Se viene uno de los festivales de Hip-Hop más representativos del país. El 5 de agosto el coliseo de la Universidad Central será el epicentro de lo más underground Hip-Hop. Hablamos con sus organizadores y nos cuentan todos los detalles para esta séptima edición.
La historia del festival empieza en el Quinche durante el 2006. La iniciativa fue del rapero Pablo Tacuri (Daffo). Su cumpleaños se acercaba y decidió festejarlo con música, por eso armó un evento en el teatro del Colegio Iberoamericano. No sólo hubo Hip-Hop, sino también grupos de punk y rock. Asistieron alrededor de 50 personas en un evento en el que solo “éramos amigos que buscábamos difundir nuestra música”, dice Pablo.
Al año siguiente, junto a su amigo Carlos Muenala (Char) arman un concierto únicamente de hip-hop y lo llaman Rap de Calles. «En la época había pocos eventos, entonces decidimos crear nuestro propio espacio para rimar», explica Pablo. En noviembre arrendaron una cancha de vóley y montaron una tarima. Tenían que pagar el lugar y a los artistas; no tenían el dinero y sólo contaban con que la gente vaya y salvar las deudas de producción con la taquilla.
El día del evento, recuerda Pablo: «Las personas llegaba con los equipos y Char no llegaba con las llaves del lugar, yo le llamaba y tenía apagado el celular; pensé que tendía que cancelarlo, pero al final apareció». Luego de montar el sonido, los artistas que subieron al escenario fueron: Strategia, Distrito Q, 0.2.4 Rap junto a artistas locales entre ellos Daffo. «Era un poco difícil armar el show y además estar en lo organización del festival, pero fue una buena experiencia», recuerda. Al final asistieron más de 300 personas. Y así, este evento se convirtió en el primer festival de hip-hop en el norte del país.
Desde entonces lo hacían dos veces al año y era un espacio para todos los artistas que buscaban crecer en el escenario. En 2010 como parte del festival organizaron un Micro Abierto en Otavalo. Donde participaron artistas locales como SBRNS «Los Soberanos» e invitados como 77 Seven. «La difusión se hacía a través del volanteo. Antes la gente viajaba por hip-hop, venían de Ambato o Riobamba para ver a los artistas nacionales”, cuenta Pablo.
En 2012 el festival que hasta entonces sólo había sido a nivel nacional, viviría una transformación. Pablo conoce a Bladimir Fernández (Cianuro) integrante de Liric Traffic. Este grupo de hip-hop ecuatoriano es el que más ha participado en festivales internacionales, como Hip-Hop al Parque de Colombia o Santa Suerte de México. El punto es que entre bielas y freestyle se vuelven socios y buscan darle una formalidad al evento que Pablo y Carlos venían haciendo. Así nace la primera edición de Una Carta Al Cielo – Latinoamérica Underground.
Desde entonces el festival se ha realizado en memoria de Maykel, el hijo de Pablo que falleció mientras trabajaban en la renovación del evento. “Con Una Carta al Cielo siento que aún lo tengo conmigo, el festival lo hacemos por él y por el hip-hop”, comenta Pablo.
Una Carta al Cielo se pensó en macro. Rapper School, una agrupación de hip-hop peruano, fue la primera que pisó el escenario del festival. Desde entonces ha crecido paulatinamente y la organización se ha caracterizado por traer a exponentes de toda Latinoamérica, como por ejemplo a Afaz Natual y Iyhon Secuaz, de Colombia; El Circo de la Nación y Akwid, de México o El Paisa de Perú. En noviembre de 2014, en convenio con Habeatat una productora venezolana de eventos de hip-hop, trajeron a Canserbero y Gona de Venezuela junto a Rapsusklei de España. El evento se hizo en la discoteca 2.4.9 en el Quinche y llegaron alrededor de 1000 personas.
El festival es totalmente autogestionado y depende en gran parte de la taquilla. Los organizadores trabajan mediante créditos bancarios. Con la formalidad adquirida, se necesitaba mucho más dinero para pagar a los artistas, cubrir pasajes de avión, hospedaje y varias cosas más. «Si nos va bien pagamos al momento si no tenemos tiempo para pagar la pérdida y vamos a seguir hasta que se pueda», afirma Pablo.
Esta edición se preparó desde diciembre y trae un cartel con artistas de México, Colombia, Venezuela, Argentina, Perú y Ecuador. Además, albergará la Final del BDM, en la cual 20 de los mejores freestylers del país, representantes de varias crews y otros independientes, estarán el 5 de agosto en la batalla a nivel nacional. El ganador representará al Ecuador en la Final Internacional de Batalla de Maestros.
En cuanto al cartel, para los organizadores es importante el espacio para los artistas nacionales. Liric Traffic, Discípulos del Concreto, Cósmico, Xkary, Marmota (Quito Mafia) o Sudamery Janes, son algunos de los grupos y artistas locales que subirán al escenario.
Entre los artistas internacionales estarán Dibujo Mc (Adickta Sinfonia) desde Chile, Gera MXM de México, Núcleo aka TintaSucia de Argentina. Soires Naes de Venezuela, Norick (RapperSchool) de Perú, Afaz Natural y Jam N Studio de Colombia.
Una Carta al Cielo busca subir al escenario a artistas que tengan poca apertura, pero que sobre las tablas generen gran impacto. Buscan a personas comprometidas con su música, que se muevan y autogestiones su proyecto. “Revisamos los discos que tienen o el material que van trabajando. Vemos si los videos profesionales, las visitas de YouTube…”, explica Cianuro.
El 13 de julio el festival publicó el video oficial de la séptima edición: Los Gasta Tinta. Una colaboración entre Rapoza Films, Missile Sound y Solidoz Beatz, en la que participan Andrew, Macu, Ibsen & Flersy, Xkary, Crauler, Dibujo Mc, Gera Mxm, Cianuro Fernández, Marmota Qm, Shainy, Cósmico Mc, Afaz Natural, Zeta, Norick y JhoFama.
Según Marco Reina, que trabajó en la dirección del video, el objetivo era «mostrar el talento ecuatoriano y latinoamericano bajo un mismo lente». En dos días de rodaje y cuatro de edición, por primera vez el festival realizó un street con los mejores exponentes de Latinoamérica.
El video refleja el trabajo de organizadores y de artistas, gente comprometida con el evento y que a través de él, buscan desarrollar y mantener a la cultura hip-hop en Ecuador.