Nudo, de la galería a la calle y viceversa

por Pablo Dávalos
Juan Pablo y Pamela han creado una galería que nutre a la calle y se nutre de ella. Un espacio refrescante para el street art. Conoce su historia.

Juan Pablo en su estudio. Foto: Pablo Dávila

Una apuesta por revitalizar la escena del street art de la ciudad se esconde dentro de un par de cuartos dentro de un edificio en el barrio de La Floresta. Nudo Street Art Project representa la mentalidad visionaria de dos quiteños. Y está plasmada en un espacio que busca nutrir a las calles de arte urbano y donde, al mismo tiempo, estas se dejen nutrir también. 

Juan Pablo Valle (aka Ache o HTM) es un artista urbano que, junto a Pamela Pinto —diseñadora y entusiasta del collage digital—, decidió poner en marcha un espacio creativo para la promoción del arte urbano en la ciudad. Este lugar apenas lleva funcionando poco más de dos meses desde que se acabó de cuajar el concepto, con la coalición de dos personas que quizá nunca se imaginaron trabajar juntas. Juan Pablo cuenta que el encuentro con Pamela fue muy casual y algo inesperado. Pero también admite que sin ella hoy el Nudo no sería lo que es.  

El interior del estudio. Foto: Pablo Dávila

Juan Pablo ya venía usando este espacio por seis meses, pero nunca lo había visto como un lugar que se abriera al público. Más bien lo utilizaba como un estudio personal que compartía con otro amigo suyo —quien pronto ganaría una beca para estudiar en el extranjero—. Eventualmente se quedó solo, pagando un arriendo bastante caro por un par de cuartos y un pasillo que estaban siendo subutilizados. Ahí fue cuando apareció Pamela para proponerle llevar su collage digital al poster. Él, por su parte, la introdujo a su espacio de trabajo y, con confianza, le cedió sus llaves para cuando él tuviera que irse de viaje.

Después de este encuentro, el proyecto se reformuló. El concepto pasó de ser un estudio privado, escondido en el interior de un edificio, a un taller/laboratorio abierto al público y a otros artistas. La idea era crear una red colaborativa que, a través de la disciplina, promueva el “autodidactismo”. Una suerte de aprendizaje por cuenta propia. Todo eso, para crear un espacio participativo que permita el crecimiento de un público consumidor de street art. Para Juan Pablo y Pamela también es sumamente importante entender y delimitar el arte con el que se va a trabajar —el street art o arte urbano—. Porque es muy fácil confundirlo con el graffiti, que, en palabras de Juan Pablo, es más “vertical y macho”. 

Hoy en día Nudo Street Art Project es un espacio pequeño pero poderoso. Ocupa dos cuartos a los que han llamado «el taller limpio» y «el taller sucio», y un corredor algo corto que ha servido para colgar algunas obras. La ambición del Nudo es hacerse con el último cuarto que resta en esa primera planta del edificio y convertirlo en un espacio integral. Un recinto que incluso llegue a tener un espacio de marquetería para poder, ellos mismo, enmarcar obras. En definitiva, un espacio dinámico y moldeable que se adapte a la necesidades. 

Una apuesta verdadera

El Nudo es una apuesta, porque no existe un espacio similar en el país. Juan Pablo trajo la idea de sus experiencias en el extranjero. Ahí vio par ejemplos de talleres colaborativos que se dedicaban justo a eso: a estimular el arte urbano de la ciudad. Él también habla del proyecto como una apuesta a nivel más personal. Por ejercer su carrera de artista plástico, el ímpetu por crear un lugar de encuentro del que ya no sólo sea él quien se nutra, sino también otros que están incursionando en lo mismo. 

Si uno hace un trabajo de formación de público, deriva en eso, en que la gente se contagie”

Analizando el panorama actual, Ache concluye que la escena del arte urbano local está en decadencia. No hay mucho movimiento, no al menos como el que solía haber. Creando espacios como estos se intenta ser parte de una solución. Si bien Nudo es un espacio todavía en pañales, la temeraria apuesta ha permitido alcanzar pequeños logros, como organizar pequeñas expos, vender obra o compartir talleres entre artistas. Además han logrado traer artistas extranjeros como Parole, de Bélgica; Fck Rule, de Colombia; Bto Prieto, de Perú; y Empty Boy, de Colombia. Con lo cual también comienza a sentarse la red colaborativa que pretenden formar.

El Nudo pretende ser un reflejo del espíritu independiente del street art: no depender de nadie, apropiarse del espacio público y llegar a audiencias multitudinarias. En ese sentido, el Nudo cumple y demuestra que puede existir una fuerte incidencia de la calle en una galería escondida, y viceversa. El espíritu por transformar la ciudad a través del arte es tangible.

La idea del Nudo como concepto viene del Quipu, antiguo sistema indígena de almacenamiento de información. Pero nunca hubo intención de folklorizar el nombre. La idea empata, porque es un espacio de amarre, un lugar donde se ajusta el trabajo. Donde se tensa el oficio, donde se estrechan vínculos. Foto: Pablo Dávila

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