Al verlo en escena, parecería que Diego Figueiredo mantiene una conversación intensa con su guitarra. Cada una de las emociones del artista reciben una respuesta precisa por parte de su instrumento. Cuando el guitarrista brasileño está en el escenario, el público presencia un diálogo contundente en donde la guitarra es un personaje complejo.
El pacto que Diego Figueiredo tiene con su guitarra comenzó cuando él era muy pequeño. Dicen que a los cuatro años ya la sostenía con propiedad e intensión. A los 12, comenzó a crear armonías e improvisar. Esto ocurría en la provincia de San Pablo – Brasil, donde el músico nació en 1980.
Más tarde, cuando tenía 15, pisaba los escenarios con autoridad. Diego tocaba en teatros y bares de otras provincias, lo hacía solo o junto a artistas consolidados. Durante varios años colaboró con bandas locales. Al mismo tiempo, estudiaba guitarra y jazz en conservatorios de Brasil.
En 1999 ganó una beca para estudiar en Berklee College of Music. A partir de eso, su historia comienza a llenarse de premios y reconocimientos. Dos de ellos no dejan de mencionarse cuando se habla de Figueiredo: el segundo lugar en el Premio Visa de Música Brasilera y su triunfo en el Montreux Jazz Guitar Competition (Festival de Montreux, Suiza).
Además de guitarrista, Diego es productor, arreglista y multi instrumentista. Sus distintas facetas los han llevado a colaborar con artistas como el cantante y compositor brasileño Belchior, para quien produjo el álbum As várias caras de Drummond. Otra de sus compañeras musicales es la cantante franco-dominicana Cyrille Aimée, con quien compartirá escenario este 14 de marzo en el Teatro Nacional Sucre.
Su formación musical es clásica y su exploración combina el jazz con sonidos brasileños. Este maestro de la guitarra cuenta con 20 discos y tres DVDs. Su producción y talento han sido expuestos alrededor del mundo, este mes Quito ofrece escenario a uno de los guitarristas más talentosos de esta época.