El presente se mezcla con los últimos 50 años del rock en la selección de placas pesadas de julio.
1. Porcupine Tree / Album: Closure / Continuation
Desde el 2009, con las últimas notas producidas por los ingleses Porcupine Tree, la prolífica actividad en solitario de su vocalista, Steven Wilson, convertía lejana la idea de una reunión. Sin embargo, hace poco produjeron su nuevo disco Closure / Continuation, así que podríamos decir que la broma continúa. Para entender mejor esto último es necesario saber que este proyecto empezó (en serio) como una broma a finales de los 80´s, en cierto sentido como parodia a las bandas psicodélicas de décadas pasadas, aunque con el tiempo se fue volviendo cada vez más real y exitoso.
Así, luego de más de una década, es como si la presente placa pudiera haber salido inmediatamente en esos años de la separación; retoma mucho del clásico sonido progresivo pesado, con algunos toques de la carrera solista de Wilson. Siete temas con un sabor a reminiscencia y sentido de clásico inmediato que son interpretados ahora por un trío. Se mantiene por supuesto, la fórmula específica de la psicodelia, largos temas que tienen que ser disfrutados y experimentados como una curada degustación. Más que un concierto, es una experiencia a ser transmitida.
¿Con qué me quedo de este disco? Las certeras influencias de música más contemporánea que hacen que el presente se mezcle con los últimos 50 años del rock de una manera hermosa.
2. Tómarúm / Album: Ash In Realms of Stone Icons
Entre las mejores sorpresas de los últimos meses está la realización del primer LP del dúo de black metal nativo de Estados Unidos, Tómarúm, el cual eleva profundamente su música previa y apuesta por un disco de avanzados toques de death metal técnico y un potente black metal sincrónico. La amalgama de tonalidades y sonidos a los que nos expone Ash in Realms of Stone Icons es tan rica y variada que abarca una amplia y compleja agresividad.
Por 60 minutos, entre temas que descansan casi poco o nada, estas tonalidades conjugan diversas atmósferas y profundidades liadas. Advierto, no es una placa para los impacientes, ya que su ritmo muchas veces es implacable y al mismo tiempo, puede perder dinámicas por “inflar” los temas, pero ese es justo el sentido que quiere comunicar la obra, por lo cual requiere tiempo.
El innovar y la ambición de la complejidad podría ser la principal razón para recomendar este disco, ya que algo que aprecio mucho en este tipo de álbumes es su pasión por empujar los límites de los cánones musicales, y especialmente, en compases que pueden resultar un reto por la oscuridad de sus temáticas y bitácoras.
3. Astronoid / Album: Radiant Bloom
Desde el debut de Astronoid en el 2016 con Air, el cual destaqué en su momento, esperaba una continuación más real que marcara un camino al cual la banda se sujetara para crecer y dejar su impronta. Igualmente, creo que con el auto titulado Astronoid de 2019 se buscó mantener esto. Y, a pesar de algunas reservas, el presente de la banda con Radiant Bloom es otro intento de solidificar un sonido que es bastante particular: en algunos temas pega en el clavo, en otros, lo dobla un poco.
De Radiant Bloom me gusta especialmente el desarrollo y desenvolvimiento de la batería, mucho más pesada y más llena de blast beats, al igual que muchos de los riffs y la creatividad en el impulso musical. Lo que me queda debiendo es la falta de asiento, muchas veces los temas pierden fuerza por la falta de ganchos o fuerza en las partes que deberían hacer los temas memorables. Comprendo que es complejo todo esto por el tipo de creación áurea a la que la banda quiere llegar, y sin querer caer en estereotipos, su música es una belleza, pero compleja de mantener.
Aún con esos detalles, me gusta muchísimo esta última producción, la honestidad de la escritura y de lo que describí hace mucho, como temas que me hacen viajar y ser feliz en un contexto fuera de lo común. Todo eso se mantiene.