Mayo llega con sonidos apocalípticos, terroríficos e introspectivos. Sacude la cabeza con la lista pesada de este mes.
1. Ulcerate/Álbum: Stare Into Death and Be Still
Muy pocas bandas de la actualidad pueden darse el lujo de producir y mejorar disco tras disco. Y de hacerlo con un sonido inmóvil, monolítico, completamente reconocible ya a estas alturas, en la superficie. Y, al mismo tiempo, ser la cabeza de la vanguardia y extrapolar los límites de una ambientación única.
Los neozelandeses Ulcerate vuelven a estar en lo más alto de la listas de lo pesado al lograr configurar una verdadera experiencia de inconformidad, opresión y miedo. Un sentir universal de desesperación y abandono. Como ha sido característico, los ecos que transmiten no son excesivamente saturados, y no hay una preponderancia de la instrumentación. No quedan en la memoria riffs o solos reconocibles, ni coros para retomar las líricas. Todo es consumación de la experiencia a ser transmitida. Es la conflagración del pasó de la muerte en nuestras vidas, expresado en música.
El apocalipsis que han mostrado en cada placa ha tomado una grandiosidad cada vez mayor, pasando desde lo caótico a lo armónico, y yendo de la mano con una musicalidad y calidad artística verdaderamente impresionantes. Volviendo a las palabras del inicio, la fragilidad humana que se contempla en el desolado mundo de Ulcerate es sin duda de lo mejor de este desolado año.
2. Oranssi Pazuzu/Álbum: Mestarin Kynsi
El terrorífico demonio babilónico de la película el exorcista viene nuevamente con su máscara más teatral. Y es que los que han escuchado algo de los finlandeses Oranssi Pazuzu sabrán a qué nos tienen acostumbrados. El complicado horror al que buscan llegar es una suerte de actos ambientales llenos de doom psicodélico, junto con ambientaciones espaciales.
Dueños de universos repletos de originalidad, han demostrado en diferentes de estos actos —para más referencias, escuchar Waste of Space Orchestra y Dark Buddha Rising— una calidad y originalidad de arreglos inusitada. Lo que los ha catapultado, en los últimos años, a ser pedidos en festivales y extender sus giras. Prueba de ello es la reciente firma con Nuclear Blast. Por supuesto, estoy esperanzado de que se respete esa creatividad y neutralidad por fuera de la caja.
Nuevamente estamos ante los desafíos de la categorización, algo que, claramente, no se le ocurre a la banda, ya que el solo hecho de definirse sería limitarse. Y a pesar de que son cuatro años de la última reseña que escribí sobre ellos, es claro que no se han detenido ni por un momento a tratar de repetirse. Su cosmos está en constante expansión y, cuando finalmente explota, siempre vuelve a crearse.
3. Katatonia /Álbum: City Burials
Los suecos Katatonia son una banda emblemática en el doom metal. Sin embargo, son una de esas agrupaciones que han tenido una transformación marcada con los años. Algo en lo que las agrupaciones escandinavas son muy buenas. Jamás se casan con el éxito generado por un disco o un estilo. Para resumir, cada uno con lo suyo. Y puedo decir que me gustan canciones tanto de su época doom death metal como de la actual, más al estilo gótico alternativo.
City Burials es un disco muy personal, muy introspectivo en su ejecución y su sonido. Con un hálito permanente de nostalgia de finales de los 90, pero con práctica actual. Eso me suena particularmente firme en la voz de Jonas Renkse, la cual guía perfectamente en todos los pasajes del disco. No siento tampoco una reinvención completa, pero sí una reconexión con varias etapas de la banda. Una constante progresión.
Para finalizar, llevan cerca de 30 años de carrera. Repetirse sería cuasi criminal y, para no caer en la generalización, es bueno que hayan tomado tiempo, recarguen energía y vuelvan con un muy honesto y buen disco de rock pesado.