Un repaso fotográfico de las 16 bandas del SED 2019

por Javier Masache

Como todos los años, las emociones de todo tipo abundaron en el festival Saca el Diablo. Te traemos una fotocrónica que recoge una serie de impresiones sobre este evento, de la mano de un espectador de lujo.
Saca el Diablo, Radio COCOA

El público durante el Saca el Diablo 2019 / Fotos: Javier Masache

En su quinta edición el Saca el Diablo dio inicio a la temporada de festivales quiteños en la hacienda San Luis de Lumbisí el sábado 13 de julio. El sol pegó fuerte hasta bien entrada la tarde como señal de un gran día y una mejor noche, que cerró con los cubanos Orishas como headliners de este festival inolvidable. Y también contó con artistas nacionales e internacionales desde Venezuela, México y Brasil.

Este es un repaso breve sobre las bandas que hicieron saltar, bailar y cabecear al público del Saca El Diablo 2019, desde sus dos escenarios, “Prende Todo”, y el escenario principal, “Saca Todo”.

Sudamery Janes

Los raperos arrancaron el festival desde temprano, a tiempo y con el beat en su punto. La gente entró en calor con una puesta en escena sencilla pero suficiente para levantar puños al ritmo de su flow urbano y una química interesante entre los tres MCs y DJ Mic, que destacó por el uso de vinilos en sus mezclas.

Nuevo Bravo

Mientras el hip-hop movía puños en el aire en el «Prende Todo», en el escenario principal el público ya era numeroso y no esperó nada para empezar a bailar con esta banda quiteña que se va abriendo espacio en el rock nacional. Todo eso con vestimentas coloridas y la inquietante energía de su cantante femenina, que no paró de saltar y bailar en ningún momento, al tiempo que los músicos se tiraban miradas cómplices en perfecta comunión con sus melodías.

We Are Wolves

El dance punk se hizo sentir con este power trio que, desde Canadá, puso a mover a sus fans y a quienes apenas los estaban conociendo. El vocalista de la banda, Vincent Levesque, conectó con el público desde el inicio a pesar de su tropezado español. Pero el bajista colombo-canadiense, Alexander Ortiz, tomó la palabra en seguida para comunicarse mejor con la gente que ya pedía más canciones. Se subieron uniformados y se bajaron semidesnudos, así de intenso se estaba poniendo el festival.

Letelefono

Letelefono la rompió en el escenario principal con su desenvuelto frontman, que nunca deja de sorprender cuando se trata de sus presentaciones. Si bien el clásico e infaltable “Larry” se hizo presente para incomodidad de algunos, muchos se pasaban el burrito rojo mientras sonaban estos cuencanos, que sin duda son de lo más divertido sobre la tarima.

3vol

Guitarras estridentes, ritmos rápidos en la batería y pogo pesado fue lo que nos trajo esta banda quiteña que no decepciona a sus fans de principio a fin. Uniformados a su manera, con sacos de lana coloridos, lograron coordinar al público para que pogueara en tres círculos distintos, en una muestra de creatividad y lealtad de sus seguidores, que se alinearon en un trébol para el mosh —¡qué pena no haber tenido una toma áerea!—.

Ricardo Pita

Ricky nos demostró que no hay mal que pueda maltripearlo. Con su característico maquillaje salió a encantar a las masas que ya se convocaban en grandes cantidades frente al «Saca Todo», escenario que mostró una banda de primera y un público que coreo a viva voz hasta la última letra.

Cadáver Exquisito

Todos de rojo, todos luminosos se mostraban los Cadáver cuando el sol amagaba con ocultarse en el cielo. Los guayaquileños demostraron que en la altura no les falta el aire. El vocalista, vestido hasta los ojos —literalmente, llevaba lentes de contacto—, como un diablo, hizo honor al festival haciendo que retumben los oídos de los asistentes con sus ritmos electrorockeros. Los ánimos empezaban a subir, la cantidad de público también.

Arkabuz

El rock galapagueño también quiso sacarlo todo. Y Arkabuz lo logró. Con un sonido más urbano, pero sin dejar atrás sus orígenes, pusieron en escena un show más maduro y sólido que en épocas pasadas, con invitados diversos y mucha interacción entre sus integrantes. Sin duda nos quedamos con ganas de más.

Alkaloides

La agrupación nos dio un show cargado de luz y sonido mientras caía el sol y también la lluvia en el escenario Prende Todo. Pero eso no los detuvo para entregarse al máximo. El público hizo lo mismo, saltando y bailando al ritmo de los beats beats beats, algunos protegidos del corto aguacero y otros entregados a su merced. Empapados o no, todos terminamos contentos luego de este toque. La lluvia paró y la música siguió.

Silverio

El que de verdad se lo sacó todo en la tarima. Un show “para toda la familia”, como lo dice él mismo, dejó con la boca abierta a muchos espectadores. Pero sus ritmos electrónicos de lo más entretenidos no opacaron su show cargado de luz, insultos e improperios que, para disgusto de algunos, se convirtió progresivamente en un baile al desnudo.

Los Chigualeros

Al otro lado de la Hacienda San Luis los ritmos tropicales más tradicionales ya estaban haciendo eco en los pies del público. Al principio este se mostró reacio, pero terminó por entregarse a la salsa y son que metieron Los Chigualeros —con sus trajes negros y rojos— a todos quienes estaban en el segundo escenario en ese momento. Las ejecuciones perfectas y el ritmo latino pusieron a rumbear a quien tenía pareja y a quien no.

Sal y Mileto

Los cambios bruscos de géneros musicales no fueron ningún impedimento para que todo el mundo se pusiera a cabecear. Al llegar, el escenario nos recibieron con una gran bandera del Ecuador con su escudo reinventado por la banda. Por segunda ocasión en este festival un power trio demostraba que al momento de rockear no se trata de cantidad sino de calidad.

Francisco El Hombre

Esta agrupación brasileña vino, con sus uniformes morados, a mover corazones y cuerpos en el Saca el Diablo. La noche ya enfriaba, pero el calor de la música unía a la banda con su público, que logró una especie de muro de la muerte, pero con ritmos más tropicales, en una comunión dancística llena de furor y buena vibra.

Rawayana

Luego de su música, lo más destacable de esta banda en el festival fueron sus visuales. Uno diferente para cada canción. El público no pudo quitarle la vista, ni siquiera para seguir moviéndose al ritmo del reggae y el funk que nos entregaron estos venezolanos, de los más esperados en el Saca el Diablo.

Da Pawn

Un show colorido de estos quiteños que puso a tripear al público al cierre de esta jornada. Con muchos paisajes sonoros e invitados de lujo para cerrar el festival desde el segundo escenario, “Prende Todo”.

Orishas

Orishas underground de la Habana. El cierre perfecto para este día que nos puso a bailar con géneros muy diferentes, pero un solo corazón festivalero. El público estaba agradecido con los raperos y se los hicieron notar cantando sus letras y disfrutando de su hip-hop bien latino. A los cubanos no les hizo falta vestimentas singulares o muchos invitados para conseguir un espectáculo de altura. Con visuales interesantes y un final explosivo, sacaron a todos con una sonrisa en la cara y ganas de seguir la fiesta en el after.

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