Un industrial destructivo, un grindcore que se atreve a ir más allá de su género y un doom con tintes sludge elaborado por una banda que no deja de crear. Éstos son los álbumes pesados de este mes. ¡Atrévete a meterles el diente!
1. Anaal Nathrakh / Álbum: A New Kind Of Horror
Lo que muchos consideran el pináculo de la música extrema, el industrial BM, tiene desde hace varios años en Anaal Nathrakh a uno de sus más prolíficos y obedientes representantes.
Instrumentación completamente destructiva junto a una lírica de aniquilación frontal, formando un todo de misantropía áspera. Ésta es una descripción del álbum, y, al igual que otras que se hagan, se quedaría corta. “A New Kind of Horror” es la continuación de una onda expansiva de caos, que nos ha traído el dúo originario de UK desde ya muchos años atrás.
Buscando constantemente mantener un ritmo demoledor, la programación combinada con el juego vocal, consumen al escucha en cada tema para transportarlo a un estado diferente de paranoia. Así se mantiene el sentimiento incómodo, como un tren que se acerca inexorablemente a un final trágico, posibilitando así la búsqueda de un nuevo tipo de horror.
2. Pig Destroyer/ Álbum: Head Cage
El grindcore posiblemente sea uno de los más crípticos géneros del metal, tanto lírica como musicalmente, pero esa impenetrabilidad se basa en dos palabras: crudo y simple. Es así que justamente conserva su fuerza. Y, sin duda, Pig Destroyer, desde los 90, mantiene no sólo una sólida tradición de música estridente per se, sino de una música arisca con más creatividad que abrasivos compases que terminan en pocos segundos.
En sus últimas producciones, los nativos de DC han ido introduciendo variaciones a estas fórmulas en algunos temas, sondeando diferentes terrenos creativos, como todo artista que se precie de serlo. Dentro de este proceso han ganado críticas y, al mismo tiempo, perdido el miedo al estancamiento.
Los fanáticos del sonido del recordado «Prowler in the Yard» tendrán que saber encontrar, en algunos momentos, que la banda que añoran sigue presente. Y a los que su penúltima producción, «Book Burner», les pareció un paso adelante se sentirán de seguro como en un punto medio. Suficiente para todos los gustos.
3. Thou / Álbum: Magus
En lo que podría ser la antítesis de tomarse tiempo para crear, Thou es un conejillo de indias que produce, produce y produce innumerables crías por doquier. Sólo ya en este año, los nativos de Baton Rouge, US, han puesto al aire tres EP. «Magus» es su siguiente larga duración, luego de tres años de espera.
Pareciendo pecar de impenetrable o densa en un principio, la banda parece siempre tener un brío enorme con tantas canciones y música para compartir. Con tan pocas líneas por escribir, me referiré sólo al último disco. No lo haré con los EP, aunque, sin duda, éstos son parte de un año completo, digno de entenderse como un todo, en el que la banda tenía que, poco a poco, ir soltando la presión e impaciencia de excelsa creatividad.
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Volviendo al punto de densidad, cual si se tratara de una viscosa experiencia, es clave que el sopor que se tiene en la transición de cada tema sea expuesto y apreciado. Existen realmente joyas escondidas para la paciencia y el tesón en la música de Thou, lo que, precisamente, es lo que hace de «Magus» un gran disco.
Con una distorsión estridente y pesada, con molestos riffs doom, pasando por cargas de sludge y drone, «Magus» es una oda a la tenacidad, que se siente como palpando un muro enorme de extraña antigüedad.
