Sonidos feroces, sentimientos primigenios. El género pesado admite la contradicción como un principio y transgrede cada vez los paradigmas de la creación artística.
Author & Punisher/ Album: Krüller
Como si la banda sonora de un futuro post tecnológico nos abrasara con sus llamas, el original proyecto del ingeniero mecánico Tristan Shone nos vuelve a calcinar con su última producción. Esta es posiblemente su producción más madura en la que hombre y máquina crean música pesada. De A & P he escrito varias veces, pero no deja de sorprenderme el análisis que se puede dar de una obra en la cual se transgreden tantos paradigmas de la creación artística.
A & P toma actos clásicos y los catapulta al futuro. Empezando por la música electrónica de finales de los 60s. Pasando por la música experimental con fuertes dosis de crítica política, pero que recurre a sonidos de todo tipo de objetos cotidianos (la banda alemana Einstürzende Neubauten como referente). Y finalmente, desembocando en el apogeo y masificación del industrial más molesto, como las bandas estadounidenses Nine Inch Nails y Ministry. Cual si fuera un mecha del anime, A & P se introduce dentro de un robot que usa notas musicales pesadas como armas.
Este cyborg de la tragedia mecánica moderna nos expone diversas interrogantes con sus composiciones y armonía, llenas de temáticas sociales. Sin embargo, esa barrera entre la creación musical computarizada estándar y la fabricación de instrumentos únicos que requieren un humano conectado a ellos me deja siempre una sensación del inicio de nuevas categorías futurísticas para entender la música. Resuena igual en mí la frase que se lee en la parte baja de estas drone and dub machines, como A & P ha nombrado a sus máquinas: “Estas máquinas matan fascistas”.
Deathspell Omega/ Album: The Long Defeat
Coincido completamente con quienes dicen que Deathspell Omega, a pesar de su popularidad entre las bandas underground, es una de las más incomprendidas. Muchas veces me he dejado hipnotizar por las disonantes notas de sus discos. Pero es su filosofía, la metafísica y el laberíntico mundo al que exponen sus más primigenios sentimientos lo que siempre me deja a la expectativa de una nueva producción.
Solo para recordar, estamos ante una banda o culto que no da conciertos en vivo. No se sabe quiénes son sus integrantes en su totalidad y ni siquiera se tienen fotos de los mismos. Si a esto le agregamos que sus líricas necesitan de un profundo análisis teológico y filosófico al que no todos están dispuestos, tenemos una combinación destinada a la admiración o al fracaso. Pero no a la indiferencia.
Lo que es seguro es que atrás quedaron los años de mucha aspereza y blast beats caóticos. Diría que “The Long Defeat” es una de sus producciones más asequibles, en la que se siente esa presencia Avant garde y del rock clásico. Pero como he dicho, la ferocidad con la que las odas en sus canciones llegan a nosotros hace que todo ese simbolismo nos rete a meditar y a intentar comprender, jugar y engancharnos. No estamos ante meras canciones paganas, es el retumbar de las trompetas del apocalipsis, anunciando el fin de la era humana.
Chalk Hands/ Album: Don´t Think About Death
Como muchos recuerdos entre los matices que dejará “Don’t Think About Death” es que los ingleses Chalk Hands han salido del anonimato y nos han entregado un bellísimo disco.
Con una mezcla de shoegaze y post rock, las estructuras musicales en el disco son una amalgama efeméride que oscila entre lo caótico y lo armonioso. Aunque no soy un gran fan del screamo, hay que reconocer que Chalk Hands saben lo que hacen y lo hacen bien.
Ayuda mucho en todo esto que la distorsión en los instrumentos no es la más exagerada y logra que las partes limpias y la melodía de la voz manejen los temas. “Don’t Think About Death” es uno de esos discos que lo dejan a uno conectado a la música, inclusive cuando esta ha terminado. Revitalizado con la energía del punk, y al ser un disco corto (35 minutos de duración), recorre dentro de uno como una inyección de energía.
De seguro me quedo corto al explicar muchas de las características que hacen de este un gran disco, pero es uno de esos que me gustó mucho. Me costó sintetizarlo en palabras y por su longitud, me deja deseando que no sea solo una coincidencia, sino que tenga tiempo para ser respirado, interiorizado y vuelto a recrear posteriormente, eso sí, evolucionado.