“Tragas o escupes” y una carta a Pau Donés

por Juan Sebastián Jaramillo
Dos semanas antes de morir, Pau Donés, con su banda, Jarabe de Palo, nos dejó su último disco, Tragas o escupes. Este texto busca ser dos cosas: un review de ese álbum postrero y un homenaje a Pau.

Pau Donés

¡Querido Pau!,

Tú no sabes quién soy. Pero fue el mensaje de mi pelada el que me despertó aquel día gris de junio pandémico, para el que no nací: “Fallece Pau Donés, cantante de Jarabe de Palo”.

La última vez que estuviste en Ecuador, en enero de 2018, no pudimos ir a tu concierto en la Casa de la Cultura. No pudimos y nos quedó un sabor tristemente amargo que revivió ahora.

Por suerte, ya te habíamos visto antes con toda la banda de Jarabe, hasta el saxo estuvo ahí. Fue en el Teleférico de Quito, en 2013. Claro que eso fue antes de conocernos —ella y yo—, pero al menos ambos podemos decir que estuvimos allí. Fue glorioso.

Hacía no mucho de eso que habían lanzado Orquesta Reciclando, mi antología favorita de las siete que sacaste con tu banda. Las reversiones que están en ese disco son increíbles, llenas de magia.

No sé cómo explicarte cuánto me gusta la versión de “Grita” y de “El bosque de Palo Cantamañanas” —llamada “El bosque de Palo” en el disco de 1996 La Flaca—. Los instrumentos añadidos a estas versiones cambian totalmente el tono del mensaje de la canción original.

 

Habían pasado siete años desde que vi tu repertorio en vivo cuando me llegó una noticia. Fue así como me enteré de que habías lanzado un disco apenas dos semanas antes de tu partida. El 26 de mayo, para ser preciso.

Tragas o escupes

Qué sugestivo nombre le pusiste a tu último álbum. Es una pena que la noticia de tu muerte haya opacado su lanzamiento. Lo bueno es que pudiste irte con la tranquilidad de ver tu última gran obra culminada. De hecho, parecería que estabas aguantando lo más que podías y, cuando la viste culminada, dijiste: “es hora”.

Valiente eres. Y “Valiente” es el nombre de la canción que me sacó lagrimas al escucharla por primera vez. Me parece —disculpa el atrevimiento— que la escribiste con una dedicatoria a ti mismo. O tal vez la dedicaste al prójimo desconocido, reflejado en tu dolor y tus miedos.

Capaz me equivoque, pero estoy seguro de que viste a los ojos a la muerte en varias ocasiones. Eso es de valientes. Hacer canciones celebrando la vida, el amor y los amigos, mientras te das contra un cáncer del hijueputa, es de valientes.

Qué arrecho que te hayas ido así. Debe ser muy bacán irse diciéndole a la vida: “cumplí, hice lo que vine a hacer a este mundo”. Estoy seguro de que tus nuevas canciones se abrirán espacio en mi repertorio mental y, al igual que los anteriores discos, serán la banda sonora que alimente mis recuerdos de esta temporada.

Aunque distan mucho de ser hits, como los que sacaste a finales de los 90 y principios de los 2000, dejas un repertorio hecho de música para acompañar en este —a veces doloroso— viaje que es la vida.

“Vuelvo”, así abrías este nuevo viaje, declarando que no te diste nunca por vencido. “Los Ángeles Visten de Blanco”, dices en mención del personal médico del frente de batalla contra el covid19. Y, finalmente, “Besos en el Ascensor”: resulta increíble cómo nunca abandonaste tu papel de poeta romántico.

 

En fin, tragas o escupes lo que la vida te da. Pero amarga fue la noticia de tu partida y eso toca tragar, no hay chance de escupir. Sin embargo, me niego a dejarte ir como una celebridad más que fallece, como una cara famosa más que se suma a la lista de bajas del año.

Momento de despedirse, Pau Donés

No toca de otra. Tal vez quien lee esto no entienda por qué te escribo esta carta. No compartimos mucho, ni si quiera el mismo continente. A lo mucho, el idioma. Y eso que eres catalán. Nunca nos conocimos y mi sueño de entrevistarte no se podrá cumplir. Pero no exagero cuando digo que tu música me acompaña desde chamo.

Un año de vida tenía yo cuando salió “La Flaca” y empezaba tu carrera. 21, cuando sacaste “50 Palos”, para celebrar tus 50 años y los 20 de Jarabe de Palo. De cierto modo, crecimos juntos. Y eso lo vuelve personal.

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Acompañar no es sólo presencia, es involucramiento. Te has metido en mis amores y en mis derrotas. En la amistad y los momentos de gozo. Te has metido hasta en la sopa.

Como dices en este último disco, “la vida es el momento” y ahora es momento de despedirse. No sé si viste, pero tu pana Jorge te hizo un homenaje con tu himno a la amistad.

En fin, Pau Donés, te vas, pero nos dejas harto material para conocerte. 16 discos entre antologías y álbumes, un libro y unas letras que ya forman parte de la identidad latina. Y eso… me parece bonito.

Gracias, campeón.

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