Hace menos de un mes en Quito se inauguró 1865 Museo de Rock Ecuatoriano, un lugar dedicado a rendir homenaje a las bandas y a todos los músicos ecuatorianos que han marcado su paso en la historia.
1865 Museo Rock Ecuatoriano / Fotografías: Humberto Cabrera
La idea nació dos años atrás. Iván Vásquez, Sebastián de Trinidad y Marco Yacelga, conceptualizaron un lugar dedicado exclusivamente a exponer la escena nacional de una manera estética y profesional.
Desde entonces parte de su trabajo consistió en recopilar información, utilería y vestuario de bandas desde los años 60 hasta la actualidad. Iván y Sebastián recorrieron ciudades como Guayaquil, Cuenca, Ambato, entre otras, dando a conocer su propuesta a los músicos e invitándoles a ser parte del proyecto.
El artista nacional no guarda sus cosas, por eso la búsqueda fue un gran trabajo. “Llamar a los artistas y convencerlos de que el objetivo era rendirles homenaje fue difícil, porque nadie lo había hecho antes”, explica Sebastián.
El museo está ubicado en el norte de la ciudad entre las calles Giacomo Roca y Bosmediano. Luego de planear los detalles mínimos de cómo debía ser el espacio, el 27 de abril el Museo de Rock Ecuatoriano abrió sus puertas al público.
El objetivo de 1865 es que la gente que conoce sobre música independiente y sigue los proyectos que se desarrollan en el país, tenga un lugar donde pueda nutrirse aún más. De igual manera las personas que han tenido un concepto cliché del rock ecuatoriano cambien su perspectiva. La escena independiente es grande, y los proyectos musicales que el país tiene merecen ser conocidos por todos, según los dueños del lugar.
El Museo expone la escena musical nacional en objetos totalmente diseñados por los arquitectos. Los artículos de las bandas descansan en una malla electrosoldada, un tejido industrial contemporáneo que posee características de transparencia.
1865 Museo de Rock Ecuatoriano
Cada diseño fue exclusivamente creado para el museo. “El lugar tiene identidad propia, trabajar con las mallas fue laborioso y el espacio no permitía hacer varias actividades a la vez” comenta Katherine Villavicencio, arquitecta a cargo del proyecto.
En el lugar existen cincuenta nichos distribuidos aleatoriamente en tres salas. Metal, ska, rock fusión y alternativo son algunos de los géneros que dan vida al ambiente.
Las donaciones de objetos son hechas profesionalmente. Hay un contrato de donación en el cual el museo se compromete a guardar, cuidar y dar mantenimiento a las cosas que les sean donadas. En el caso de que el proyecto se termine también se compromete a devolver absolutamente todo.
Si bien el contrato es una garantía para los músicos, Iván comenta que “la mayoría han realizado las donaciones como obsequios permanentes”. El apoyo de los artistas ha sido fundamental para armar el museo.
Guitarra original de la Trifullkca en la que Luis Rueda compuso el primer disco
Por el momento están expuestos 37 artistas entre los dos espacios que componen el museo. En la planta baja descansan los nichos de bandas emblemáticas; puedes encontrar la grabadora de cassette y la pedalera que usaba Cacería de Lagartos en los años 90 o la boina, mochila y los panfletos musicales de Jaime Guevara. Están también las singulares botas y chaqueta de Los Búfalos y afiches originales de las tocadas de Contravia de 1988 y muchos otros artículos icónicos de la música independiente.
Mientras que en la parte superior del museo, en un ambiente relajado y al aire libre, se arma una exhibición de bandas nuevas. Los Nin, El Extraño, Da Pawn, Los Bueyes de Madera, entre otros, ya se exponen en el lugar. Dentro de dos semanas se completará la exhibición de los 50 primeros artistas. Las exhibiciones en el museo se renovarán cada seis meses.
Ricardo Pita, músico y compositor guayaquileño
Hay nichos rotativos que alternan a los músicos nuevos. En uno de ellos se encuentran la singular gorra roja y camiseta a rayas de Ricardo Pita, uno de los artistas que inauguro el museo. La idea es desocupar aquellos nichos, pero exhibir los artículos en fotografías. El espacio vacío estará dispuesto para ubicar objetos de nuevas bandas que toquen en el museo, porque además 1865 funciona como un pequeño venue para conciertos.
Dentro del Museo de Rock Ecuatoriano hay también un espacio dedicado a fomentar el desarrollo del arte a temprana edad. El próximo mes darán a conocer el nombre de la fundación con la que la empresa va a trabajar. La idea es que los artistas puedan donar instrumentos que ya no usan para que niños puedan iniciarse con ellos en el ámbito musical. “Buscamos fomentar una nueva generación de músicos en el país” comenta Sebastián.
«Ayuda a que más niños cumplan su sueño de convertirse en músicos»
Como en todo museo, si bien hay espacio para las bandas ‘clásicas’, también hay un área para las nuevas propuestas. En la planta baja descansan los nichos de bandas emblemáticas y en la parte superior, se busca crear un espacio para las bandas más contemporáneas. Para Sebastián las propuestas musicales han mejorado considerablemente. Entre las bandas nuevas que llegan, la gran mayoría tienen calidad musical, pero señala que es un problema que no tengan difusión.
La mayoría de los socios del museo en algún momento tuvieron sus bandas y saben lo difícil que es en el país hacer música y poder vivir de ella. El museo-bar pretende ser una ventana para que los músicos expongan su trabajo.
Dentro de los colaboradores del proyecto todos tienen una idea diferente de lo que es el rock. Por eso su idea no es dividir la escena independiente, sino consolidarla. El museo busca convertirse en un centro cultural abierto a todo el público con exposiciones pictóricas, teatro, monólogos, conferencias y conversatorios.
En 1865, Juan León Mera escribió la letra del Himno Nacional. Esta fue la primera canción ecuatoriana que todo ecuatoriano se aprendió. Dentro 1865 Museo de Rock Ecuatoriano se maneja el concepto de que todas las cosas que están dentro del museo-bar, el ecuatoriano las debería conocer como el himno, porque son manifestaciones de nuestra cultura.
