienda empezar con plantas de fácil cuidado y de fácil cultivo. Comenzar cuidando a una planta que te dará una rápida recompensa te motivará a querer seguir sembrando otras y tener más cultivos.

3. Estar súper abierto a cometer errores, y, sobre todo, ¡superarlos!

Al iniciar probablemente todo te salga mal. Quizá te equivoques con las plantas: mates un montón, otras no te nazcan, pongas mucha agua, las quemes bajo el sol. También vas a descubrir que a veces tenemos buena mano para ciertas plantas, y para otras menos. Lo importante es estar dispuesto a que esas cosas pasen, aprender de los errores, y no desmotivarse para poder agarrar el tino.

4. Asumir la responsabilidad del cuidado.

Ten conciencia de que estás a cargo de un ser vivo. Tu casa o departamento no es lo mismo que un bosque o la selva, por lo que la planta no se va a dar sola. Tienes que darle cuidados y la atención necesaria para que crezca y esté protegida de plagas.

5. Lo mejor que puedes hacer es apoyarte en la experiencia local de otros.

A pesar de que existe mucha información en libros e internet, muchas veces estos nos van a hablar sobre el crecimiento de una planta en condiciones distintas a las que tenemos —temperatura, luz, humedad, tierra—.

No es lo mismo tener un árbol de aguacate en el centro-norte de Quito, que en Guayllabamba. Tampoco sembrar espinaca en un lugar amplio y verde, que en un lugar cerrado. Consulta con personas que viven experiencias y ambientes más cercanos.

6. Hay que tener ganas.

Con esto, estarás del otro lado y tendrás un huerto. Si tienes ganas, empiezas. Si tienes ganas, y lo hiciste mal, no importa. Siempre hallarás la forma de sacar a tu huerto adelante.

7. Todo lo que le das a la tierra va a terminar en tu comida, y por consiguiente en ti.

No le des a las plantas cosas que no quieres que estén en tu cuerpo. Te recomendamos reemplazar los pesticidas comunes, por otros naturales y fáciles de hacer. Por ejemplo: agüitas de ají con ajo, o agua de humus de lombriz. Ambos son totalmente eficaces contra las plagas y sólo hay que rociarlos sobre las hojas.

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Samay: ¿Cuál es el pro más importante que encontraste al cultivar tus propios alimentos?

Ayelén: Creo que lo que más me ha impactado es llegar a tener esta conciencia de consumidor. Sé cuánto cuesta que crezca una planta, sé cuánta agua se utiliza, cuánto trabajo hay que darle. Digo, “Ok, este es un objeto que sí cae de los árboles, pero para que ese árbol tenga manzanas, pasaron muchas cosas antes”. Y no sólo en productos alimenticios, sino que todos los tipos de productos tienen mucho más valor del que cuestan. Ha sido una forma muy linda de apreciarlos. Creo que te vuelves más cuidadoso y mejor consumidor, consciente y responsable. 

S: ¿Crees que podemos vivir de cultivar nuestros propios alimentos?

A: Sí debemos cultivar nuestros alimentos, pero no de forma individual, sino de formas comunitarias. Tengo este pequeño espacio, pero realmente para que yo pueda cenar una vez papas, tienen que pasar cuatro meses. En cambio, si es que existiera ese espacio de comunidad con mis vecinos, tal vez solo con mi calle, y dedicación y ganas, sí podría existir la idea de cultivar nuestros alimentos sin necesidad de comprar en otros lados. Además, ahora que tengo mis lombrices y mi compostaje, pienso en cuántos residuos que tienen mis vecinos se están yendo a la basura, y que yo con eso podría hacer mucho más humus para las plantas.

S: ¿Un consejo para las personas que quieren empezar el huerto?

A: ¡Empiecen ya! Así sea con el grano más chiquito en una macetita, está bien. Empezar ya está bien. ¡Y pregunten! Por el simple hecho de conversar sobre plantas con gente y comunicarlo, muchas veces me han pasado links de talleres gratis, y PDF’s de libros sencillos para empezar. Hay mucha gente interesada actualmente y muchos talleres.

Hay facilidad para hacer un huerto en casa, sobre todo en Ecuador, por nuestras condiciones climáticas. No hay inviernos y veranos muy fuertes, solo cambia la lluvia. Es sencillo, y mucho más cuando entiendes que tus residuos no son necesariamente basura, más bien son un recurso potencial para hacer abono.

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Para Ayelén, dedicarse a las plantas ha sido un gran entretenimiento, un lugar donde aprender a ser constante, donde su conocimiento se ha ampliado en varias direcciones, y también donde la familia se ha unido. Pero, además, es un espacio en el que ha podido depositar su fe, y le ha traído momentos de alivio, sobre todo durante esta cuarentena. Esperamos que también a ti pueda serte útil, ya sea para producir tus propios productos, gastar menos recursos, replantearte formas de consumo, o para ayudarte a sobrellevar este tiempo de aislamiento. Para tu vida diaria. 

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