Después de dos cortometrajes a su haber, el argentino Sebastián Schjaer finalmente incursiona en el film de larga duración. «La omisión» es una película cuya trama, sostenida por la búsqueda de estabilidad laboral y personal de una joven madre, no te dejará indiferente.
Dirección y guión: Sebastián Schjaer
Protagonistas: Sofía Brito, Malena Hernández Díaz, Laura López Moyano
País: Argentina
Año: 2018
Duración: 90’
Funciones: 6 de julio a 28 de julio, OchoyMedio, Sala Alfredo Pareja y Teatro Muégano
Trópico Cine cine trae una nueva película a nuestro país. «La Omisión» es un film que explora los conflictos internos y sociales por los que Paula, una joven mujer y madre, tiene que atravesar mientras está de paso por una ciudad industrial y llena de nieve en el sur argentino.
La trama
La búsqueda de un trabajo estable es una de las constantes de la trama escrita por Sebastián Schjaer —quien también dirige y edita la película—. Si sigues muy de cerca el cine argentino, tal vez te suene este nombre por sus cortometrajes anteriores, “Mañana todas las cosas”, de 2013, y “El pasado roto”, de 2015, junto a Martín Morgenfield.
En el esperado primer largometraje de Schjaer, vemos a una Paula que pasa por distintos lugares de trabajo desde que empieza la historia hasta que termina. En algunos de ellos ni siquiera recibe paga, o son sólo trabajos de prueba. Esta es, de cierto modo, la realidad a la que se enfrentan la mayoría de migrantes alrededor del mundo.
Otra de las constantes de este largometraje es el comportamiento —a simple vista— incoherente de Paula. Se puede ver que ella tiene todo un plan a seguir y muchas razones para estar donde está. Además de que no está sola. Viaja al sur junto a Diego, su novio, y Malena, su hija.
Sin embargo, ese plan no está siempre del todo claro debido a las acciones que protagoniza Paula. Este plan, su razón de estar donde está, se va revelando poco a poco, y nosotros, como audiencia, vamos armando un rompecabezas con las piezas escondidas tras el accionar de Paula. Y es precisamente eso lo que hace a la película muy cercana, ya que eso de tomar decisiones no muy racionales ni coherentes con nuestras palabras y pensamientos es propio del comportamiento humano.
Nos centramos, entonces, en la vida de Paula, en sus conflictos internos y su familia. Ahí es cuando aparece un personaje un poco misterioso y extraño, Manuel (Lisando Rodríguez), quien complica más la situación para ella. Cabe decir que desde la primera escena nos topamos contra una Paula perdida, confundida, que no sabe a dónde ir y que más bien parecería estar huyendo de Diego —aunque eso no lo sabemos entonces—.
El final de la película es tan sorprendente como lógico. Vemos una vez más las contradicciones de Paula y sus improvisaciones. Sorprendente, porque es el azar el que le da a ella un empujón para tomar una última gran decisión. Lógico, porque durante toda la película vemos una Paula que no está donde ni con quien quiere estar del todo. Su último acto es un acto de rebelión, de salvación y de honestidad —para con ella misma—.
Aspectos técnicos
También hay que destacar el guion y la actuación como claves para hacer de la película una historia atractiva y fascinante. Sofía Brito (Paula) lleva a cabo un performance lleno de expresiones emocionales y de contrastes. Además, la relación con su hija, interpretada por Malena Hernández, resulta muy natural y conmovedora, metiéndose y metiéndonos en el lado lúdico y tierno de la niñez.
El lenguaje empleado por los actores y las actrices resulta muy natural y espontáneo. Por eso resulta un poco difícil imaginar a Schjaer escribiendo frases que usaríamos en la cotidianidad y que parecen irrelevantes, de manera tan minuciosa. De hecho, bien podría ser que el director les haya dado la libertad de improvisar a sus actores. De todos modos, sin importar el cómo, esta espontaneidad es, sin duda, un punto a favor que hace de “La Omisión” una película muy verosímil.
Por otro lado, la dirección de fotografía, a cargo de Inés Duacastella, es un componente importante de la narrativa. Cuando vemos diálogos, casi siempre, los personajes están enfocados en un primerísimo primer plano, lo cual nos mete en un espacio de intimidad muy fuerte y cargado de expresiones faciales. Así es como nos damos cuenta de la mirada inquieta de Paula y sus expresiones tristes y alegres, de la mirada tranquila de Manuel, o el cariño de Diego a su hija. Son tomas que no ahogan y más bien invitan a profundizar en el carácter de estos personajes.
También nos encontramos con un factor de repetición importante, que es lo que marca el tiempo y el ritmo de la película. Vemos una y otra vez la buseta del trabajo de Paula haciendo la misma parada a las mismas horas y en el mismo lugar. Lo mismo se repite con el lugar al que Manuel lleva a Paula cada que salen a dar una vuelta. Si bien no existen tomas generales de la ciudad en la que se encuentran, tenemos un trabajo de producción que retrata con poco las condiciones del lugar. A la final, todo es nieve, un blanco interminable que ahoga a Paula y a nosotros lxs espectadorxs, y una zona industrial que marca el ritmo de vida.
Opinión
“La Omisión” es una de esas pelis que cuando un amigo pregunta, le diría: “sí, vale la pena que la veas”. No lo digo sólo por el retrato honesto y no romantizado que hace del ser humano. Sino también porque, a través de una historia corta, te invita a pensar en temas sociales y personales a la vez, como lo son la migración, el desempleo, la maternidad, las relaciones amorosas y la fidelidad. Todo esto desde un espacio donde es poco común encontrar historias que traten estos temas que, generalmente, son contados desde las grandes ciudades.
Me quedo con el sueño que Paula cuenta a Diego y que puede interpretarse como una premonición o una interpretación a nivel subconsciente de lo que ella siente sobre su maternidad. “Ayer soñé que estábamos vos, Malena y yo en el Hospital, pero Male recién nacida. Y no se por qué yo me doy vuelta, y cuando vuelvo ni vos ni Malena están más. Y de repente estamos en una ciudad así, con mucha nieve, pero está llena de autopistas y rutas por todos lados. Y hay gente que nos están buscando pero nosotros no nos damos cuenta que nos están buscando. Y la perdemos a Male. La buscamos, la buscamos, la buscamos, pero no la encontramos. Ahí me desperté, con una angustia.”
La película estará en salas en el OchoyMedio y la Sala Alfredo Pareja Diezcanseco de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, hasta el 28 de julio. También habrá una única función en Espacio Muégano, teatro de Guayaquil, el 17 de julio. Acá puedes ver el horario completo de funciones