1. Ulver / Álbum: The Assassination of Julius Caesar
Como buen adolescente de los 90, la gran mayoría de música que llegó a mis manos fue a través de intercambios entre amigos. Así, los cassettes, esos pequeños tesoros cuidados como extensiones del cuerpo y de la mente, eran elemento clave para la incipiente red de canje que nos permitía escuchar lo poco que llegaba al país en la época pre internet. Entre esas joyas, las compilaciones realizadas por las disqueras para dar a conocer sus artistas eran algunas de las más esperadas. En 1998, Century Media sacó Firestarter con algunas bandas ya aclamadas más otras por descubrir.
Así escuché por primera vez a Ulver, que iba de la mano del black metal más atmosférico con arreglos de sus temas con guitarras acústicas, intercalados con voces guturales y ritmos rápidos ocasionales. Muy a la usanza de la época, algunos cortes flirtean con el sonido “intencionalmente deficiente”.
Como las noticias no llegaban tan rápido en esa época, el año que la escuchaba por primera vez la banda daba un giro radical en su música. Luego de tres discos, declaraba no ser una banda más del montón. Renegó así todo tipo de comparaciones y etiquetas. Estaban totalmente dispuestos a no ser observados superficialmente y alegaban ser «tan desconocidos para usted, como siempre hemos sido”.
Produjeron una gran cantidad de discos e incorporaron en ellos sonidos ambient, electrónica, trip hop, y un sinfín más. A medida que crecieron perdieron de forma paralela algunos de sus originales adeptos, y ganaron la admiración y el respeto de un sinnúmero de nuevos fans. Así, nos llega su última producción (la tercera en sólo tres años). En esta parte y luego de toda está introducción debería venir algo referente al disco en mención, pero ¿para qué intentar explicar una banda que juega en cada disco a hacer lo que ellos quieran jugando siempre con la intriga?. En base a sus propias declaraciones, este sería su disco más pop. Queda entonces una segunda pregunta ¿es entonces Ulver una banda “pesada”? En mi opinión, absolutamente.
2. Ingurgitating Oblivion / Álbum: Vision Wallows In Symphonies of Light
Desde hace algún tiempo, siento intriga frente a los nuevos límites que impone la música pesada en la actualidad. Es así que hacer música que suene brutal solo porque suene pesada ya no es algo complicado de alcanzar. Por otro lado, la creatividad e improvisación junto a la necesidad de reinventarse en cada tema es algo mucho más complejo.
Si han seguido a las bandas que he buscado destacar en este tiempo, se darán cuenta de que escojo precisamente aquellas que logran mejor esa unión entre caos y deleite. En aquel regocijo, no solo busco la destrucción sin sentido, más bien en todo este proceso -por más trastornado que pueda sonar- me percato de que sean proyectos que lleguen a tocar fibras lo mejor apreciado posible.
Estamos sin duda alguna ante músicos de primer orden con gran talento, que logran lo anteriormente descrito de una manera exquisita. Las partes disonantes de los riffs son brutalmente bellas acompañadas de un bajo perfecto, lleno de profundidad, todo esto con muchísimos toques de jazz en la percusión, portadores de frescura. En otro momentos, son esos toques los que transmiten el horror en vigorosos embates.
Vorazmente, el disco solo contiene cuatro temas que exprimen el atroz sonido de IO. La segunda composición del mismo, «A Mote Constitutes What To Me Is Not All, And Eternally All, Is Nothing», tiene una duración de casi 23 minutos y se convierte con ello en el ojo del tornado. Existe un complejo sentido de composición y búsqueda que mantiene toda la producción. Cada tema sondea de manera incesante la oscuridad y la complejidad. Con un público cada vez menos susceptible y difícil de impresionar, podemos decir que quedará para la posteridad lo escrito entre las notas de esta enredada sinfonía.
3. He is Legend / Álbum: Few
He is Legend es otra de las bandas que vi evolucionar de a poco, y prácticamente he crecido con ellos en sus cortos 13 años de existencia como grupo. Con de cinco discos producidos, todos ellos increíbles, se puede decir que es una banda poco conocida pero absolutamente subestimada. Lo que es seguro es que para sus fans no pasarán desapercibidos. Prueba fehaciente de aquello: Few fue completamente financiado por una ingeniosa campaña de crowfunding. Luego de quedarse sin disquera por fin de contrato, decidieron producirlo independientemente y solo con la colaboración de la gente que aprecia su música.
Segmento aparte en esto, y como ellos mismo lo describían, se consideran parte de la gran cantidad de artistas que no son bien pagados y que tienen sólo suficiente dinero para sobrevivir sin lujos ni extravagancias. Lo bello del acto de financiamiento colectivo, es que sobrepasó la meta que tenía la banda en un principio y alcanzó para dar fruto a esta quinta entrega.
Ya que este disco fue prácticamente producido por sus fans, reúne muchas de las cualidades del sonido típico de He is Legend, ese que gusta a todos y hasta lo mejora. Si bien su antecesor Heavy Fruit trastornó el sonido post hardcore que acostumbraba en sus primeros tres discos, dio mucha más vida a temáticas más oscuras pero melódicas. Una suerte de funk con riffs dulces y bien logrados, agarrados de temáticas comunes pero muy atractivas. Aún así hay gran improvisación y no solo un estancamiento, sino un constante cambio dentro de un sonido ya conocido.
Sin duda, los que salieron ganando de esta transacción fue una fuerte base de vehementes seguidores. Con todo, este es un disco tanto para los que ya estaban, como para los nuevos que de seguro tendrá.