Hay que hablar de sexo, y Sex Education recuerda que no hay cómo ignorarlo.
Dirección: Laurie Nunn (creadora), Kate Herron, Ben Taylor, Alice Seabright, Sophie Goodhart
Guión: Bisha K. Ali, Sophie Goodhart, Laura Hunter, Laura Neal, Laurie Nunn, Freddy Syborn, Mawaan Rizwan
Protagonistas: Asa Butterfield, Ncuti Gatwa, Emma Mackey, Gillian Anderson, Chaneil Kular, Alistair Petrie, Connor Swindells, Cerys Watkins, Kedar Williams-Stirling.
País: Reino Unido
Año: 2019-
Duración por capítulo: 45’
Sex education, la serie inglesa de Netflix creada por Laurie Nunn, no para de educarnos y sigue demostrando que es lo que la audiencia necesita. Compuesta por ocho capítulos por temporada, trata conflictos o inseguridades que se tienen al momento de tener sexo.
La serie, situada en la clínica sexual de una secundaria, nos muestra todas las dudas que hay y pueden surgir al momento de explorar nuestra sexualidad. La primera temporada ya trató situaciones como aborto, vaginismo, masturbación femenina y sexualidad reprimida, pero al parecer no fue suficiente. Con una amplia audiencia llena de preguntas, llega la temporada dos para seguirnos sorprendiendo y recordándonos que no somos los únicos con tantas preguntas.
La serie resalta para la audiencia. La primera temporada destacó por la información sin censura que daba. La segunda se mantiene igual. Sin miedo a tratar todos los temas, muestra todas las situaciones en las que podemos hallarnos. Nos demuestra lo normales y naturales que son nuestros cuerpos junto a sus deseos.
Sex education representa una realidad. La realidad de adolescentes y adultos que no saben qué se está haciendo al momento de explorar la sexualidad. Una realidad donde todos estamos llenos de preguntas y dudas sobre qué estamos haciendo y si lo hacemos correctamente. En sociedades donde la sexualidad es algo de lo que se habla muy poco, estas series se vuelven muy necesarias.
Alguien necesitaba romper el tabú.
La serie hace visible todo lo que puede suceder, o va a suceder, al momento de tener relaciones sexuales. Todos esos escenarios incómodos que la gente prefiere nunca discutir. No es por el morbo o solamente por la trama que la audiencia se queda. Queremos saber sobre sexo y nos falta información. Sex education nos la da y nos empodera para que hagamos las preguntas. Si bien no nos hemos hallado en todas las situaciones que vemos, hemos tenido dudas sobre algunas de ellas. La serie nos da calma. Todos estamos un poco perdidos.
Claro, una serie que trate el sexo de adolescentes trae mucha polémica. Principalmente sobre qué tan abiertamente se deba o no tratar la sexualidad. Pero, queramos o no, la sexualidad es parte de nosotros. La mamá del personaje principal, siendo una sexóloga, sí habla y explica a su hijo todos los escenarios que pueden surgir en la intimidad. Pero, claramente, no todos cuentan con un sexólogo en casa o alguien con quien hablar abiertamente de lo que puede llegar a suceder. Sex Education recalca lo esencial que es la comunicación al momento de entrar en intimidad y cómo todos tenemos unas dudas guardadas. Dudas que no deben darnos vergüenza.
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Sobre un acto tan común y tan tabú como el sexo. La serie destaca lo esencial que es la comunicación sobre el tema. Son varios los motivos por los que la serie marca importancia en la comunicación en las relaciones sexuales. Principalmente, porque es un acto de dos, en el que ambos merecen disfrutar. Y las mujeres llegan a olvidar lo esencial que es que ellas igualmente disfruten. Todos los cuerpos son únicos y funcionan de maneras distintas, hay que respetar y ser pacientes al momento de mostrarse con alguien. La comunicación sobre el sexo sólo puede traer beneficios.
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La serie cuenta con una restricción de edad, lo que advierte lo explícita que puede llegar a ser. Hay malas palabras, drogas y varias escenas sexuales. Bueno o malo, es la realidad adolescente, a la que, de alguna forma, todos estamos expuestos. Vemos representados hechos, y por eso la audiencia se siente menos extraña.
Lo más reconocido de Sex Education ha sido la sororidad que muestra. En la temporada uno, dos de los ejemplos más claros son el apoyo que se demuestra entre mujeres en el hospital, sin juzgar las situaciones de otras, y también la hermandad que surge entre las chicas de la secundaria cuando una fotografía de una de ellas es compartida entre todos. La temporada dos nos sigue enseñando lo esencial que es el sentido de hermandad entre mujeres. Sin ser demasiado explícita, demuestra que lo que más nos une es el acoso que todas hemos sufrido. Lamentable pero real.
Concluyendo, es una serie polémica pero esencial. Seguramente no sea la más cómoda para ver con sus papás, pero sí es muy recomendable para verla por separado. Les invitamos a que vean esta producción. No sólo para que aprendamos un poco, también para que empecemos a abrir el diálogo. Puede que sea incomodo, pero el sexo es normal y sucede constantemente. Hablar sobre ello es una necesidad.