Teleamor y otros milagros: un platillo de lujo de Fabrikante

por Juan Sebastián Jaramillo
Fabrikante regresa con “Teleamor y otros milagros”. En esta entrega ofrece un repertorio variadito, tal cual fideo de hueca tailandesa, de rimas ágiles que hacen parkour sobre su célebre percusión vocal en loop y algunas melodías desafiantes.

Fabrikante regresa con un buffet — todo lo que puedas comer — de música creativa y rodeado de buena compañía. “Teleamor y otros milagros” es el último álbum del ligero y audaz rapero guayaco. En esta entrega ofrece un repertorio variadito, tal cual fideo de hueca tailandesa, lleno de rimas ágiles que hacen parkour sobre su célebre percusión vocal en loop y algunas melodías desafiantes. 

En este, su cuarto álbum, dicen “presente” algunos personajes importantes para Fabrikante: su mamá, su pareja, la pandemia, el diablo, la muerte. Tampoco se salvan de aparecer el reggaetón y el pasillo, ni algunxs músicxs peso pesado de la escena, como lo son Huaira, Raúl Molina o Álex Alvear.

échale más agua al caldo que pa’ todos hay un plato

(letra del tema “Ñeke”)

Esta reseña resume las apreciaciones del autor sobre «Teleamor«, respaldada con una entrevista a profundidad a Fabrikante, en una noche lluviosa de Quito, en el barrio El Dorado.  

La preparación

La experiencia y el estilo único de Fabrikante lo han llevado a hacer un álbum fresco, sabroso, contundente. Desde el título, uno se puede dar cuenta que “Teleamor y otros milagros” es un álbum marcado por la pandemia. Esto, a pesar de que cuando llegó la emergencia sanitaria, Fabrikante sintió que iba haber una obligación de hacer arte y en un principio evitó hacerlo.

“Pensaba que la gente iba a decir ‘¡los artistas deberían estar haciendo arte porque no pueden estar en su casa vagueando!’ Así que sentí una obligación utilitaria de hacer arte y no hice nada, silencio. Me quedé meditando los primeros meses“, cuenta.  

Esos primeros meses de encierro, de reflexión, le sirvieron a Fabrikante para hacer covers y así “estudiar” nueva música. Lanzó una versión del tema “Casa” de Natalia Lafourcade y “Vengo a ofrecer mi corazón” de Fito Paez, por mencionar algunos. 

Foto: Juan Sebastián Jaramillo

Sin embargo, fueron las particularidades de la vida en 2020 lo que más influyó en este álbum, confiesa Fabri. Para él, afectó de manera sustancial tener los temas guardados en el cajón, sin haberlos tocado en vivo antes, pues normalmente prueba cada canción en tocadas y conciertos para ver la reacción del público.

A esta falta de feedback hay que sumarle el hecho de que, por primera vez, pudo grabar el álbum completamente en casa. Afortunadamente, se armó un estudio casero justo antes de la pandemia. Esto, cuenta, facilitó el tener los temas a la mano para trabajarlos una y otra vez y no tener que pagar por un estudio con tiempo limitado.  

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Los ingredientes

Y se nota. A lo largo de los 12 temas que conforman “Teleamor”, se puede sentir un disco mucho más pulido y trabajado que sus anteriores. Sin desmerecer el trabajazo que son sus anteriores álbumes “Magdalena” junto a Las Tres Marías (2019), “Kariño Universo” (2016), y “Memoria y profecía de Doña Petita Potón” (2013). Y sin olvidar el álbum de mixtapes que grabó en colaboraciones con amigxs poetas y lo lanzó en este 2021, “Poema Mixtape, Vol. 1”.

“Teleamor y otros milagros” abre con Changomático, un tema dedicado al changue y cuyo videoclip fue dirigido por Martín González y se estrenó el pasado 22 de octubre, en Wachuma Laboratorio Cultural. 

El primer tema del álbum en ser producido fue “Noj vemo mañana”, una colaboración con Raúl Molina, quien invitó a Fabrikante a escribir una canción sobre lo que se estaba viviendo en el mundo, por ahí en abril del 2020. El resultado fue un tema conmovedor, empático, solidario.

Lo cierra “El día que prohibieron los abrazos”, un poema musicalizado en el cual se narra la historia de la pandemia y cómo un abrazo podría significar la muerte. Una especie de mitificación de los efectos sociales del covid19, el encierro y cómo esto dio paso para que nazca Teleamor. 

Estas dos caras, el inicio y fin del álbum, podrían resumir la esencia del mismo. Al mal tiempo, buena cara. A la pandemia y sus crisis, la respuesta de Fabrikante es el afecto, la changuería, el teleamor. 

Más ingredientes

Foto: Juan Sebastián Jaramillo

También le canta a la picardía. En el tema “Loj Gatos”, producido en colaboración con Huaira, se hace una oda a los animales felinos, su actitud instintiva, libre, independiente, sigilosa. Un tema que combina lo más distintivo del sonido fabrikantesco con el ritmo del dembow. 

Otro de los gajes de la cuarentena y la hiper-virtualidad que trajo consigo, fue el haber conocido a Altamar, quien hizo el beat del tema “Corviche”, quizás el más hip-hopero del álbum. Todo este tema, cuenta Fabrikante, fue hecho de manera virtual.

Existen otras joyas colaborativas como “Una noticia grande”, junto a Fabián Choko Chokilla, otro poema musicalizado, que narra el apocalipsis. “Se fueron”, junto a Álex Alvear, se presenta como un homenaje a aquellos quienes llegaron al final del viaje terrenal por la pandemia. 

Tampoco se puede omitir “Dejpedida”, con Los Hermanos Garay Luzuriaga, quienes fueron alguna vez sus compañeros en clases de pasillo ecuatoriano. De hecho, el pasillo también tiene su oportunidad en el álbum. Aparece en “Ojos de ají”, un picante tema de enamoramiento, dedicado a su amada. 

Finalmente, no me puedo olvidar de Jíbaro, la cereza del pastel, mi tema preferido del álbum, donde Fabrikante destila, junto a Marcelo Abril, su estilo lúdico y original. 

El resultado

Si el álbum fuera un platillo gourmet, sería un fideo tailandés con todo: pimiento rojo, cebolla, jengibre, cúrcuma, vainas, ajonjolí, salsa de soya, salsa agridulce, pimiento amarillo, zanahoria, nabo chino, brócoli, con un poco de limón.  

Todo esto cocinado a fuego lento en un wok artesanal, de la mano de un experimentado chef que empezó su carrera de joven, con su carrito callejero, su estufa y su tanque de gas y ahora tiene una hueca bien posicionada, auténtica y que solo mejora con el tiempo. 

El chef también ha asumido su rol de conocedor y ha ayudado a otros proyectos a surgir, como lo hizo con Dess Liss, un proyecto de rap femenino que surgió en 2020, del cual es productor. 

La experiencia, la astucia, el atrevimiento de Fabrikante se juntaron con un momento de necesaria introspección obligada y de enamoramiento. El resultado de esta cocción fue, a resumidas cuentas, un disco que le canta al amor. “Amor a la humanidad, a la familia. Amor, incluso, a los momentos duros, que son los que te hacen crecer”, cuenta su cocinero. 

Por el momento, al álbum se lo puede escuchar gratuitamente en la plataforma Bandcamp, donde el usuario puede elegir comprar la música a los artistas. De esta manera la plataforma se posiciona como una opción más justa, para lxs músicxs, que las plataformas tradicionales de streaming. Eso sí, Fabrikante no descarta publicarlo en otras plataformas en el futuro. 

Portada del álbum, cortesía: Fabrikante

 

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