“La fe mueve montañas”: una frase que no deberíamos tomar a la ligera

por Bianca Proaño
Estamos acostumbrados a ver La Pasión de Cristo en la tele por estas fechas, pero es igual de importante ver la otra cara de la religión.

“La fe mueve montañas”, una frase que no deberíamos tomar a la ligera. En el segundo largometraje de Tito Jara (director y guionista ecuatoriano), estrenado en el 2022, nos encontramos con Antanacio (Andrés Crespo), un estafador que vive de dar misas en entierros para sacar dinero.

A través de sermones convincentes y aprovechándose de su figura de autoridad religiosa, cobra limosnas a gente que pagará hasta billetes sin dudar de la palabra de ‘El Rezador’—nombre de la peli—. A partir de este personaje, la película presenta los extremos a los puede conducir la fe ciega y los riesgos de seguir una mano sin cuestionar su autoridad.

A medida que se desarrolla la película conocemos que Antanacio debe mucho dinero y tendrá que pagar lo antes posible para evitar consecuencias. Chucho (Diego Andrés Paredes), su amigo más cercano, le informa que en el barrio de Atachucho (Quito) suceden milagros conferidos por una niña llamada Gema (Renata Jara).

Sin nada que perder Antanacio va al barrio y se topa con una fila de personas que salen de la casa de la niña. Allí conoce a Carlos y Nela (Carlos Valencia y Emilia Ceballos) padres de la niña. A cambio de un dólar, se sienta con Gema y pide su bendición.

El Rezador rápidamente toma esto como una oportunidad de lucrar de la comunidad de Atucucho para que tanto él como el padre de Gema se beneficien de su supuesto don de conferir milagros. “En este negocio la gente ve lo que quiere ver”, dice Antanacio. De esa forma Carlos y Antanacio empiezan a llamar la atención de la comunidad, usando el don de Gema para atraer a más y más seguidores sin tomar en cuenta las consecuencias de este camino.

La fe es un principio nuclear de la mayoría de religiones occidentales y se nos ha enseñado que no se cuestiona, y mientras que es válido tener creencias personales, lo atemorizante es pensar en quiénes manipulan esos principios y símbolos religiosos. Cuánta gente ansiosa va detrás de un milagro, ignorando que en quienes depositan su fe son seres de carne y hueso. Humanos, a fin de cuentas que, como Gema, la ‘niña milagrosa’ probablemente están siendo explotadas a costa de un supuesto don.

Sin duda, la religión ha sido objeto de debates y discusiones: ¿hasta dónde puede llegar el aprovechamiento de la fe para beneficiar a una sola persona o a un grupo específico? En conclusión, esta película aborda los mismos temas que están muy presentes durante esta época de Semana Santa; temas como el pecado, la redención y la celebración en comunidad de los símbolos y figuras religiosas. Estamos acostumbrados a ver La Pasión de Cristo en la tele por estas fechas, pero de igual manera es importante ver esa otra cara de este contexto, tomarnos un rato y cuestionarnos en dónde depositamos nuestra fe.

Te dejamos esta recomendación para que la compartas en tu mesa familiar mientras disfrutan de una buena fanesca.

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