«Un director es un buen contador de historias»

por JJ Alomía

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Mono con Gallinas- Radio COCOA

Quería introducir la entrevista con mi experiencia como extra en la película, pero en el corte final aparezco en el último rincón de un plano general, entre un grupo de soldados desenfocados. Pienso en los dictámenes de mis profesores universitarios: “el periodista nunca es la estrella, ni el centro: la relevancia siempre está en el entrevistado”. Doble condición de extra. Pero cuando Alfredo León me dice que le interesaba reflexionar de lo absurda que fue la guerra contra el Perú y de lo innecesarias que fueron las muertes de jóvenes soldados, entiendo algo del desenfoque.

Mono con Gallinas es la historia de Jorge, un joven ecuatoriano que en 1941 decide enlistarse en el ejército como escape a una serie de disputas familiares, y termina herido y preso en una guerra que no entiende. Es una historia de maduración. “La guerra y la vida la inician niños queriendo hacerse hombres y la terminan hombres que hubieran preferido nunca dejar de ser niños”, era el eslogan que acompañaba al teaser de la película.

¿Por qué la Guerra?

A mí me impacto muchísimo enterarme de cómo fue ese momento histórico para las personas que estuvieron ahí adentro y de lo diferente que era mi percepción sobre ese conflicto, y sobre un montón de cosas relacionadas al conflicto con el Perú. Me parecía importante contar una cosa que no se haya contado y esa era mi principal motivación.

La gente que se educó con el conflicto de Perú, mucho más vivo, va a sentir la película de una forma completamente distinta a las nuevas generaciones y eso es bacán. De una forma, sí tiene la manera de hacerte reflexionar a dos niveles: la persona que tiene la visión mas pólitica va a reflexionar sobre un montón de cosas, pero la persona que no sabe -o lo ve muy lejano- también va a reflexionar de muchas cosas, la película igual va generar algo.

La historia está basada en la vida de tu tío-abuelo ¿qué tanto se conversa en realidad?

Toda la historia está inventada por mí. Lo que yo hice fue agarrar momentos, detalles, cosas que él me había contado y ficcionarla. Él estuvo prisionero en Iquitos, en una situación distinta al que está el Jorge de la película. En la película, él está retenido en una cabañita con otro prisionero, mi tío estaba con más de 100 prisioneros en una base.

Cuando se acaba el rodaje de la película me encuentro con un grupo de amigos que participan en ella. Es el primer largometraje para la mayoría. Todos son muy jóvenes y están realmente entusiasmados por su trabajo. La  historia que más se repite va alguien del equipo que toma una pistola de utilería, la intenta usar y explota al frente de su cara ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con efectos especiales en un país donde no son frecuentes?

Fue jodido porque no hay gente que sea súper experta en el tema, que  lo domine. En un principio habíamos pensado en hacer que todos los efectos sean en set, que sean efectos reales, y tuvimos muchos problemas con eso. Tuvimos un par de casi accidentes, por lo que decidimos hacer solo algunos efectos en set y hacer algunos digitales. Lo que ves en la película es una mezcla de las dos cosas.

Mono con Gallinas- Radio COCOA

Como guionista y director ¿piensas en un público?

Ahora pienso muy distinto de cuando escribí Mono con Gallinas. Tal vez ahí estaba muy consciente del público y creo que ahora me enfrento a mis proyectos de otra forma. Creo que no hay que pensar en el público sino en la historia.

Creo que sí, tal vez un error en Mono con Gallinas fue que pensamos en un público más local y hay que empezar a pensar en un público más internacional.  Sin embargo, uno tiene que concentrarse en la historia que está contando y en lo que le está pasando a tus personajes y no en lo que el espectador va a pensar o no.

Siempre pregunto esto, cuando entrevisto a un director de cine –creo que es una cuestión psicológica- ¿qué es para ti ser un director ecuatoriano: un artista, una estrella, un comunicador, un intelectual wannabe?

No todos los directores son iguales. Ni aquí ni en ninguna parte del mundo. Lo que yo creo que debe ser un director, es ninguna de esas cosas. Un director es un man que se dedica a hacer cine, un buen contador de historias. El verdadero trabajo de un director es desarrollar una idea, tener una buena historia y tener un equipo que la pueda contar.

¿Entonces, cuando se concibe una película no se debería pensar: «soy ecuatoriano, soy latino” y de ahí parto hacia el proyecto?

Creo que no tiene nada que ver. Capaz sí influye en los temas de los que quieres hablar, pero uno no debe cerrarse diciendo “soy latinoamericano, soy ecuatoriano, estas son mis ventajas y limitaciones”. Uno debe pensar qué historia debo contar y por qué soy la persona adecuada para hacerlo. Cuando logras responder todas las preguntas, hay que embarcarse en el proyecto, independientemente de quién eres y de qué quieres hablar.

¿Cuál es tu escena favorita de Mono Con Gallinas?

Hay un momento en la película. Es una secuencia de 2 ó 3 escenas que me gustan mucho por cómo aportan y cómo aparecieron. Fueron escenas que no estaban en el guión. Se crean en el montaje con retazos de escenas que no se usaron. Es justo un poco después de que inicia la segunda parte, cuando ellos están en el campamento ecuatoriano: los soldados no se hablan entre ellos y hacen acciones distintas, cada uno en su mundo, con recelo de los demás. Creo que eso generó un momento muy bacán y transmite mucho de lo que le está pasando al personaje.

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