El Manual del Chuchaqui

Por: Martín González

Cuando te despiertas sin la certeza de haberte acostado en esa cama la noche anterior, con la cabeza retumbando cual bombo en fiesta de pueblo y con la garganta más seca que Guayllabamba cuando le pega el sol de medio día, sabes que estás chuchaqui. Dicho de otra forma, esa noche de copas, noche loca, te está pasando la factura por tus excesos, cual castigo divino.

La etimología de esta palabra tan seminal del acervo cultural ecuatoriano tiene un origen tan antiguo como Don Alfonso Espinosa de los Monteros. Dicen que viene, por un lado, del término ancestral quichua utilizado para definir el malestar causado después de masticar hojas de coca: «chaqui». Por otro lado, de la mente de algún maestro de lo criollo que decidió agregarle la raíz greco-romano-latina «chu». Nos atreveríamos a asegurar que el maestro criollo en cuestión es el «Lcdo. Chuchaqui Cedeño», que ahora trae su obra cumbre con la ayuda de Anabel y Anahí Llerena, dos diseñadoras quiteñas, que además son hermanas y y dirigen el estudio colaborativo  «Ana y Sus Hermanas» (¡quién lo diría!). El Manual del Chuchaqui es el último fruto de su amor fraternal. Un libro-objeto que busca diseccionar este fenómeno patológico intrínseco a nuestro ser (el de todos los que alguna vez hemos bebido), y a través de las ilustraciones de Alex Madrid apunta principalmente a hacer que el lector se cague de la risa.

Anabel y Anahí cuentan que la idea les llegó después de un paseo entre amigos que, como era de esperarse, terminó en un chuchaqui colectivo en el que todos comenzaron a compartir sus experiencias y sus remedios para pasar la resaca. A partir de ahí decidieron explorar todas las creencias que existen alrededor de cómo se siente, cómo se cura y cómo se distingue este malestar para juntarlas en una pieza de arte que sirva para reírnos un chance de nosotros mismos. Desde el inicio supieron que Alex, viejo amigo suyo, era el indicado para acompañarlas en su irreverente misión, y junto con sus dibujos cocinaron el libro, con una altísima dosis de sal quiteña.

El libro explora los Tipos de chuchaqui, las Posiciones sexuales fáciles para el chuchaqui, los Pensamientos que evitar después del chuchaqui y demás facetas del mal. Entre las secciones del libro seguramente uno se encontrará riéndose de sí mismo, tanto como de aquella vez en que decidió que iba a seguir chupando para «no darle chance» o que iba a comer un encebollado en la hueca de la esquina, porque «según dicen» esa es la mejor cura.

Anabel y Anahí esperan que el viaje antropológico-lingüístico ilustrado que propone el Manual sirva también para que los gringuitos que llegan a beber en estas tierras tengan una idea de cómo atenerse al día siguiente a lo que ellos llamarían hangover.

Por lo pronto, están afinando detalles para el lanzamiento del Manual el 29 de Octubre en la Feria de Diseño La Occidental, y para venderlo después en varios centros de expendio de güaspete de Quito como El Zoko Pub, Bar Bandido Brewing, Bar Sereno Moreno, Misquilla Lounge, y una que otra librería como Rayuela o El Oso Lector.

Seguramente pasará poco tiempo antes de que el libro comience a rodar solo por las manos de los bebedores empedernidos de Quito (que son casi todos). Mientras tanto, las «Anas» se sienten optimistas, más que nada porque su abuela rechazó el libro al verlo y sus padres no están muy orgullosos de ellas por haberlo diseñado.

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