Equilibrado y explosivo. El metal siempre encuentra la manera de hacernos sentir vivos. Esta lista de música pesada de agosto incluye obras imperdibles de Alustrium, Draconian y Leprous.
1. Alustrium / Album: A Monument to Silence
La última producción de los nativos de Filadelfia, Alustrium, es una chispa de frío, directa e inmediata, que sube por la columna vertebral, pesada, melódica y emocionalmente atrapante, con una mezcla perfecta entre armonía y pura brutalidad.
Algo que siempre se puede juzgar en este tipo de placas, es la inmensa instrumentalización que puede resultar algunas veces inflada o excesivamente ambiciosa, A Monument to Silence mantiene el equilibrio pulcro y lo explota maravillosamente.
La anterior producción de Alustrium, “A Tunnel to Eden” fue una obra maestra, que al igual que todo, parece que salió hace poco pero han pasado 6 años. Y si se pensaba que ese fue un disco complejo y difícil de superar, la consistencia de la banda para encontrar los riffs y composiciones que continúan descollando, es sin duda uno de sus puntos más altos. Se renuevan a pesar de no repetirse, pero manteniendo la estética de su predecesor.
Dentro de la misma temática, la precisión siempre es gratificante y castigadora en este tipo de agrupaciones que parecen destinadas a manipular arreglos grandilocuentes excepcionalmente. Con solos progresivos envidiables y todo un pilar de música pesada que va más allá del death metal melódico, que solo busca pulverizar escalas, compone laberintos de notas que se nos revelan tema tras tema sofisticadamente.
Un acto de clase única, “A Monument to Silence” es un disco imperdible en este año.
2. Draconian / Album: Under a Godless Veil
Un trance que ha tomado forma con el pasar de los días, son los temas de la última producción de los suecos Draconian. Me remontaron a los mejores años del doom de los 90, en los cuales, por algún tiempo, primaban bandas que rotaban voces femeninas limpias para enfatizar el paso a brutales guturales masculinos en una suerte de diálogo entre fuerzas opuestas. Al ser ellos parte de esta época, me parece impresionante cómo han logrado permanecer tantos años con los significativos cambios que ha habido en el género doom gótico.
Cabe ponderar, los años de Heike Langhans, como la parte femínea, en las voces limpias, algo sin duda básico en este tipo de agrupaciones. Han sido los que mejor reflejan el imperio de la banda, que suenan a oscuridad que se desborda de a poco, con justa medida.
El velo de melancolía constante y una tristeza que no tiene fin convertida en notas, forman un hechizante y frágil lamento que se ajusta perfecto en las composiciones de Under a Godless Veil. En estos últimos años se ha visto un florecimiento en este tipo de bandas que retoman estructuras olvidadas pero exquisitas.
Particularmente, me quedo con este sonido más laxo e inmaculado, que disminuye los decibeles de la banda, pero, la oscuridad alcanzada es sublimemente hermosa.
3. Leprous / Album: Aphelion
Creo que me he repetido millones de veces hablando de los noruegos Leprous, y ellos no lo hacen nunca o casi nunca, porque siempre suenan a continuidad, pero dentro del metal progresivo más pesado. Nunca comprendo cómo pueden seguir componiendo sin la abrumadora carga de siempre mantenerse vigentes y al mismo tiempo intentar superar a sus antecesores.
La banda no nos deja solos, por supuesto, su sonido, su manera de componer está presente. La inconfundible voz de Einar Solberg nos acompañan en todo el disco, con esas transiciones entre sonoridades y mezclas más modernas, pero que terminan en crescendos impetuosos de metal y rock pesado. En él podemos observar gran cantidad de influencias, pero igualmente nos plantea siempre un escenario de enorme creatividad y una carencia absoluta al qué dirán.
Dentro de este tema, Aphelion es algo más pesado que sus dos predecesores (Malina & Pitafalls). Me transporta a matices mucho más similares a lo que quedó con “The Congregation” e incluso a su parte más soporífera en “Coal”. Es posible que por esto, me identifique mejor con esta producción y me haya tenido en vilo estos meses desde la publicación de sus primeros singles. Aun así, es injusto decir que el disco es carente de sorpresas, al contrario, estamos ante una de esas obras que destila individualidad y secretismo. Cada tema tiene su tesoro a ser descubierto y no es revelado en una escucha apurada o improvisada, se lo tiene que beber de a poco y regularmente para mejorar en cada toma su sabor. Es inadmisible pasar esta obra de largo.