Tres discos indispensables para Cristina Echeverría

por Bernarda Troccoli
Cristina Echeverría

Foto: Dayoco Estudio

Su voz y su piano han estado presentes en la escena local a través de distintos proyectos y momentos. Cristina Echeverría ha sido integrante de Munn, colabora con Marley Muerto y Efecto Chacal, y actualmente prepara material como solista.

Ella ofrece delirios hechos canción. Sus letras salen de escritos personales que hablan de situaciones intensas. Las palabras saltan siempre de su inconsciente y pueden resultar simples, pero nunca ligeras. A su producción natural de melodías y textos, la acompaña e inspira un bagaje musical extenso. Así, sus recomendaciones incluyen jazz brillante, música para imaginar y sonidos tristes que se adhieren a los huesos.

1. Bill Evans and Jim Hall – Undercurrent (1962)

«Un disco brillante, que es complejo pero pasa ligero»

Cristina Echeverría - disco recomendado

 

 

«Es uno de esos discos que te hacen sentir en paz, tranquilo. Un disco brillante, que es complejo pero pasa ligero, uno no tiene que esforzarse por entenderlo, se muestra solo ante uno. Para mí, un disco más que imperdible. Un disco muy sentido que se debería escuchar».

2. Soundtrack de Three Colors: Blue (1993) 

«Un disco lleno de sensaciones, que lo lleva a uno a situaciones imaginarias»

Cristina Echeverría- Recomendación

 

«Blue forma parte de la trilogía Three Colors del director polaco Krzysztof Kieślowski. El soundtrack de la película es uno de esos discos para escuchar sola o solo, acostado en una cama, cerrando los ojos, en la noche y cuando la luz está apagada. Un disco lleno de sensaciones, que lo lleva a uno a situaciones imaginarias, donde reina la majestuosidad, la claridad y a la vez la oscuridad».

3. Giuseppe Verdi – Requiem (1874) 

«La tristeza entra por los huesos, haciendo así música para la ocasión»

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«Si bien no es un álbum como lo definiríamos hoy en día, se debería escuchar esta obra una vez en la vida. Es preferible escuchar la versión afinada en la: 432hz. Aunque suene a una recomendación un poco pretenciosa o superficial, debo decir que esta aclaración de hz da una sensación totalmente diferente ya que la nota la en tiempos actuales está afinada en 440hz. Verdi compuso este réquiem (misa para difuntos) en 432hz porque usando esa frecuencia, él confiaba en que la música te llegaría a los huesos. Precisamente, la tristeza entra por los huesos, haciendo así música para la ocasión».

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