La búsqueda musical de Gustavo Pareja comenzó muy temprano, cuando era un niño. Esas ganas de explorar los sonidos lo llevaron a tocar la guitarra eléctrica y formar bandas de rock en su adolescencia. En la universidad optó por unir su experimentación en la música con sus estudios de cine, y así combinó las dos carreras.
En 2001 fue parte de Kid Cósmico, una banda que le permitió fusionar rock con electrónica y entrar en la escena musical local. A ese proyecto le siguió Polyester Technicolor Band, un grupo en el que tocó desde 2005 hasta 2007 y que dio cierre a una etapa de colaboraciones para así empezar su trabajo como solista.
Recientemente Gustavo terminó su trilogía Música Para 3 Films Imaginarios. Ahora da los toques finales a su nuevo álbum Laundromatic, un disco que concentra dos años de trabajo minucioso. A sus propuestas actuales se suma 12 Video-Cuadros, una obra de video-arte que está produciendo.
El reciente estreno de la película A estas alturas de la vida fue una puerta para conocer el trabajo de este artista. Él es quién pone música a esa historia e imágenes.
A continuación, Gustavo Pareja presenta un fragmento de su soundtrack personal y tres de los discos que han marcado su propia historia. El recorrido incluye rock brillante y psicodélico, cristalinos paisajes electrónicos y un refinado primitivismo.
1. Can- Tago Mago (1971)
«Un viaje por un rock brillante, ecléctico, muy psicodélico»
«Uno de los más influyentes álbumes de todos los tiempos y uno de los mejores representantes del rock experimental alemán de los 70. Esta poco conocida obra maestra es uno de mis discos preferidos: está repleto de puro genio avant-garde, ritmos y riffs, que encontrarían eco posteriormente en bandas como Radiohead, Flaming Lips y Stereolab».
2. Glasser – Interiors (2013)
«Una aventura por los espacios interiores de la mente y el alma humana»
«El segundo y más reciente álbum de ésta talentosa artista neoyorquina. Inspirado en el libro Delirious New York del arquitecto Rem Koolhaas, Interiors es una metódica expedición por cristalinos y desestructurados paisajes electrónicos. Es fácil perderse en este apartamento lleno de habitaciones sónicas que evocan emocionalidad y nostalgia pop futurista».
3. Sonic Youth – Goo (1990)
«Una corrosiva y potente destilación que aún pone mi día de cabeza»
«Los Sonic Youth abrían la década de los 90 con esta magnífica obra maestra de garage-punk. Reconcilia las estructuras tradicionales del rock con un refinado primitivismo, creando un disco único, diferente a todo lo que había hasta entonces, ayudando a crear lo que después sería conocido como grunge. Con este álbum, mi percepción de lo que el rock podía ser cambió para siempre».