Texto y entrevista: Juan José Alomía
1998. El rodaje acaba. Un joven ecuatoriano que ha vivido gran parte de su vida en Francia y ha estudiado Cine en Estados Unidos decide hacer una película en su país de origen, usar la jerarquía de la gran industria con temas locales, con una historia que podría estar pasando a unas pocas cuadras del set, con gente del set, pero el punto es que el rodaje acaba. En un país donde apenas se conoce al Cine, las producciones fílmicas tienen que ser enviadas al extranjero para ser reveladas, y cuando vuelven ser confiadas a algún editor que tenga el conocimiento y el equipo técnico necesario. Ahí Sebastián Cordero conoce a un semejante.
Mateo Herrera, otro ecuatoriano que ha migrado para estudiar esto del Cine, ha regresado al país y ha instalado una pequeña productora. Se conocen. Discuten y después de proponer un montaje acelerado para una primera escena, Cordero confía la edición de Ratas, Ratones y Rateros a Herrera.
La película se estrena y se convierte en el gran giro del Cine Ecuatoriano. Herrera gana un premio por su trabajo en el Festival de la Habana. El dúo se separa. El editor debuta como director en el 2001 con Alegría de una Vez, seguido de Jaque, El Comité, Impulso (Premio Gran Flechazo del Encuentro de Cine de América Latina en el XXI Festival de Cine Latinoamericano de Touluse, 2009) y ahora espera el estreno Resonancia y Tinta Sangre.
¿Háblanos de Tinta Sangre?
Tinta Sangre va de seis romances fallidos alrededor de Quito, a través de los cuales yo intento hacer un retrato de la ciudad. En está película estoy contando seis romances, pero mi desafío es contar una sola historia.
¿Cómo concibes estos romances y lo cursi?
Son romances pero en realidad no creo que sea muy cursi. Lo cursi está en la forma siempre, en como cuentas las cosas. Tiene de drama. Tiene de dramón. No es una película fría, como Impulso mi anterior película. Creo que la cursilería es algo con lo que tenemos que luchar nosotros los ecuatorianos, los latinoamericanos en general tenemos full cursilería adentro.
Es una sociedad que ha crecido basado en la telenovela. A nosotros la telenovela nos conmueve, también todos estos dramones mexicanos y nuestra manera de ser es medio cursi, entonces, el rato que lo plasmamos es medio molesto.
Háblame de tu proceso para rodar ¿A diferencia de otras producciones tú utilizas un equipo mínimo de gente? ¿por qué?
Todas mis películas las he hecho entre pocas personas. Creo que es una opción personal de cómo tu ves el Cine . Yo al Cine lo veo como un medio de expresión personal y la idea de hacer una película la relaciono mucho con la idea de tener una banda de rock. Es un proceso muy íntimo.
Me asustan los equipos grandes de gente. Yo he trabajado con equipos de 40 personas y no me gusta para nada. No me siento bien: hay demasiadas personas, todo se hace más complicado, hay la posibilidad de más accidentes. Es como tener una empresa de 40 personas, de pronto los empleados te pueden hasta amotinar. Para tener un equipo de 80 personas, necesitas un equipo que este encargado de estas personas. A mí no me gusta.
¿No crees que es necesario?
No, para mí no. Hay personas que piensan que para ellos es necesario. Yo, cuándo recién estaba estudiando Cine, me acuerdo que un profesor nos dijo: «Hay dos maneras de hacer Cine en el mundo. Una como hacen en Hollywood, con presupuestos gigantescos y con equipos muy grandes de gente; y otra, con los amigos». Es como lo hace Herzog, Wong Kar-Wai… como lo hacen montones de cineastas, y cineastas buenísimos. Creo que ellos son mi inspiración para hacer esto.
¿Has encontrado alguna debilidad en este proceso?
En mi proceso personal, que no he podido hacer una película con un presupuesto decente, me embalo y prefiero rodar con lo que tengo, en lugar de esperarme tres años para conseguir el dinero. Todo esto de la venta y el dinero me aburre. Prefiero coger y filmar con lo que tengo. Cada uno tiene su camino y mi camino ha sido hacer películas de bajo presupuesto, y he disfrutado el proceso.
¿Cómo ves entonces el apoyo estatal a través de institutos como el Consejo Nacional de Cine?
Me han dado bastante apoyo. Me parece importantísimo. Pero el apoyo que te dan puede ser hasta ridículo, que para un largometraje te den 40.000 dólares es bajísimo. Entonces, a veces, uno tiene que hacer con eso un trabajo casi inhumano, no solo mío, sino de todo el equipo. El hecho que exista el apoyo del CNC es algo bueno, pero el presupuesto es poco. No podemos contentarnos con eso. Tenemos que conseguir que se tome más en serio al Cine y las actividades culturales. Cuando a mí me entregan una cantidad de dinero para hacer una película ese dinero no va para mí, va para un equipo de personas entre actores y técnicos; aunque mis equipos son pequeños son de más de 20 personas que vive de eso, no es un hobby.
Hay una Ley en el Ministerio en la que uno puede aplicar a un financiamiento un año, y si te dan, el año siguiente ya no puedes aplicar. No es que me dedico a esto un año y al otro no. Esto no es un hobby para mi. Yo me dedico a esto al 100%. Yo lo que quiero es sacar adelante eso. Pero ¿por qué necesitamos conseguir dinero del exterior? Porque acá, primero la empresa privada no existe, no hay el apoyo de la empresa privada, no hay interés. El Ministerio de Cultura, el CNC lo dan pero es muy limitado. Nuestra realidad de los cineastas es bastante dura, pero hay que enfrentarla.
¿Qué significa, entonces, ser cineasta en Ecuador?
No sé lo que significa. Yo me acepto como cineasta ecuatoriano. Mi manera de hacer cine viene de ahí. Yo no quiero pretender ser cineasta de otro país. Veo y entiendo mis limitaciones e intento no pretender algo que no soy. A ratos una pretende llegar muy lejos con sus películas, pero como cineasta ecuatoriano, uno entiende a qué tipo de público va a ir. Sé que como parte de ser cineasta ecuatoriano hay mucho interés a nivel internacional , dentro del circuito de festivales. Por suerte existe, porque estar condenados a las opiniones de las personas de este país, que es super pequeño, sería frustrante. Yo creo que por eso el Cine Ecuatoriano ha crecido bastante: hay bastante intercambio cultural entre países… de opiniones… entonces, uno va creciendo. Está demostrado que el Cine ha tenido muchos logros a nivel internacional, lo cual es increíble. Poca gente ha hablado en de eso.
¿Cómo ha cambiado el cine desde el 98 después del estreno de Ratas?
Totalmente. Antes había una producción bajísima y no se sabía nada. Todo era carísimo. Inaccesible. Mi realidad ha cambiado completamente. Es chévere porque siento que no hemos trabajado en vano. Somos un grupo de cineastas que hemos estado activos 15 años. Desde un poco antes si cuentas los cortometrajes.
Cada trabajo, cada película de cada uno es bueno para todo el grupo y hemos ido avanzado juntos. Se ha sacado la Ley de Cine , entre otras cosas importantes. Antes ni siquiera había la información, ahora hay mucha… mucho intercambio. Yo siento que no he trabajado en vano.
Yo veo mi primera película Alegría de una vez y claro, responde a un montón de dudas. Esta es la primera película hecha en Ecuador en digital y con poco presupuesto (casi sin presupuesto), y me parece que a pesar de todos los problemas que tiene, porque es una película bien inocente, tiene algo auténtico, que es interesante. Si uno va viendo todas las cosas que han pasado en estos 15 años y ve en el lugar en el que estamos es muy bueno.
Han pasado muchas cosas. No es que no ha pasado mucho. El hecho de que decidamos grabar en video es algo positivo; si no grabábamos nos hubiéramos estancando, pero como decidimos rodar, cometimos un montón de errores. Yo cometí un montón de errores, aprendí de mis errores, aprendí de los errores de los otros y empezamos a salir juntos.
Es súper importante este trabajo que hemos hecho. Por ejemplo los jóvenes que vienen ahora a hacer una película, ya no tienen que empezar como nosotros, ahora ya hay una manera de hacer Cine. Ya existe. Nosotros nos tuvimos que inventar todo. Nadie sabía como hacer una película. Bueno en teoría sí, pero en la práctica era diferente.
Eso es chévere: que del grupo todos aprendemos. No es que cada uno aprende por su lado y va progresando por su lado, sino que en el Cine se progresa en conjunto, aunque ni si quiera se hable entre cineasta.Por ejemplo, yo voy a ver la película del Iván (Sin Otoño Sin Primavera) y todos aprendemos de ahí. Vamos a ver La Llamada y todos aprendemos un montón, y eso es lo ha estado pasando estos 15 años. Antes, la diferencia de películas entre Argentinos y Mexicanos, que son los países donde hay La Industria, y Ecuador y Bolivia, era enorme. Ahora ya no. Hemos subido el nivel. Estamos compitiendo contra ellos a nivel de calidad. Lo que ha pasado en el Ecuador es muy interesante.
¿Crees que el Cine en Ecuador está respondiendo a una tendencia temática o formal? ¿o que debería?
Yo creo que en el Cine Ecuatoriano de estos 15 años han salido cosas inconscientes de nuestra sociedad, pero creo que eso lo tiene que analizar un sociólogo, antropólogo, no sé. Estos cineastas que han hecho estas películas están expresando algo que todos tenemos dentro, una especie de catalizador de la sociedad.
No se debe hacer una lectura de “vamos a ver si no entretenemos en esta película; vamos a ver si funcionan las actuaciones”, sino un análisis más profundo de “qué es lo que se está diciendo en estas películas”. Muchas veces se dicen cosas inconscientes, ni los mismos cineastas se dan cuenta de lo que están diciendo. Yo creo que muy pronto alguien va a tener que analizar eso. Yo no podría hacerlo.
¿A dónde crees que va el Cine en Ecuador?
Yo creo que por un lado a la conquista del público en las salas. Eso está muy claro. Se va a hacer masivo. Yo creo que dentro de poco vamos a tener un gran éxito en la taquilla del Cine Ecuatoriano, si hablo de 500.000 espectadores , por qué no. Cada vez el público está más interesando por el Cine Ecuatoriano.El público ecuatoriano ya se dio cuenta que el Cine Ecuatoriano puede ser súper entretenido y divertido de ver. La gente busca este Cine, eso es lo interesante.
Por un lado eso, por otro lado va hacia la profesionalización. Cada vez las personas que participan en los rodajes son más profesionales, son gente estudiada, gente que vive de esto. Los técnicos están viviendo de esto. Me daría pena decir que vamos a ser una industria, porque industria a mi me suena a fábrica de salchichas. Yo diría que el Cine Ecuatoriano va hacia hacer buenas películas. Ojalá.
A manera de epílogo, películas que Mateo Herrera recomienda ver:
Barton Fink -Hermanos Coen
Vértigo – Y todo Hitchock
Barbarella – Roger Vadim
Happy together – Wong Kar Wai
Sleeping beauty – Julia Leigh
Urga – Nikita Mikhalkov
E.T (la escena de las bicicleta)
Reservoir Dogs– Tarantino
Roma Ciudad Abierta-Rosellini
Mama Roma– Pasolini
Dolce Vita– Fellini
Masculino Feminino– Godard
La rodilla de Claire– Rohmen
Way down east – Griffith (película favorita de Hitchcock: también la mía)
El acorazdo de Potemkin– Eisentein
Volver al futuro-Zemeckis
El mago de Oz-Fleming