Tres discos de música pesada: Octubre

por Pablo Puente
Una lista de álbumes que solo el tiempo pudo haber hecho posible. Resonancias atractivas, acertijos y arrebatos de ira concreta del metal pesado en estas obras musicales.

Hippotraktor/ Album: Meridian

Desde Bélgica, llega uno de los debuts más elegantes de los últimos años. Con un sonido que crece a medida, Meridian es un lujo de primera. La producción de un conjunto que parecería tener la cohesión de mucho tiempo y la madurez de recursos de una banda longeva. 

Dentro de un creciente movimiento de agrupaciones que toman caudales pesados del metal, mezclados con sonidos contemporáneos, muy a la semejanza de actos como The Ocean o Psychonaut, la música de Hippotraktor tiene mucho de post metal y de progresivo con refinados arreglos de todo tipo. 

Del porqué estas resonancias son tan atractivas, podemos conjeturar que hay innovaciones y atmósferas que ascienden bellamente y que los instrumentos están afilados melodiosamente. Pero, más que nada, las transiciones de los temas son fuertes e instintivas, así, el disco navega creativamente a la perfección.

Sin caer en excesivas comparaciones, un debut así es difícil de encontrar. No hablamos de un disco que exige, sino más bien que propone ser el transporte. No hay muros musicales esta vez, sino acompañamientos y tratos que personalmente, tomé agradecido. 

Vildhjarta/ Album: Masstaden Under Vatten

Si decimos que el tiempo vuela, es sin duda dependiendo de la situación. En el caso de Vildhjarta, diez años han pasado para la salida de un nuevo disco, uno que parecía sumamente improbable tiempo atrás. La pandemia ahondó en ese sentimiento de imposibilidad de volverlos a escuchar. 

Así, pregunto: ¿se necesitan diez años para un disco inmenso de 80 minutos de metal técnico progresivo? Para Masstaden Under Vatten podemos decir que sí. Un monumental esfuerzo para producir una bestia de únicas proporciones que es tan complejo de escuchar como de describir, pero que no peca de abusivo, aunque sí pide mucho fervor y fidelidad.

No esperen tampoco ternura o esperanza, la estructura de MUV es inmisericorde en cuanto a los sentimientos y tonalidades que dibuja. Los suecos topan gamas musicales de todos los colores que reflejan reconcomios atemporales. Su sonido es enteramente sólido, estructurado y no deja dudas de la maestría que lo conjura. 

Durante todo este tiempo de ausencia, uno pensaría que ese retiro con el que conjugan toda su carrera, no podría ser transmitido de otra manera que poniendo de frente un disco que suena más a un acertijo que a una obra musical. Sin embargo, parece que esa es su firma. Ser un enigma es lo que los vuelve atractivos y lo que hace que, a pesar de la distancia, uno no pierda el apego una y otra vez.

Fawn Limbs/ Album: Darwin Falls

El caos matemático que confabula el trío Fawn Limbs no me es ajeno. El año anterior, casi exactamente en estas fechas, destaqué su anterior creación Sleeper Vessels. Ésta me sedujo por mantener algo que consideraba complejo: la innovación en ritmos pesados como el mathcore, porque posiblemente, ya nos habían dado todo en su época de apogeo creativo (inicios de los 2000’s). Aun así hay que reconocer que últimamente, muchos de estos proyectos se han popularizado y tienen una destacada audiencia. 

Con poco más de 30 minutos de duración, Darwin Falls tiene que ser escuchado como un solo tema grande. Está dividido en varias partes y es una obra coherente en la cual se puede escuchar desde la pesadez del death y grind, combinado con la elegancia del jazz, avant garde y narrativa poética. Lejos de clichés, el castigo que busca conseguir es pausado, gentil y original, con compaginados vaivenes entre partes lentas llenas de pesadumbre y arrebatos de ira concreta de metal pesado.

Una placa inesperada especialmente por la cercanía con su anterior producción, y justamente, apreciando las diferencias entre ambas. Darwin Falls es más metódica y menos inmisericorde, con temas más largos y construyendo otra ambientación totalmente diferente.

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