Se estrenó tan solo una semana antes que otra película ecuatoriana, con mucho menos marketing y bulla. La Llamada (otra ópera prima), de David Nieto tiene, a mi gusto, varios puntos altos. Al igual que como lo dije con Sin Otoño, tiene también errores y varios.
La Llamada tuvo la mala suerte, o la mala planificación de estrenarse tan sólo una semana antes de una de las películas mejor publicitadas del cine ecuatoriano, y le tocó ser menos esperada, y sospecho, sin tener datos, menos vista. La película es, al igual que su producción, más callada que su compatriota. Son dos formas de hacer cine radicalmente distintas juntas en las salas de cine del país. Las dos válidas, y a mi parecer, las dos alentadoras.
Basta de comparaciones.
Aurora, la protagonista, es una publicista bastante ocupada, llena de trabajo y con poco tiempo para sus asuntos personales, para su familia, su madre, su hermana, y su hijo. La película, y siguiendo en la línea de la simplicidad, se desarrolla en una mañana. Aurora tiene que entregar un trabajo importante, está con todo el estrés de este mundo moderno en el que nos tocó vivir, y en eso recibe la llamada del colegio de su hijo, donde le indican que éste va a ser expulsado en el último día de clases. Aurora sabe que tiene que llegar, pero se encuentra con todos los obstáculos posibles. Aquí falla la película: los obstáculos que se le presenten no tienen la suficiente urgencia (en términos narrativos) como para que Aurora no tenga otra opción, porque si no queda en la cabeza del espectador, ¿Por qué no hizo todo eso, (visitar a su madre, recoger el carro, recoger al perro), con su hijo después de recogerlo? Si al final sabemos que no lo expulsan.
Mientras tanto Nico espera, la chica que le gusta, le habla. Nico se intenta fugar, vuelve al colegio, se hace amigo del conserje, el inspector se quiere hacer amigo de él, y parece que en todo ese tiempo, Nico piensa sobre su soledad.
La Llamada se la juega por contar una historia simple, con una estructura clásica, tres actos bien definidos. Un personaje fuerte con un objetivo claro, y aquí el error, que para mí es el más grave de la película. El personaje se queda sin objetivo ni bien finaliza el segundo acto. Su hijo ya no va a ser expulsado, ergo ya no tiene por qué llegar al colegio. Aquí la película se cae, y pierde la fuerza que pudo haber tenido; porque a partir de ese momento se sostiene únicamente por lazos sentimentales entre los personajes, y también entre la película y el espectador, en caso de que se hayan logrado generar.
Sin embargo, creo que también merece ser vista, propone un tipo de cine más ligado a la cotidianidad, sin ser tampoco un ladrillo conceptual, o un intento pretencioso de reflexión filosófica sobre los dramas humanos.