Si vas al Estereo Picnic, no se te pueden escapar las canciones de este joven trapero colombiano. Ha$loPablito trae una interesante propuesta musical, con el sabor de lo cotidiano y lo político incorporado, y alejada de los temas más recurrentes de la música urbana.
Pablo Jaramillo, alias Ha$loPablito, es un talento emergente de Bogotá que sacudió la escena, allá por 2017, cuando lanzó su primer sencillo “merchopercho”. A su parecer, esa era la peor canción de su E.P. Se trata de un tema dedicado al sueño de poseer un Mercedes Benz, pero que a la vez se burla de la sociedad clasista y la cultura del consumo.
Bastó un poco más de un año para ver a Ha$loPablito consolidado en la escena bogotana. Reflejo de esto es su aparición en el cartel de la décima edición del festival de música de independiente Estéreo Picnic (FEPX). El joven músico es, sin duda, una de las principales atracciones para quienes van en busca de nueva música y de calidad.
Sus letras llegan a ser críticas y duras con la sociedad que rodea al trapero de 19 años. “TM everywhere” es la primera canción que aparece al buscar su nombre en Youtube. Esta sirve para ejemplificar la obra de Ha$loPablito y los Changua Boyz, su grupo de amigos que está detrás de la producción musical y audiovisual del proyecto.
Este hit, con coros y ritmos pegajosos, trata de una relación amor-odio con el Transmilenio, el equivalente a la Ecovía de Quito en Bogotá. En este tema se ve expresada la frustración de viajar asardinado en un transporte público ineficiente, siendo este una de las pocas alternativas para moverse rápido en una ciudad asfixiada por el tráfico. Algo que, aunque expresado en un lenguaje muy propio de Bogotá, es transferible a la realidad de varios países latinoamericanos.
Ha$loPablito agarra esta problemática y la transmite de una forma irónica: ama y odia el Transmilenio, porque lo necesita y, a la vez, no funciona para él. Es una oda al transporte público y a la vez una crítica a los políticos de su ciudad, porque todo lo público es político.
“Mi chica sí que tiene flow
Farrea y canta con el conductor
Y no le importa ir bien comprimida en un bus, ella es todoterreno
Volvo rojo, Volvo rojo,
Me emputa cuando lo cojo,
Se pincha, se bara, se desbarata y llego a mi destino un poco loco,
Se sube de todo vendedor, venden hasta langosta termidor
Cojo Uber, ¿pa qué? Si la ciudad toda saturada de trancón» -Ha$lo Pablito, «TM everywhere»
La música de Ha$loPablito se mofa de los corruptos, los narcotraficantes y de los traperos que basan sus canciones en amor, drogas, sexo y violencia. Tiene todo lo que a los fans nos gusta de la música independiente. No está hecha a base de estudios de mercado, ni busca vender por millones. Paradójicamente, tal vez por esa razón pegó tanto en Bogotá y en tan poco tiempo.
Nada puede expresar mejor su estilo que este comentario publicado en Youtube. En el video de la canción “Gusto Culposo”, un usuario preguntó: “alguien me puede decir qué género es este?” A lo que la cuenta de Ha$loPablito respondió: “colombian tropipopper progressive experimental vegan castrochavist anti-uribist sauce trap”.
Este es Ha$loPablito. Todos invitados a conocer más de sus temas que hablan de todo, literalmente, y sumergirse en su mundo de poemas a las empanadas, a los zapatos, a las cadenas de supermercados y de críticas al expresidente Álvaro Uribe y la narcocultura.
A continuación la entrevista realizada al trapero bogotano.
RADIO COCOA: Primero, cuéntame un poco de tu historia como artista. Entiendo que empieza recién, en 2017.
Sí, todo fue muy rápido. Fue como una estrella fugaz. Porque yo escribí unas canciones a mitad de 2017 y las grabamos porque mis amigos dijeron “wow, están cool”. De pronto, publicamos la que pensamos que era la más floja de ese E.P. Entonces publicamos “merchopercho”. Y ahora esa es la más escalada, la que más pegó y se sabe todo mundo. 2017 fue el año. El día que salió el E.P fue mi primer toque y cayó mucha gente, como 300 personas. Era mucha gente y ya se sabían las canciones que salieron ese día. Fue muy loco.
A partir de ese primer toque empezaron a salir cosas. En parte, porque ahí cayeron el Rap Bang Club, que son otros artistas del Estéreo. Ellos me dijeron que les gustó lo que hacía y me empezaron a montar en conciertos de ellos.
RC: De todos modos, subiste muy rápido. 2017 fue ayer…
Todavía hay muchas cosas por subir, muchas tarimas por tocar. Afortunadamente hasta ahora nos ha ido bien y hemos trabajado para eso. No ha sido gratis tampoco.
RC: ¿Habías tocado antes en un escenario tan grande como el Estéreo?
No, nunca. Obviamente no (risas). Cantaba antes en el colegio. Por ahí me montaban y era una experiencia emocionante, muy lindo. Pero salí y dije: “bueno, qué linda experiencia y ya”. Obviamente no era música mía, ni nada. Nunca me esperaba tocar en una tarima con canciones mías que, además, la gente se sabía. Y mucho menos en una tarima como Estéreo Picnic. Toca ver cómo nos va.
RC: ¿Sería tu consolidación como artista?
Sí, creo que sería como oficializarse ante el mundo. Decir: “hey, yo existo”, y ser un poquito más parte del mainstream colombiano.
RC: Con tus 19 años, ¿crees que eres muy joven para lo que estás haciendo o estás en el momento perfecto?
Yo siento que no hay tiempo para nada y que no es muy temprano ni muy tarde. Ayer hablaba con alguien que me decía que quiere ser piloto de la Nascar y tiene 30 años, pero que amaba la velocidad y lo ve muy difícil. Y yo le dije: “hey, se vale soñar y no hay tiempo para nada”. Todos pasan por procesos muy diferentes.
Lo mío fue en un año y hay gente que se demora diez años. Otra gente que, como pasa en Estados Unidos con todo el consumo de hip-hop, de rap y trap, que ponen una canción y tiene diez millones de views y esa es la consolidación del artista. Todos los procesos son diferentes y le llegan a uno cuando tengan que llegar.
RC: En otras entrevistas has dicho que tus influencias vienen desde 50 Cent, Snoop Dog, y otros raperos. ¿Por qué hubo esa mutación del rap al trap?
Yo soy del ala del hip-hop, 50 Cent, Snoop Dog, Dr. Dre, YG. Todo el rap del West Coast, todo gángster, me encanta desde que empecé a escuchar música y a desarrollar mi personalidad, cuando tenía como diez años. Después descubrí el trap, no ahorita que se viralizó, sino que viene desde hace mucho tiempo. Escuchaba mucho, mucho trap desde el colegio, tipo 2012 o 2013. Escuchaba Lil Wayne, Travis, Two Chains y demás.
Y desde 2016 esto salió acá, cuando los reggaetoneros trajeron el trap. Yo tenía muchos conflictos con eso porque consideraba que el trap implicaba hacerlo en inglés y tenía cierto contexto social-histórico también. Pero, pues, llegaron estos manes y yo decía: “no, qué es eso, qué mierda”. Recuerdo que la primera canción de trap en español que escuché fue “Cuatro Babys”.
Después me volví fan. Dije: “qué bobada, uno no puede ser tan purista y cerrarse a sonidos y corrientes nuevas”. Entonces pensé: “bueno, esto también está cool”. Y de hecho, cuando yo escribía, escribía trap en inglés. Pero eso nunca salió ni saldrá, porque fue muy chiquito.
Ahora hay un spanglish ahí, raro. Pensé que es mucho más valioso mostrar tu cultura, la jerga de tu país y tu léxico y las cosas que a veces se dan por sentado. Es en parte para cambiar la concepción que tienen muchas personas sobre Colombia, porque todavía está muy latente la narcocultura. Entonces sí, es una transición súper bobita, yo escribía de todo y un día escribí trap y “uf, ya, eres trapero”. Ahora estoy escribiendo más rap y veamos cómo reacciona la gente, porque no hay que casarse con una fórmula nunca.
RC: Hablemos de “merchopercho”, tu primer hit. Esta canción me gusta mucho porque en un principio parece una letra banal. Pero si te pones a pensar, trata muchos temas sociales y políticos. Está el tema de la envidia y la escala social, problemas de movilidad en una ciudad y corrupción. Cuéntame un poco sobre esta canción.
Yo estaba escuchando a YG, que conserva esa esencia del West Coast, G-funk y el gángster rap. Entonces salió esta canción con 50 Cent que se llamaba “I Wanna Benz” Que era como “yo quiero benzear, quiero un Mercedes”. Entonces me quedo ahí sonando.
Entonces andaba escribiendo y quería escribir algo nuevo, que no esté en el mercado, que tenga un trasfondo si voy a hacer trap. No me acuerdo el momento exacto que dije “uf, merchopercho…”, pero apenas se me ocurrió la idea vino a mí la letra y es muy auténtica, no hay ahí ni una mentira. Esa letra soy yo. Creo que esa es la clave de que las cosas hayan salido. La gente se puede relacionar con tu misma realidad.
Surgió de que a veces uno a veces se monta en Transmilenio y la ciudad colapsa. ahí a veces uno dice: “uf, ojalá tuviera carro”, pero si tuviera carro sería peor porque hay trancones en todas partes. Es una utopía tener carro pero eres parte del problema también.
RC: ¿Es una estrategia el hablar de cosas duras, disfrazadas de letras banales, para llegar a la gente?
Mucha gente me dice qué hiciste o qué no hiciste. Yo nunca me he sentado a decir: «bueno este es el plan de Ha$loPabito para x, y o z». Yo solo he seguido mucho a mi corazón y lo que me sale de mis vivencias lo escribo. Es tener cierta retórica. A mí me dicen que soy muy directo en mis letras. No hay una estrategia, sino ser auténtico y ser fiel a tu realidad y a ti mismo
RC: También tienes letras más directas en cuanto a política, como es el caso de “Nos llevó el p*tas”, donde criticas a Iván Duque y Álvaro Uribe, cuando Duque ganó las elecciones. ¿Te consideras una persona política?
Sí, bastante. Yo estudio Artes Visuales, pero mi segunda opción era Ciencias Políticas. No sé que estuviera pasando ahorita si estudiaba eso. Tal vez no pasaba nada porque no hubiera conocido a gente de la que me rodeé para lograr muchas cosas.
Ni siquiera pensábamos sacar esa canción. La grabamos un día muy de momento. Yo siento que la canción tiene una crítica chévere pero no está bien hecha. Nunca le metimos mucho trabajo. Realmente eso es solo un one-take. Pensamos que él (Duque) no iba a ganar. Y de pronto ganó y, pues, la sacamos.
Es más la acción de expresarse y decir que estamos inconformes, más que sacar un buen producto de súper calidad, porque pensamos que no iba a pasar. Y pudimos sentarnos y grabarla de nuevo y sacarla ocho días después. Pero también hay que aprovechar el momento para que la gente se pueda relacionar con todos los sentimientos encontrados que generó la elección de Duque.
Logramos el objetivo. La canción esa tarde tuvo como 200 mil views, lo cual estuvo súper bien. Y ahí quedó, como un pequeño manifiesto de algo. No tiene que ser perfecto, sino auténtico.
RC: Tú has dicho que en Colombia está pasando que todas las clases sociales se están metiendo en el mundo del Rap. En Ecuador esta música sigue vinculada solo con la calle y las clases bajas. ¿Qué crees que pasó en Colombia para que esto se dé?
Más que algo que pasara creo que fueron artistas que salieron. Por ejemplo, Crudo es un man que la supo hacer muy bien. El man no tiene un target definido. Tú vas a un concierto del man y hay gente muy de calle pero también de mucha plata, muy gomela.
También otros artistas, como el Rap Bang Club o TSH Sudaca, que decidieron dejar de hablar de la calle y hablar de otras cosas que son interesantes, válidas y relevantes. Eso hizo que el público dejara de etiquetar al rap y empezara a consumir otro tipo de contenidos. Entonces creo que es por los artistas que no se quedaron con la fórmula del rap de hablar de lo mismo, de la calle, la violencia y las drogas y el gang.
Si yo hiciera eso, no sería auténtico. Yo no soy gángster, ni hago drogas, ni soy de un ghetto. Afortunadamente, soy un clase media muy feliz (risas).
RC: ¿Qué le puedes decir a la gente que no te conoce todavía y va para el Estéreo?
Creo que sería muy lindo si me dan la oportunidad de irme a ver. Si lo hacen es porque se están quitando de encima un estigma muy grande que tiene el trap. Es eso, quitar los prejuicios, botar todo eso a la basura y oír nuevos sonidos. De pronto, ver en qué se pueden relacionar con mis letras en cosas de cada persona. La gente escucha el trap, el 808 o e bajo, y espera que yo me monte a decir que estoy enamorado de cuatro babys y me las como a todas. Y no es así, hay que librarse de los prejuicios.
RC: ¿Crees que se pueden cambiar esas ideas del trap como subgénero del reggeatón machista-sexualizador?
Creo que no, pues son mayoría. Aunque pensándolo bien, sí. Ponte, J Balvin es un man que hace reggaetón, y no se casó con ese tema machista y misógino y es muy internacional.
En especial en Latinoamérica, porque el reggaetón trajo al trap, todavía está muy ligado al reggaetón, líricamente hablando. Por ejemplo, Gian Luca, un chico que hace trap en Chile. Él hace trap tristón, medio sad, pero a la vez súper chévere, un perreo indie. Este tipo de personas ayudan a cambiar la etiqueta pero todavía son muy pocos.
RC: ¿Qué pueden esperar los que van a ver por primera vez tu show en vivo en FEPX?
Va a estar muy, muy, bueno. Lleven zapatos cómodos. Ojalá que no les importe ensuciarse, porque va a haber mucho barro. No van a dejar de saltar en todo el concierto.
*Esta entrevista fue ligeramente editada para darle mayor claridad.