En un taller de dibujo se estudia la forma del cuerpo. La mirada y por lo tanto el trazo, se limitan a la articulación y al contorno de los músculos en un quehacer casi anatómico. Un jam de dibujo, en cambio, es un espacio de contemplación artística, la mirada objetiva se transforma: se enlentece, se posa, recorre, insiste. El músculo deja de ser músculo y se convierte en voluptuosidad, la articulación en ángulo.
Esto es lo que sucede en los Jams de Dibujo de Alegría Mateljan, artista contemporánea y gestora cultural. Las sesiones se realizan mensualmente en la Cafetina del Ocho y Medio. En ellas, el cuerpo desnudo abandona la rigidez del “modelo vivo” y se vuelve susceptible a la mirada. La pose del cuerpo empieza a ceder, se ablanda y mueve con la música, se acomoda en luz y así, el Jam se convierte en una experiencia desafiante para el trazo y también para el paradigma del cuerpo estético.
Jam con Ensamble Inconcerto y tercer Jam de dibujo / Fotos: Pilar Cáceres
Mi primer jam fue en noviembre del 2013, en el tercer Jam de Dibujo en la Cafetina. Ese día Pablo Rosero proyectó visuales sobre el cuerpo de la modelo, mientras Andrés Rojas tocaba cuencos de cuarzo cuyo sonido se procesaba para producir música hermosa. La modelo se movía, yo tomaba té y dibujaba junto a 30 personas más. Todo interactuaba, cada Jam es una confabulación entre música, luz y piel.
El último Jam al que fui, que además fue el Jam de Aniversario en la Cafetina, tuvo tres cuerpos, dibujo digital de Kiko Rodríguez, y música en vivo de Mariela Espinosa, Álvaro Andrade y Pablo Molina de la banda Munn. “La música alimenta los tiempos; los tiempos y las poses alimentan la música”, me dice Alegría Mateljan cuando le pregunto qué papel tiene la improvisación en el Jam. Sin embargo, también existe un orden que tal vez no sea tan evidente, pero que recorre toda la sesión y nace de una reunión previa en la que se conceptualiza el Jam entre los colaboradores: músicos, bailarines, artistas escénicos y visuales.
Para Alegría, el Jam se ha convertido en una plataforma abierta para la expresión de varias disciplinas artísticas, y para la presentación de temáticas y cuerpos. En diciembre del 2013, el tema del Jam fue el poliamor acompañado de lectura de textos eróticos. En enero, se juntaron cinco cuerpos en el sillón rojo de la Cafetina. El mes siguiente, participó el Ensamble Inconcerto musicalizando cada postura. En mayo, se organizó un Candy Flip: mezcla entre tienda de dulces, pijamada y dibujo. El Jam ha estado en Cuenca, en Atuntaqui y en el CAC, fusionándose con un Jam de Contact: danza de contacto, acrobacia e improvisación.
Por su naturaleza ambulatoria, este 27 de agosto el Jam de Dibujo se mueve al Pentasiete Art Studio en Cumbayá. Participará el grupo de danza Zaranda y Felipe Jácome hará visuales. Por ser una cuestión de cuerpo, todos están invitados a in-corporarse.
1 comentario
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