Un videoclip de Sal y Mileto ha sido desenterrado del pasado y ahora circula entre nosotros reviviendo la época dorada de la que podría considerarse la banda de rock más importante del Ecuador. Aquí está la historia detrás de él.
En el 2001 se proyectaba en la televisión nacional una serie que podría ser la versión criolla de «The Twilight Zone», aunque esa definición le quedaría corta.
Historias de la Zona Oscura fue la hija retorcida que parió Peky Andino, dramaturgo, quiteño y uno de los fundadores de Sal y Mileto. La serie salió al aire a inicios de la década pasada con el afán de poner en la pantalla nacional la historias macabras que pueblan nuestro imaginario popular, pero con un lenguaje contemporáneo. Según dice Peky, nadie se atrevía a darle cabida a su propuesta, hasta que Teleamazonas se arriesgó a a abrirle las puertas, destapando así una caja de Pandora que desencadenó un torrente de mitos urbanos y rock and roll en las pantallas de nuestro país.
En medio de ese vórtice de horror surrealista televisivo apareció un día Sal y Mileto, la banda pionera del rock libre ecuatoriano, en su época de mayor vitalidad y arrechera. Peky, quien fuera el compositor de muchas de las letras de la banda, los convocó para formar parte de un capítulo de la serie, realizando un videoclip torcido y provocador de su canción «Débora«, con la misma viada.
Así fue que quedó registrado uno de los pocos documentos audiovisuales en alta calidad de Sal y Mileto, y que al mismo tiempo inmortalizó el mito de la banda y de la fuerza con la que arrasó el rock en nuestro país. Ahora que Igor Icaza, el baterista de Mileto, ha rescatado a «Débora» del olvido, nosotros les contamos la historia detrás de su nacimiento.
Historias de la Zona Oscura, o «La Zona Oscura», como se conocía popularmente, duró 20 capítulos y fue sin duda un producto único en emitirse en la televisión ecuatoriana. Hoy en día, incluso podría considerarse una serie de culto. Peky dice que fue uno de los primeros productos televisivos hechos en la Sierra que tuvo pegue en la Costa. Con su tono macabro y arriesgado, la serie dio el salto más allá de la cordillera y logró cerrar la brecha cultural entre ambas regiones, por lo menos mientras duró.
En La Zona Oscura se contaban los mitos urbanos y las leyendas que narraban los abuelitos, pero en un lenguaje irreverente y lleno de símbolos. Su creador dice que algunas veces se rayaba más y otras menos y que en ese juego puso en la pantalla sus propias versiones de historias como «Mariangula», «El Candelerazo de San Agustín», además de algunas adaptaciones de la obra del escritor Pablo Palacio. El show también incluía la aparición de bandas de rock que sonaban duro en la época, como un número musical dentro de cada capítulo. Entre los grupos que pisaron el set se encontraban Los Perros Callejeros, Hijos de Quién, Sobrepeso (de Cuenca), Toccata y Bulla (de Latacunga), por nombrar algunos.
Peky cuenta que cuando decidió incorporar a Sal y Mileto al club de La Zona Oscura, se la jugó en grande, pero sabía que era el momento preciso. «La serie había adquirido su vuelo propio y era el programa con mayor audiencia del canal. Entonces dijimos: ‘es el momento de hacer un acto terrorista'».
Para entonces, él ya se había separarado formalmente de la banda. Después de haberla acompañado en su presentación en Rock al Parque, decidió que era hora de volcarse a su oficio definitivamente: las artes escénicas. De todas formas, aún colaboraba con Paúl Segovia, el frontman de Mileto, quien lo ayudaba como compositor de la banda sonora de varios capítulos de la serie.
La premisa entonces fue: «aprovechemos lo que tenemos y hagamos un capítulo en el que se incluya Sal y Mileto». Dado que ya tenía el espacio en televisión y los recursos necesarios para el acto, sólo faltaba el impulso para sacarle el jugo a la coyuntura. Peky decidió que el capítulo en el que invocaría a Mileto sería uno de los más oscuros que había escrito. «Era delirante», en sus propias palabras.
Inspirado en alguna pieza del cine español, trataba de un periodista sensacionalista y misógino que terminaba tragado por sus noticias y se veía obligado a revivir la persecución de las mujeres a las que había acosado en un loop infinito y horrible. El periodista era interpretado por Santiago Naranjo, un actor popular por sus papeles cómicos.
Al final del capítulo aparecería Mileto para interpretar «Débora», una canción inspirada en el cuento homónimo de Pablo Palacio -que no tenía relación directa con el guión-, pero que tenía mucho que ver con él al mismo tiempo. Peky cuenta que la canción formó parte de una especie de trilogía de obras que se propuso hacer con la literatura de Palacio, que incluyó también una obra de teatro, «Variaciones sobre la Vida del Ahorcado», y otro episodio de La Zona Oscura, «La señora de la comedia inmortal».
En el videoclip, acorde al tono surrealista de la serie, la banda aparecía como un símbolo dentro de un conjunto que criticaba con dureza a todo lo que le cabreaba del Ecuador al realizador. El machismo, la lucha de clases, las mentiras de los medios, la banca en el poder, el conservadurismo extremo, etc. Todo podría verse y reinterpretarse dentro de un vórtice espeso de imágenes decadentes entre las que el rock de la banda irrumpe como un huracán.
Fue un «acto terrorista», porque la aparición de Mileto no había sido consensuada con el canal de antemano. Peky sabía que estaban corriendo un riesgo, y sin embargo se lanzó por amor a la música y por la fe que le tenía a la respuesta del público. En efecto, el capítulo fue uno de los más populares de «La Zona Oscura», lo cual lo salvó de la reprimenda.
Llevar a cabo video fue un reto. Las televisiones que aparecen rodeando a la banda proyectaban imágenes de todas las crisis que aquejaban al Ecuador en esos años. Sin embargo, Peky dice que eso no se puede apreciar bien porque que no disponían de filtros lo suficientemente fuertes para contrarrestar el brillo de las pantallas. En ese tiempo, todo se hacía con más coraje que dinero. Pero de todas formas, sí contaron con algunos privilegios que hicieron de la serie, y del video, un documento de alta factura. El director cuenta por ejemplo, que el capítulo se filmó con la primera cámara betacam digital del país.
Igor, el baterista de la banda, cuenta con emoción que grabar el video fue una experiencia muy grata. Desde hace tiempo tenía ganas de rescatarlo, como parte de una campaña que ha llevado a cabo durante años para mantener vigente el legado de la banda a través de sus documentos audiovisuales. El proceso en sí no fue muy complicado. La serie había quedado abandonada en los archivos de Teleamazonas a falta de un acuerdo con su creador. En ese panorama, él se acercó y después de cumplir con un par de trámites recibió la copia del capítulo en el que aparecía el videoclip. Una vez que lo tuvo, lo editó y lo subió al internet. Como era de esperarse, explotó por sí solo. «Débora» es uno de los pocos videos en los que se puede apreciar a Paúl Segovia en toda su gloria.
Igor dice que ahí no se acaba el cuento y que por lo pronto tiene planeado seguir rescatando todo lo que pueda de la época dorada de la banda. Tiene en la mira terminar de producir un documental de Sal y Mileto hecho con material de archivo y rescatar cualquier registro en video que pueda existir de su paso por Colombia en el 99.
Para él, la banda es como una familia que ha crecido con los años, y estos pedazos de su historia son los recuerdos que hay que encontrar y preservar en el álbum de la memoria. Ahora que flota libre en la red, «Débora» inmortaliza el mito de la banda, como dice Peky, y alimenta el fuego de su música, que sigue esparciéndose entre las nuevas generaciones de aficionados al rock libre ecuatoriano.
Mientras siga habiendo Sal y Mileto para sacudirnos la conciencia y la cabeza, nosotros estaremos contentos.