Hace más de dos años, gracias a Nixie, me topé con Alkaloides. Mi primer contacto con su música fue un live set grabado en uno de los conciertos Loop-It!, organizados también por esta productora/plataforma web. Sus canciones tenían una onda especial: combinaban una actitud punk y garage con beats que invitaban a bailar a quien los escuche. El registro de esa tocada incluía los errores de una banda semipro y uno que otro comentario incómodo de Carlos Espinosa, el cantante. Parecía no importarles y en esencia todo era divertido. Fue así como -de inmediato- me conecté con su propuesta.
Aunque aquella grabación ya no está disponible en la red, recuerdo «Perdidos en el tiempo» y «Película de bajo presupuesto», como las canciones que se repetían una y otra vez en mi tocadiscos mental. Las reproducía en loop y me dejaban ansioso por escuchar más. Alkaloides surgía en un momento de transición en la escena de Quito. Por un lado, marcaba distancia con lo que habían hecho Tanque, El Retorno, La Escuela, Anónimos y más bandas de punk de los 90 -y principios del 2000- y se subía a la ola del indie más actual. De alguna forma, llegaban para ocupar el espacio de lo que propuso Motozen, en su momento.
Más tarde, «Ella viene del futuro» -publicada en septiembre de 2012- adelantó que la banda tenía algo diferente para proponer al panorama musical de la ciudad. Pero «Alkaloides», su primer material de larga duración, lo confirmó. Por eso, recomiendo comprarlo, escucharlo y guardarlo en su colección.
Se trata de una historia contenida en un track list cuidadosamente curado. En 40 minutos -traducidos en 10 canciones- puedes imaginarte dando una vuelta en bicicleta, por la ciudad. No es casualidad que «Nintendo» y «Tal vez hoy en bici te vaya a ver» abran el álbum; y después, «Líneas en los cuadrados», «4D» y el single «Degenerar», suban la intensidad y el tono, hacia un ánimo más fiestero y rock and roll (dejando la bici estacionada).
En ese trip, «Alkaloides» también tiene la virtud de ser un material con muchas formas: incluye diferentes estilos de indie y punk con guiños al new wave y surf rock. Este es uno de los casos en el que no haber trabajado con un único productor musical, lo convierte en un disco muy entretenido para escuchar. Pero también para descubrir múltiples estados de ánimo a través de sus canciones. Por eso pienso que hay un hit para cada persona que pueda disfrutarlo. ¿La mía? «Película de bajo presupuesto», por la buena onda y algo que suena como una referencia a Flight Of The Conchords.
Por otro lado, hay que prestarle atención al concepto gráfico del álbum. Maggie Camps (artista plástica y cantante de Sweet Sandra) cedió una de sus pinturas para el diseño de la portada. La banda tomó un fragmento y bautizó a la obra como «Ella tiene un plan». De paso dejaron un bonito disco objeto que merece ser guardado.
¿Son fans de The Cure, Clap Your Hands Say Yeah, Ilegales, Interpol, Prisioneros…? Este disco es para ustedes. Vayan por él.
*Disponible en: Mediateca de la Alianza Francesa de Quito, La tienda del CAC y a través de Unízono Clips para todo el país.