¿Por qué ir a ver Feriado?

por Carolina Benalcázar
Feriado

Juan Manuel Arregui y Diego Andrés Paredes

Después de ver «Feriado», puedo decir que es una experiencia que deseo que todos vivan. La mía empezó por ir conociendo poco a poco, sobre la ópera prima de Diego Araujo; primero, a través de los anuncios en Facebook y otros medios, que llamaron mi atención; segundo, porque tres queridos amigos trabajaron en ella -y estaban emocionados cerca del estreno-; tercero, porque fue la primera película ecuatoriana en ser incluida para la sección Generation del Berlinale; y cuarto, porque fui parte de un focus group que trató sobre su estrategia publicitaria.

Ahora, ha pasado un tiempo desde que la vi y cada vez estoy más segura de las razones por las cuales la recomiendo. Lo hago desde dos puntos de vista: como una película que tiene la capacidad natural de emocionar y tocar fibras, y también como una producción ecuatoriana realmente buena, que indica que vienen grandes cosas para nuestro cine.

La experiencia del focus group es la que más pistas me dio sobre el plot y lo que estaba por venir. Ahí nos hicieron preguntas como: ¿que tipo de póster te llama más la atención para ver una película?, ¿qué buscas en una película?, pero se me quedó grabada la última pregunta y cuando fui a ver «Feriado», me di cuenta que no fui a buscar nada particular en ella, sino que ella me encontró.

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De cabeza, Juano y Juan Pi

Así como me pasó con la película, a su protagonista Juan Pablo le sucede con un feriado. Y sospecho, nos sucede a todos, cuando aparece ese momento fortuito en nuestras vidas, que da las primeras pistas de quiénes somos y en lugar de luchar contra ello, aprendemos a aceptarlo. A dejar que lo que sea que somos, nos siga encontrando…

Y sí, «Feriado» habla del descubrimiento, cuando no lo esperamos, cuando le da un nombre a lo que buscábamos pero no sabíamos de qué se trataba. Diego Araujo le da muchos nombres. Ahora sé muy bien quién es la Flaca y quién es Juano, sé quiénes son en la película y quiénes son para identificarlos en nuestras vidas. Siempre es fascinante encontrar a ese tipo de personajes entrañables en el cine.

Recomiendo «Feriado» también porque espero que todos quienes la vean, tengan esa sensación de familiaridad con sus protagonistas que habitan la historia de Juan Pablo (Juan Manuel Arregui), el personaje principal. Desde su mirada, nos encontramos con una película que es un pedazo de su vida. Y todo se construye a partir de ahí: empezando por un guión claro y redondo, que se debe a una producción artística y técnica sencilla y precisa. La fotografía que observa y respira, una ambientación artística de la época sin alarde y un montaje que da la forma final, por la cual, nos dejamos llevar con naturalidad.

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Juan Pi y La Flaca

Recordamos la película por su humanidad. Al punto en que incluso reconocemos cómo hablan, cómo se visten, cómo son… Dudo que sea coincidencia que la línea, «demente, no ve», la muletilla de Juano (Diego Andrés Paredes), se quede con nosotros y nos haga sonreír al salir de la sala.

Otra razón por la cual recomiendo «Feriado» es por su audacia. Después de haber visto la escena del beso acompañada de gritos y sonidos exclamativos en la sala, siento que está dando un paso más allá, al abrir los ojos del público en nuestro país. Sobre eso me imaginé: la próxima vez que el público del cual fui parte, vea una escena de un beso entre dos personas del mismo sexo, reaccione de otra manera, quizás mas permisiva.

Esto se podría deber a que en ésta película, la homosexualidad de Juan Pablo y su relación con Juano, se trata con inocencia. Esta es otra desviación que Araujo toma del estereotipo de «la película ecuatoriana» ya que, al alejarse de lo explícito y lo crudo, logra concentrarse en una cuestión más universal. En cierto punto, las pistas de los sentimientos de Juan Pablo, se vuelven claras. Pero aún así, su homosexualidad como tal, es uno de los varios ángulos a través de los cuales inicia su descubrimiento. Este toma la clase social, las diferencias familiares y los intereses más íntimos, para revelar de manera quizá más externa, todo lo que sucede en su interior.

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Juan Manuel Arregui es Juan Pablo

¿Y lo interno? Se muestrea simplemente al ver el rostro de Juan Manuel Arregui. Y él es otra de las razones por las cuales sugiero ver «Feriado». Su papel me recordó a esos personajes del cine a los cuales regreso con frecuencia; justo ese coming of age, que rompe con todo patrón generacional de públicos. Así hay actores que en su rostro contienen ese universo en su mirada y en los gestos más mínimos, como Bill Murray en «Lost in Translation» de Sofia Coppola y Ryan Gosling en «Lars and the Real Girl» de Craig Gillespie. Todos ellos son personajes que no están buscando, justamente porque no tienen piso. Y por esa misma razón nos juntamos a su camino, porque sabemos que lo van a encontrar. Por eso es una alegría acompañarlos, porque su mirada jamás está vacía.

Al final, cuando ya rodaban los créditos, la película me dejó con una sonrisa. Después de estudiar y conversar tanto sobre el cine que se hace en nuestro país, sabía que ésta acababa de dar un paso más allá. Al terminar, tuve las mismas ganas de escribir como cuando vi películas que son muy importantes en mi vida. Y para cerrar el episodio, en los mismos créditos, aparecieron los nombres de aquellos amigos que me motivaron a verla.

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