Mateo Kingman estrenó videoclip para “Sendero del Monte” a través de The FADER. Esta producción se une a una estética que el músico ecuatoriano proyecta en sus videos, pero que parte del poderoso mensaje de sus letras.
El nuevo video de Mateo Kingman nos dispara a una naturaleza tan cercana como desconocida. Desde el inicio, el músico plantea un viaje a través de su transformación.
“Yo me convierto ahora en un animal. Mente de agua, corazón de tagua”
Así rapea al inicio de “Sendero del monte”, un tema que provoca con rimas de hip-hop, un encuentro entre Kingman y una atmósfera que de no ser por el videoclip, sólo él en su experiencia sería capaz de percibir.
Es una canción donde los símbolos albergan una historia personal de su creador. Durante un viaje “por los senderos de la selva profunda y llena de espíritus”, según relata Mateo, sintió venir la canción y la escribió a su regreso. Apareció mientras se mezclaba entre el agua de las cascadas, el viento, los animales, la vegetación penetrante.
Consumar la materia visual que nos acerca a experimentar lo que Mateo, fue un reto, pero también un placer para el equipo detrás de su producción. “El camino es metáfora de la sanación, el sendero, terapia, y el monte, estado de elevación”, dice Camilo Coba, director del video, para explicar algunos de los símbolos que dominan la historia del videoclip.
“Vamo’ a que la lejanía nos incomunique. Subamos a la meseta. Ver el horizonte”
En este video lanzado a través de The FADER el 24 de marzo pasado, la belleza natural se encuentra con la belleza artística de las máscaras inspiradas en Tigua. Desde el inicio aparece un niño con máscara de lobo que guía a Mateo entre la naturaleza y el pueblo, y luego él mismo se coloca otra máscara que es la que le abre los ojos hacia una nueva visión.
El detalle de la máscara de papagayo, saturada de rojo y texturas fuertes, fue obra del artista plástico Teo Monsalve, quien absorbió la sensibilidad del símbolo para pintar la base de madera tallada por Darío Herrera y transformarla en ese elemento transformador del video.
Es en el minuto 2’13’’ donde empieza la visión, la mutación que lleva al personaje a ver lo que vería alguien que se entrega a los poderes del sanpedro o de la ayahuasca para mover su ojo hacia otra búsqueda.
“Voy a buscar mi amor, mi canario, mi pájaro”
Mostrándolo de una forma sutil, Camilo Coba, director del videoclip y guionista, elabora la visión experimentando con la cámara. Muestra a una mujer pájaro fuera de foco, de la que más que su rostro, se puede ver sus colores gracias a la luz que cae sobre ella. “La sientes, pero no puedes leerla”, dice Camilo y entonces se comprende más la figura de este personaje como una dualidad, una energía femenina o como “el amor” del que habla Mateo en su lírica.
“Vamos a abrazarnos y a contarnos todo. Vamos de la mano a revolcarnos en el lodo. Vamos a jugar a camuflarnos de madera”
Ya en el videoclip de “Lluvia” de Kingman nos habíamos encontrado con ese ambiente térreo con el que coincidimos al inicio de “Sendero del Monte”. Solo que esta última vez la transformación y el transporte a otro lugar es más fuerte y evidente. Daniel Romero, guionista y productor del video da importancia de esa transición que nos permite llegar y respirar en la selva amazónica, luego de recorrer montañas y cañones. Mientras escribían el guión entre Daniel y Camilo, acamparon en lugares donde la tierra les brindaba elementos para su trabajo. El Cotopaxi, el Quilotoa, el cañón del Toachi.
Camilo tripeó con los lahares (flujos de lodo incandescentes formados a partir de las erupciones volcánicas) y los definió como aquellos ‘senderos naturales’ que indicarían el camino. De ahí la importancia que le da al fuego, un componente común y poderoso de sus últimas producciones audiovisuales.
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Todo este juego de descifrar los elementos vivos de “Sendero del Monte” enciende las posibilidades de encontrar más símbolos dentro de esta historia. Véanlo y encuentren las suyas, dejándose llevar por ese camino, por su propia visión.