Tres discos de música pesada: agosto

por Pablo Puente
Tu dosis mensual de estruendo, distorsión y rock experimental.

Steven Wilson / Álbum: To the Bone

Explicar en pocas líneas quién es Steven Wilson puede resultar complejo, pero se lo podría sintetizar en: “el músico británico más exitoso del cual nunca has escuchado”. Su amplio repertorio dentro de la música progresiva y especialmente sus años con Porcupine Tree -donde tiene su base más amplia de fans-, es lo que lo han catalogado dentro de la crítica y del público como un músico imprescindible.

Hace varios años incursionó como solista, y aunque ha mantenido toques del rock psicodélico y del progresivo melancólico, continúa atrayendo diferentes mercados y atmósferas en las que se expande con el pasar de los discos y del tiempo. Si bien esa fue la tónica de sus producciones pasadas, creo abiertamente que To The Bone coquetea más con el pop británico de los 70 y 80, que con el rock experimental de aquellos años.

De todas formas, sería injusto encasillarlo. En algunos temas, se nota la influencia de baladas románticas de rock con toques de genialidad en arreglos de guitarra potentes en los solos; en otros, predomina lo electropop que paulatinamente se torna en rock; y otros simplemente son lo que Wilson nos tiene acostumbrados: tramas de rock elegante y elaborado a lo King Crimson o al mismo Porcupine Tree.

Para poner esto de la manera más sencilla, la inspiración no viene necesariamente de donde se cree o de donde la ortodoxia muchas veces pretende. El proceso de creación es amplio y puede tener muchas vertientes y matices, y eso es lo que nunca deja de sorprenderme en su música.

Boris / Álbum: Dear

Boris / Dear

Japón siempre es otro planeta en cuanto a música se refiere y, casi siempre, no va de la mano con lo convencional. Boris es un trío de música ácida en el que predomina el sludge y la psicodelia, sobre todo en sus últimos discos. Antes de estos, el industrial, noise y hardcore eran notorios en muchos de sus temas (aunque la banda siempre ha evitado cualquier tipo de relación o estilo musical en particular).

Con esta premisa, sabemos que su sonido intenta no solo ser inesperado, sino pesado a su propia manera. El rock and roll está sin duda presente, pero es lento, muchas veces letárgico y atmosféricamente bruto. La construcción de Dear es pesado sobre pesado para ahogar con sus riffs al que lo escucha, es distorsión pura.

Sin embargo, esta recreación de lo cerril no es el pilar de sus tantos discos y colaboraciones (solo en álbumes de la banda suman más de 20). Cada álbum marca diferentes sonidos y, aunque mantienen similitud en lo que desean transmitir, son variadas las maneras en las que buscan elevar a sus escuchas.

Como ya es tradición, este no será el final del viaje con Boris. En poco tiempo de seguro se sabrá algo más de ellos, ya que no solo que son 25 años de carrera y abundante producción más una constante y prolífica actividad en vivo, sino que siempre están asombrando artísticamente, a pesar de su incansable presencia.

Decapitated / Álbum: Anticult

El acerrado sonido de Decapitated tiene este año un nuevo disco entre sus filas. Como es común en sus últimas placas, el álbum tiene detractores y fans divididos: se puede decir que es una lucha de opiniones entre el sonido viejo y clásico de la banda versus el sonido de los últimos años.

Está división no es sorpresiva ya que con el pasar de los años, la banda ha tomado diversos caminos en cuanto a su música, la cual es definitivamente pesada, pero al mismo tiempo pretende ser fresca y atractiva. Así, muchos de los fans antiguos de Decapitated han criticado esta apertura, mientras que otros han aceptado que luego de mucha historia y 20 años de carrera, no tienes que sonar igual siempre.

Centrándonos en el disco y sus estruendos, no es sorpresa que el death metal técnico que fue menguando poco a poco, se fuera transformando en un metal pesado más accesible. Por lo tanto, el punto y aparte está en los riffs y distorsiones de Vogg (guitarra principal), el cual a muchos les va a sonar a la usanza y escuela de Dimebag Darrell.

Sin embargo, creo que Anticult agrupa elementos suficientes para reunificar a muchos de los devotos de esta banda, y por fin cerrar las retaliaciones constantes que se vivían al nombrar alguno de sus discos.

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