Un vistazo a la escena musical independiente de Galápagos

por Juan Sebastián Jaramillo
El legado musical de las Islas Encantadas está (parcialmente) a salvo. Conversamos con dos de los músicos activos que residen en el archipiélago, y nos dieron su visión sobre la producción musical allá.

La escena musical de Galápagos pudo disfrutar de los sonidos y la influencia de grandes maestros de la música independiente ecuatoriana, como lo son Héctor Napolitano y Hugo Idrovo. Con esos referentes, en las Galápagos todavía se produce música joven y de calidad. Un ejemplo de ello es la fusión de Arkabuz y el reggae de Luis “Faya” Morales, guitarrista y cantante de la banda GanJah Roots, quienes desde las islas amplifican su producción hacia el resto del Ecuador.

Registro de la conversación con Federico Idrovo de Arkabuz. Galápagos 2018/Foto: Paola Jaramillo

En Guayaquil, en 1988 Idrovo y el viejo Napo se juntaron en un dueto llamado Arcabuz, que buscaba hacer honor a la música y tradiciones afroecuatorianas, dedicado “al pueblo esmeraldeño y todos los negros del mundo”. Lanzaron un L.P homónimo que en cuatro temas narra la llegada del pueblo africano al Ecuador. Entre sus canciones destacan “Crónica separable” y “El Baile en el río”.

Idrovo y Napo ya se conocían del trío Promesas Temporales, que conformaban junto a Álex Alvear, pero en este dueto dejaron la fusión del rock, el blues y el folclor andino para experimentar más con la música afro.

En 1994 el Viejo Napo sacó su CD Son de Galápagos y en 2002, junto a dos estadounidenses, “el Gringo” Juan y Jeff Frazier, creó la banda Iguanamen, en la isla Isabela. Idrovo, por su lado, realizó un viaje en 1995 por una invitación de La Casa de la Cultura para dar conciertos y conversatorios de composición musical. Se enamoró de San Cristóbal, de su ambiente al que describe como sano y bucólico. Se instaló allá, continuó desde ahí con su trabajo artístico y criando a sus hijos.

Foto: Juan Lorenzo Barragán (1988) obtenida de www.hugoidrovo.com

Se podría decir que esas fueron las bases en las que se asentaron los músicos de la siguiente generación. Nació así, de forma esporádica y entre exhaustivos ensayos, Arkabuz, emulando el nombre del mítico dueto. Se trata de una banda conformada entre amigos y hermanos, que buscaba fusionar el reggae con el rock y encontrar así su estilo único. Federico Idrovo (guitarra eléctrica y voz), hijo de Hugo, y su hermano Nicolás Kamla (guitarra acústica y coros), formaron en 2005 una agrupación junto a Gonzalo Fernández (batería) e Iván Vásquez (bajo). “Yo tenía quince añitos – cuenta el Fede -, tuve una pubertad de rock star”.

“Hasta entonces el grupo que reinaba era el Trío Insular”, comenta el cantante de Arkabuz. El Trío Insular fue una agrupación similar al Trío Colonial, la banda continental de pasillos que le gusta a tu abuelito.

La banda de Fede, originaria de San Cristóbal, produjo dos álbumes: Vive Libre, en 2008, y Estrato, en 2013. Para consolidarse en la escena se apoyaron en los espacios culturales auspiciados por el Municipio de la isla y por el famoso Iguana Rock bar. Los turistas también han sido una base importante, según dice. Él cuenta que la gente va donde están los “gringos” que hacen voluntariados y los estudiantes universitarios.

Ahora Arkabuz ofrece esporádicos conciertos en San Cristóbal, Quito y Guayaquil, cuando sus integrantes no están ocupados. Algunos han ampliado sus actividades en otros sectores, el Fede, por ejemplo, recién se graduó como guía turístico en las islas. Otros, como Gonzalo Fernández, exploran en diferentes proyectos musicales, él es ahora baterista de los Swing Original Monks.

Registro de la conversación con Luis Morales de GanJah Roots. Galápagos 2018/Foto: Paola Jaramillo

Luis Morales, a.k.a “Faya”, vive en San Cristóbal desde hace 23 años. En 2004 formó GanJah Roots, una de las agrupaciones icónicas de la nueva ola de reggae ecuatoriano. Han producido ya dos discos, Ganjah Roots Vol. 1 (2010) y El Tren (2016). Él cuenta que a pesar de que viaja constantemente a Quito y Guayaquil para manejar y promocionar la banda, vive en las islas y es ahí de donde saca la inspiración para crear música. Incluso, su segundo álbum fue grabado en un estudio casero de allá, precisamente en la casa de Hugo Idrovo, lo cual demuestra lo compacto del panorama musical en Galápagos.

Para él, la escena del territorio insular es muy pequeña. Existen bandas más novatas como Los Rolling Papers, de isla Isabela, pero ninguna ha logrado producir al nivel de Arkabuz y GanJah Roots. “Tienes que hacer algo muy espeso para que te presten atención”, dice Faya. Sin embargo, lugares como el bar Maui y la discoteca Neptuno, apoyan a artistas como él que buscan espacios para presentarse.

“Este lugar es perfecto como músico porque si no estás tocando, estás componiendo, viendo. Te llenas de energía positiva, en la ciudad se desgasta mucha energía”, comenta Faya.

Faya y Fede concuerdan en que la escena galapagueña está concentrada en San Cristóbal, y es escasa. Pero eso no les impidió seguir trabajando en su música. Ahora Faya colabora con la nueva banda de Fede y su hermano Toto, Los Tábanos. Y aunque aún no hagan público su trabajo, esta banda luce muy prometedora ya que intentan funcionar ritmos como rock, blues, funk y reggae, y dedican sus temas al mar, rescatando la herencia musical de las islas que estaba en peligro de extinción.

 

 

Únete a la conversación

Tal vez te interese