Spell 31: Los vínculos vibrantes de Ibeyi con el pasado

por Katicnina Tituaña
Spell 31 es el álbum más reciente de Ibeyi, las mellizas franco-cubanas que celebran su herencia africana a través de la música. Diez canciones hacen vibrar los vínculos que Ibeyi mantiene con sus muertos y el pasado.

No recuerdo cómo descubrí a Ibeyi, el dúo conformado por las mellizas Lisa-Kaindé y Naomi Díaz que ha cautivado al mundo desde 2015. Solo sé que su propuesta musical sofisticada, y a la vez tremendamente emocional y accesible, también me atrajo como un imán.

Lisa-Kaindé en el piano, tocando melodías de jazz, soul y R&B. Naomi marcando el ritmo con beats creados en un launchpad, un batá (tambor de doble parche) o un cajón peruano. Las dos cantando plegarias en yoruba (dialecto vigente de algunas tribus africanas) y líricas en inglés. Así se presentaron al mundo bajo el nombre artístico de Ibeyi, que traducido del yoruba significa “mellizas”.

2015 fue el año en el que lanzaron su álbum debut homónimo con el sello discográfico XL Recordings. Inevitablemente llamaron la atención de personalidades como Beyoncé, quien más tarde las invitó a aparecer en uno de los videoclips de su sexto álbum de estudio, Lemonade.

Fotograma de «All Night», videoclip del sexto álbum de Beyoncé

Han colaborado con la Mala Rodríguez, Emicida, Kamasi Washington, Chilly Gonzáles y Meshell Ndegeocello. Además, Michelle Obama les cedió derechos para hacer un sample del famoso discurso en el que pronunció: “Cualquier sociedad se mide por cómo trata a sus mujeres y niñas”. Y más recientemente, sus voces suenan en el estribillo de “This is not America” de Residente.

No recuerdo cómo las descubrí –seguramente fue magia del algoritmo de YouTube–, pero sí recuerdo el estremecimiento de haber descubierto algo especial. Es que Lisa-Kaindé y Naomi Díaz son especiales, y quienes hemos seguido su carrera diríamos que incomparables, incluso entre ellas mismas. De hecho, Ibeyi nació de haber encontrado una tregua para todas sus diferencias.

Cinco años después de su segundo álbum, Ash, el dúo franco-cubano lanzó su tercer álbum de estudio Spell 31 el pasado 6 de mayo. El título está inspirado en el libro de ritos Book of the Dead del antiguo Egipto.

Portada de Spell 31 de Ibeyi

En la nueva entrega, las Ibeyi toman a su favor el misticismo que las envuelve y se declaran brujas en constante contacto con el pasado para sanar el presente. Así elevan, por su puesto, su herencia africana, francesa y cubana.

A propósito de Spell 31, quiero revisitar brevemente la trayectoria de Ibeyi para desentrañar los significados implícitos de su propuesta que, como un conjuro, ha capturado los ojos y oídos del mundo.

“Naomi no es mi reflejo, es mi total opuesto”

Nacieron en París hace 27 años y, tras un año de nacidas, sus padres mudaron a la familia a Cuba. En la isla, Lisa y Naomi vivieron durante tres años. Ahora viven en Inglaterra y Francia respectivamente, aunque cada año, al menos hasta antes de la pandemia, viajaban a Cuba. La música las vuelve a juntar físicamente cada cierto tiempo.

Son hijas del fallecido percusionista Miguel Angá Díaz, maestro de las congas, mejor conocido por compartir escenarios con Buena Vista Social Club. Su madre es la premiada fotógrafa franco-venezolana Maya Dagnino y hoy, mánager del dúo.

Lisa-Kaidé y Naomi con su padre, Miguel Angá Díaz.

De vuelta a París, Lisa estudió piano clásico durante más de diez años y Naomi, percusión clásica. Pero Ibeyi es resultado de una ruptura definitiva con la academia, o al menos, con las reglas y demandas de ella.

Sin embargo, más allá de la música, Ibeyi tal vez no existiría si es que a sus 16 años su madre no hubiera insistido en que las hermanas debían participar en un coro yoruba ( que además de ser un dialecto africano, es una religión). Allí aprendieron los cantos sagrados de esta tradición religiosa que después incorporarían en las canciones de su primer álbum. 

Wemile Oshun / Oshun dede / Alawede Wemile Oshun / Moolowo beleru yalode moyewede cantan al final de “River”, el cuarto sencillo del álbum Ibeyi y uno de los primeros que atrajo miles de escuchas. “Lávanos, Oshun”, le piden a la orisha o deidad que, según la mitología yoruba, vive en agua dulce y cura y brinda prosperidad.

Fotograma de «Revier», sencillo del primer álbum de Ibeyi. Cuba y otros países de América Latina tienen una importante influencia de la tradición y fe yoruba, desde la llegada de los africanos esclavizados al Caribe.

Posiblemente Ibeyi sea la primera propuesta musical en llevar cantos sacros fuera de sus contextos tradicionales; al mainstream, por decirlo de alguna manera. Y si alguna vez llegaron a incomodar –sobre todo a los devotos de la tradición religiosa–, no duró.

La naturalidad con la que esta parte de su identidad aflora: en su arte, en conciertos o en entrevistas, inevitablemente produjo aceptación y celebración. Pero lo magnetizante de Ibeyi está en sus energías opuestas que se confrontan.

“Ser gemelas es difícil, pero con Naomi es más difícil aún porque no es mi reflejo, es mi total opuesto”, dijo Lisa en un documental en 2015. Pero son precisamente de las diferencias de lo que se alimenta el universo musical de Ibeyi.

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El Hechizo

La revista estadounidense especializada en música, Pitchfork, ha descrito a Ibeyi y Ash como álbumes “espectrales y esqueléticos” en el sentido de que “evocan ausencias dolorosas”. Spell 31, en cambio, es tejido y sangre: músculo tras músculo de creatividad.

Producido nuevamente por Richard Rusell, el álbum abre con “Sangoma”, un beat lento de batá (tambor de doble parche) que flota y va acompañado por las voces melodiosas, casi celestiales de Lisa y Naomi. El nombre hace referencia a los sanadores tradicionales de Sudáfrica. “We’ll be like Sangoma / Somos milagrosas / curándoles el alma”, cantan en el estribillo.

A esta le sigue “O Inle”, un canto yoruba de 30 segundos dedicado al dios de la pesca y la recolección. Dura poquísimo, pero es uno de esos temas que atraviesa todo el cuerpo y deja un cosquilleo emocional y corporal.

“Made of Gold” es el tercer tema de Spell 31. Un himno de resiliencia y ancestralidad, en colaboración con el rapero británico de origen gambiano, Pa Salieu. “Make sure they hear us / Feel it / We are the anger and the hunger”, declara Salieu al inicio, avivando un beat como si se tratara de una marcha guerrera.

Este fue el primer sencillo del proyecto en liberarse, estrenado con un videoclip de visuales hipnotizantes. “Made of Gold” conjura la magia de las civilizaciones africanas sofocada por la esclavitud.  Para el final de la canción Naomi reza un pasaje del Libro egipcio de los muertos: “Oh, you with a spine / Who would work your mouth against this magic of mine / It has been handed down in an unbroken line / The sky encloses the stars / I enclose magic / I enclose magic”.

Jorja Smith es el segundo featuring del álbum con “Lavender & Red Roses”. La rapera británica y las mellizas tienen una relación amistosa de varios años, pero es la primera vez que trabajan juntas. Ibeyi le contó a la revista NME que la colaboración surgió de una visita casual que Jorja les hizo en el estudio en Londres.

Con el verso: “Don’t say I never warned you” empieza la canción. Habla de la imposibilidad de salvar a un ser querido cuando éste mismo camina hacia la autodestrucción. Este tema también tiene su videoclip, conceptualizado sobre la mitología griega de las Moiras. “Lavender & Red Roses” funciona como un sermón que sin predicar superioridad moral, evidencia la sabiduría y fortaleza de tres mujeres.

Otro tema imperdible del álbum es “Sister 2 Sister”, un poema a la hermandad que reconoce lo bello y complejo de la relación; mucho más cuando se comparte un vínculo primigenio. Esta probablemente sea la canción más rítmica y up-tempo de todas.

Y no se puede dejar de mencionar a “Los muertos”, el último tema que no es una canción; es una invocación a los que ya no están al lado de Ibeyi en cuerpo.

***

Siempre me ha sorprendido la sensibilidad de Ibeyi, esa capacidad de sentir todo aquello que trasciende lo corporal y terrenal. Muy pocos como ellas ahora mismo entienden que en mantener vivos los vínculos con el pasado se construye un presente en armonía.

Spell 31 es una descarga eléctrica de tambores, cantos y resonancias que hace vibrar las conexiones entre los que conformamos el hoy y los que habitaron el ayer.

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