El grupo ecuatoriano se va de gira a Bolivia, acompañado de sus infaltables instrumentos precolombinos. Entérate de los detalles aquí.
Taller La Bola se va a Bolivia. El grupo musical quiteño realizará una gira comunitaria por cinco ciudades, incluyendo La Paz. Habrá talleres e intercambios musicales con los artistas locales. La gira es por una invitación, pero también aprovecharán para conectar los instrumentos precolombinos con sus energías y despertar ese ADN sonoro que tenemos todos en Latinoamérica. El viernes 7 de febrero dieron su último concierto en Quito antes de comenzar la gira, para irse con todas las energías.
Taller La Bola es un grupo de hermanos quiteños que tocan instrumentos precolombinos. El género que practican es el “audaz urbano”, y no se hacen problema en probar nuevos ritmos y géneros. El proyecto lleva 25 años en marcha. Empezó con Lucho Oquendo y sus hijos, Ada, Miguel y Nicolás, que son partícipes desde hace 10 o 15 años. Uno de los integrantes posteriores, que con los años se volvió un hermano, es Germán Mora, que aunque no toque los precolombinos, los acompaña con el bajo. Estos hermanos trabajan juntos con la música hace mucho tiempo, y como diría Nicolás (el mayor), es enriquecedor y hay muchas sensaciones compartidas: telepatía e intuición.
La gira y Bolivia: uno de los tantos motivos para su invitación
Taller la Bola creó audiencia con la musicalización del documental de Ukamau y Ké —un importante rapero de La Paz— . Este documental fue producido por Andrés Ramírez, amigo del desaparecido rapero, dando como resultado un trabajo “de película”, en palabras de Nicolás. Después de esto, Taller la Bola creó una relación con la gente de Wayna Tambo —una red de cultura viva boliviana que apunta al “Vivir bien” y a la Plurinacionalidad—.
Hasta llegaron a grabar cinco capítulos de radio con ellos. Los episodios se repartieron por Bolivia y su audiencia fue aumentando. Este 2020 La Casa Wayna Tambo realizó la invitación para que se presenten para conmemorar los 25 años de la Red de Diversidad de Bolivia. Esta celebración tendrá lugar en cinco ciudades, del 20 de febrero al 15 de marzo, y contará con talleres y presentaciones.
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Eso sí, ya hubo un intento previo para la visita a Bolivia con los instrumentos precolombinos, pero las cosas no se dieron. Para poder asistir este año participaron por el apoyo de Ibermúsicas, una plataforma cultural de Latinoamérica que brinda apoyo a artistas. La participación de Ecuador no era muy activa en este medio, pero para este año cuatro artistas se llevaron el apoyo, entre ellos Taller la Bola. Con esto se logró organizar la gira por Bolivia. Una en que podría participar todo el grupo.
Los trámites para la gira no fueron fáciles de resolver. Los instrumentos precolombinos con los que tocan no se puede sacar tan sencillamente del país. El Estado requiere seguros y pólizas para asegurar el bien de estas piezas arqueológicas. Entre tanta vuelta que hubo que dar por los permisos, se realizó un ritual con los instrumentos precolombinos para saber qué es lo que ellos querían y cómo se sentían con ser sacados del país por un tiempo. Así, los integrantes del grupo hablaron con los artefactos, pidieron permiso y, poco a poco, se fueron abriendo las puertas.
Los instrumentos precolombinos son tratados como seres, porque llevan algo más adentro: esta energía nuestra anterior a la colonización. Fueron hechos con otro concepto y simbolizan toda la ritualidad y cosmovisión que había. Algunos llevan formas de personas o animales, para poder trascender con la música. Había que dialogar con ellos antes de tomar medidas. Pesea a toda esta carga espiritual, a la hora de hablar de la conexión musical que se llega a encontrar con los instrumentos precolombinos, Ada Oquendo, su integrante más joven afirma que no es «Ni peor ni mejor, sólo es diferente”
Es una raíz muy grande la que llevamos
Todos estamos un poco conectados con estos sonidos, Latinoamérica en sí. Se siente la luz que irradian los precolombinos al ser tocados. Los conciertos de Taller La Bola dan un ambiente de tribu: todos bailan, todos cantan, te sientes en casa. Llegas a encontrar sonidos que son parte de nosotros. “Ahora con lo de Bolivia se va reuniendo esa energía que se marchó, y que parece que nunca existió. Va esa fuerza que hay que despertarle, y si bien no va a ser en la música, porque no es la música que se hacía, sí es por la sonoridad, con toda esa bandera de vida”, dice Nicolás.
Hay una gran importancia en que estos sonidos se conozcan.
Y es que algo puramente nuestro son los instrumentos precolombinos. Escucharlos es dejar de negar nuestro pasado, nuestro origen. “Es importante que el mundo conozca nuestro ADN sonoro, más que ir a un país por la acogida que pueda haber. Hay algunos países que están perdiendo mucho sus raíces precolombinas y donde ya es casi un mito. Es una necesidad. Todo el mundo está abierto a receptar, solo hay que saber cómo hacerlo”, señala Miguel.
Entre hermanos van completando sus respuestas. Ada continúa explicando la importancia de escuchar su música. “Estar en todas partes, más que nosotros como músicos, los instrumentos. Como una sabiduría que va mucho más allá. Incentivar eso de conocer nuestras raíces. Hacer una potencia de Latinoamérica. Tenemos lo nuestro. No es que necesitemos de Europa o Estados Unidos para poder existir. Tenemos lo nuestro, y hay que estar orgulloso de eso y difundirlo. Como ellos han hecho con su cultura”, continúa Miguel.
“La música es una manifestación inherente al ser humano desde sus inicios. Rescatar nuestro ADN sonoro no es un trabajo fácil. Obviamente la gozamos mucho, pero sí ha sido fuerte, ha sido una batalla contra corriente”, concluye. Los miembros de Taller la Bola está orgullosos de lo que han logrado y a todos nos dan la bienvenida para ser parte de este proyecto. Un proyecto que, como los instrumentos que tocan, lleva adentro mucho por descubrir.