Todo bien, 2020

Foto: Martín González. Diseño: Manu Guayasamín

 Una carta del director de RC

 
A continuación, un rap en prosa.


Quédese quien guste, sin compromiso. 

 

 

Qué año de mierda, con todo respeto. 

 

Desbordó tanta, disparada del ventilador, que a todxs nos llegó de sobra… y de gana. 

 

Nos obligó a encarar nuestros límites más oscuros. 

 

Un susto tremendo, en el que nadie se salvó de cometer errores.

 

O de reconocerlos, por lo menos. 

 

Invitaríamos a que lancen la primera piedra. Pero no tendría sentido.


Si fue a pedradas que llegamos a este punto.  

 

 

Nosotrxs sabemos que cometimos errores. Pero estamos bien. Tenemos la frente en alto. 

 

Resistimos y aprendimos.


Somos la escuela de nuevxs comunicadorxs culturales del Ecuador. 

 

Un equipazo de aprendices. 

 

La honestidad dignifica el trabajo. 

 

El tiempo deja ver sus frutos. 

 

Diez años y una pandemia más tarde, seguimos orgullosxs. 

 

 

Le tendemos la mano a quienes más nos pifian, sin empacho


(no sería la primera vez).

 

Nada es personal cuando las causas son más grandes. 

 

Entendemos el cansancio, y las mañas que engendra. 

 

Entendemos las frustraciones, los músculos rasgados.

 

Hacer arte cualquier arte en este país no es cosa fácil.

 

A veces se nos olvida que tampoco es juego de picadxs. 

 

 

Y es que es difícil entender por qué cuesta tanto

 

que las cosas crezcan bien en esta chakra, 

 

si es tan fértil y tan diversa.

 

La maldición de la abundancia, implica que también abunden los desacuerdos. 

 

Cosa rara y compleja. 

 

Cosa de enfrentar los cucos, una vez más

 

para no ir pisoteando la tierra del resto. 

 

 

No hay justicia en la toxicidad que se ha revelado, infectándolo todo.

 

 

Han pasado cosas muy feas. Vergonzosas.

 

Se nos revelaron, espantosas, un montón de violencias.

 

Y alrededor de ellas un barullo ensordecedor, lleno de cizaña,

 

de hostilidades vanas e inseguridades escandalosas 

 

que opacan las verdades sensibles, 

 

que le faltan el respeto al silencio.

 

¿Es así como queremos dejarle la pista a las generaciones que nos suceden?

 

Hay que medirse al reto. Entender que no es cómodo. Y no tiene por qué serlo. 

 

Hay que dar la talla, con la humildad por delante, 

 

para descubrir las cosas gratas, 

 

que nuestras narices esconden. 

 

 

Se puede seguir caminando. 

 

Se pueden seguir tendiendo puentes y estrechando lazos. 

 

Las ideas son infinitas… 

 

y por eso damos las gracias. 

 

Seguimos, con gusto.

 

 

La música nos invitó a entrar en esta tómbola hace una década. 

 

Y hoy nos sigue recordando que vale la pena abrir más los brazos,

 

y apretarnos las manos más fuerte. 

 

 

 

Gracias a quienes se sentaron a la mesa con nosotrxs,

 

y a quienes nos depositaron su confianza, 

 

para poner manos a la obra. 

 

Las ganas no se extinguen.

 

Nuestra familia sigue creciendo. 

 

 

Ahí dejamos para que se aprovechen, 

 

las palabras que inspiran a nuestro sensei:

 

 

“Andando solxs llegaremos más rápido. Pero andando juntxs, llegaremos más lejos”.

 

Y un playlist para empezar el 2021… bien.

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