Instrumentación a tope, voces nicotínicas y exudación de originalidad. Sacude la cabeza con la lista pesada que dejó febrero.
King Woman/ Album: Celestial Blues
Hace algunos años, King Woman saltó a la escena del metal con su disco debut Created in the Image of Suffering, el cual me pareció bastante bueno. Hoy escribo sobre su más reciente producción, Celestial Blues, que continua mucho las dinámicas de su antecesor. Con un sonido post doom sludge y que centra su sonido especialmente en la saturada distorsión de sus guitarras y la nicotínica voz de Kristina Esfandiari.
Tiene una evolución en el manejo de los aspectos finales del disco, a pesar de que la esencia en estos cuatro años, entre disco y disco, se mantiene. Pero se han perfeccionado en el manejo entre los momentos limpios y cargados, y entre lo álgido de lo más explosivo.
Sin duda, algo que me atrapó en esta ocasión fue la conjunción adecuada entre lo musical y lo escénico, con un trabajo curado en la oscuridad, que le da un signo distintivo que integra magistralmente lo visual con la palabra escrita y los sonidos. Los conflictos emocionales y contradicciones de la religión están presentes continuamente y alimentan una llama incansable de creatividad a lo largo de diferentes personajes en la obra.
Aephanemer/ Album: A Dream of Wilderness
La tercera producción de los franceses Aephanemer baja la marcha en cuanto a velocidad pero la creatividad y el virtuosismo siguen totalmente presentes. En una banda que se caracteriza por el sonido neoclásico combinado con deaht metal, esta vez, la creación de ambiente y la atmósfera a las temáticas de las líricas son lo que conducen claramente el disco.
Circulando entre temas melódicos con más acentos en lo sinfónico, otros donde el death metal y el blast beat predomina, el balance de A Dream of Wilderness es hermoso. La instrumentación llega a tope, y la compleja voz de Marion Bascoul logra destacar sobremanera. Esto muchas veces me hace dudar de cómo tonos tan dulces en limpio pueden producir graznidos y guturales tan potentes en el modo bestia.
Sin duda, Aephanemer no quiso sacar una segunda parte del exitoso Prokopton. Busca más bien expandirlo y sentar las bases para una banda que busca inquietamente diversificar su música. Destacable por cualquier lado que quiera vérselo,es una apuesta a la creatividad.
MØL/ Album: Diorama
Los daneses MØL corresponden a esos actos que no siempre son fáciles de etiquetar, lo cual no impide disfrutarlos en su propia rareza y complejidad. Diorama es una placa mucho más melódica con unos toques sinceros de post metal, alejándose a cuentas de su antecesor disco, Jord, el cual sin duda tenía toques más marcados de blackgaze.
La accesibilidad de momentos pop, e incluso de tempos menos complejos en la creación de la obra, hacen de Diorama una obra que recoge mucho de la música de los últimos 10 años. Prácticamente lo catapultan a una nueva era de actos de amplio espectro. La paleta usada es bastante única y me gusta de sobremanera el uso de todos estos elementos para lograr algo sinceramente novedoso.
El repertorio de canciones es preciso, se debate constantemente entre los bordes de los géneros y escuelas, dando así una unidad bastante particular. Diorama se puede volver una placa de cabecera en cuanto a la mezcla y amalgama de sonidos en la que la ambición de la banda no da tregua ante un proyecto que exuda originalidad.